Espacio de opinión de La Palma Ahora
Tajadre, a las puertas de la Navidad
Desde hace muchos años, los villancicos forman parte de ese folklore que ha arraigado gracias a las rondallas de Lo Divino en la tradición cultural de nuestra Isla, son algo consustancial del pueblo palmero. No pueden separarse. Forman parte de su esencia y son la expresión de un sentimiento, del goce especial que nos invade a todos al llegar estas fechas. El sábado, 16 de diciembre, Tajadre romperá con sus notas el silencio del primer lucero y el hechizo de un suspiro, nos conmoverá en la Plaza de España, que es el cuenco que nos arrulla a todos cada Navidad.
Tajadre se comprometió hace casi cinco décadas a poner una parte de su riqueza creadora a disposición de estas fiestas, porque es un grupo nacido de la Navidad palmera. De ahí, que cantar y hacernos vibrar con esos villancicos que forman parte de nuestro acervo cultural, no sea una afición sino una vuelta al origen, una razón de ser de la agrupación que preside Mario Sosa. Sus componentes dan al villancico la puridad que le marcan las raíces y hace germinar la semilla más musical de nuestras tradiciones. Por eso, escuchar a Tajadre nos encanta, consuela y anima a vivir gozosos otra Navidad. Porque el encuentro anual de la Plaza de España atiende a la voz de la sangre y forma parte de un rito que, en momentos sublimes, hace latir el corazón de la ciudad y da forma al sentimiento de un pueblo.
Como invitados, Tajadre contará con voces que seducen y en esta cita, son un elixir para el alma; solistas con un historial que es presagio de buenos augurios: Chago Melián, Héctor González y Juan Martín llevan en sus venas la pasión de la Navidad, y son conocedores de los que les espera en la Plaza de España, el más bendito de los rincones para acunar su canto. Como eslabones imprescindibles del espectáculo estarán la agrupación Tajadre y el Coro Infantil de la Escuela Insular de Música dispuestos a embrujar el aire de la noche con sus villancicos, y hacernos evocar centenares de vivencias. Será la confirmación de su nuevo director, tras su llegada el último verano, dispuesto a demostrarnos el sello de fina calidad ofrecido en el Circo de Marte, en el último festival de Cáritas, no fue flor de un día. A Carlos Martín ya no lo identificamos sólo por la saga musical y familiar a la que pertenece, sino por la personalidad que tiene como director, por su trabajo y su talento.
En resumen, este sábado disfrutaremos de una noche brillante sin necesidad de robarle la luz a las estrellas; de una noche mágica y sublime en la que viviremos un año más, el milagro de la música; una noche en la que comprobaremos que los villancicos resplandecen como parte de un legado permanente y vivo, cuando La Palma en las voces de sus hijos canta a la Navidad.