Espacio de opinión de La Palma Ahora
La Molina: Un sueño de estrellas
Las palabras de un columnista pocas veces suelen ser cálidas, confortables y amasadas de cariño, pero cuando uno vive de cerca la cultura y el arte, los efectos de su contemplación producen cierto regocijo y nos olvidamos por un momento de las miserias que nos afectan, como demostración de que no vivimos en el mejor de los mundos posibles, y llegamos a una conclusión conmovedora: “Por fin podemos hacer un comentario constructivo, dedicado a la superación que sólo puede alcanzarse con el esfuerzo”. La creatividad existe y no es patrimonio exclusivo de nadie. La imaginación no ha muerto y en La Palma son profundas sus raíces.
El acto de entrega de los premios del II Concurso 'La Palma, el cielo de las estrellas', convocado por La Molina Artesanía para concienciar a los escolares de la importancia de nuestro cielo, sirvió para que muchos niños y jóvenes dieran rienda suelta a sus pretensiones esteticistas. Y aunque la finalidad esencial no haya sido únicamente la estética, justo es reconocer la creciente preocupación de “La Molina” por generar propuestas innovadoras en todos los campos del quehacer artístico; propuestas que estimulan y desarrollan el potencial creativo de nuestros jóvenes. ¿Cómo negarnos a dar la bienvenida a empresas que, con una funcionalidad inteligente, nos devuelven la confianza en el futuro y se ganan día a día el peculiar sello de un compromiso con la ciudadanía, en un entramado comercial reducido como es el nuestro?
“La Molina” tomó, como señalan algunos medios, la Calle Real de Santa Cruz de La Palma para entregar unas distinciones que le honran. Estamos seguros que el ganador Thaddëus Haase, del Colegio Sagrada Familia de Los Llanos de Aridane, así como Pablo Fernández y Sofía Triana, del centro Santo Domingo de Guzmán de Santa Cruz de La Palma, que obtuvieron el segundo y tercer premio no olvidarán este día que pasará a formar parte de sus vidas, porque como decía Apolonio “La memoria es la cartera de la vejez y es necesario llenarla”. Ellos han empezado a hacerlo con este pequeño recuerdo y con ellos los diez finalistas del concurso, Laura Expósito, Raúl Cabrera, Roberto Saavedra, Amanda González, María San Gil, Anabel Hernández, Sabrina y Eduardo Barreto, Claudia Santiago y Marta González. “La Molina Artesanía expondrá sus trabajos hasta el 15 de junio. Esto, en sí mismo, ya es un premio, pero con el paso de los años (esperando que más de uno se consagre como artista), este acontecimiento les parecerá todavía más encantador. Lo verán a distancia, y como señalaba Théophile Gautier ”las cosas toman un relieve singular cuando se observan en la cámara oscura del recuerdo“. Como apuntó el gerente de La Molina, el joven empresario David Hernández, impulsor de la iniciativa ”?que cuando salgan fuera, al mundo, no se olviden de la Isla, porque yo he vuelto para ayudar a mi padre y ahora no me quiero ir, porque aquí tenemos un mundo por conocer: La Palma“.
El acto fue preparado, pero ligeramente espontáneo. Pero así como la creatividad puede aparecer, y de hecho aparece, en cualquier momento de nuestras vidas. Sus obras pasan a ser un componente de.la cultura y la cultura forma parte de la política. Y como la política, incluso en sus aspectos más “anecdóticos y superficiales”, puede servir a la comunidad, nos alegramos de que estuviera tan bien representada, que conste que esta vez no hay atisbo de ironía en mis palabras, porque al final esta pequeña exposición que ha puesto en valor el cielo de La Palma “en un sueño de estrellas”, que interpretado por ojos juveniles de forma tan brillante que sorprende y maravilla, es también un buen motivo para airear la opinión favorable de este columnista, al que desde hace algún tiempo rondaba por la cabeza la idea de dedicar una reflexión a este espacio cultural de “La Molina”, dado el interés despertado por anteriores muestras. El refrán dice que “nunca es tarde si la dicha llega”. Y la dicha ha llegado con esta nueva acción digna de agradecer y de admirar. La inquietud de “La Molina Artesanía”, hecha de inteligentes propósitos y agradables sugerencias en momentos poco boyantes para el empresariado palmero, no sólo nos resulta meritoria, sino que ha producido en muchos ciudadanos una corriente de empatía, que hoy nos anima a espolear y fortalecer con nuestra firma, refrendando este modesto comentario.
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