El Puertito: pescado del día y buena gente

Esther R. Medina / Esther R. Medina

Pescado del día, cocina casera, amabilidad en el trato y buena clientela. Esa es la clave de su éxito. El bar El Puertito, en el Muelle Pesquero de Santa Cruz de La Palma, es un rincón ideal, de auténtico sabor marinero, para los amantes de los platos sencillos y elaborados con productos frescos y de calidad. Sardinas y chicharros fritos, camarones, chipirones, pescado salado, peto, albacora, atún, rabil, gofio escaldado, papas, boniatos? Un auténtico menú canario que tiene muchos seguidores. “A mí que no me manden a hacer espaguetis a la boloñesa, porque no sé, pero comidita casera, como me enseñaron, eso sí se me da”, ha manifestado a LA PALMA AHORA Milagros Hernández, propietaria de El Puertito, que regenta desde el 1 de julio del año pasado cuando su padre, Felo Hernández, que llevaba dos décadas con el bar, decidió soltar amarras y traspasar el negocio a su hija. “Esto es un establecimiento familiar, porque aquí trabajan conmigo mis hermanas Arminda y Cristi y mi cuñado Jose, y todos nos ayudamos”, asegura con satisfacción.

(Los chicharros y las sardinas son de las tapas más demandadas)

Y la clientela, como la comida, también es buena. “Estoy muy contenta porque es variada, pero todos son buena gente; es un cliente tranquilo (matrimonios, parejas?) que procede no sólo de Santa Cruz de La Palma sino también de otros municipios”, explica Milagros, que antes de ponerse al frente del bar trabajó junto a su padre 12 años.

Los precios también están al alcance de la mayoría de los bolsillos. “Creo que son normales, aunque hay comentarios para todos los gustos, porque la mayoría del pescado que servimos es azul y su precio no es elevado”, señala. Milagros también ha notado la crisis pero “vamos escapando”.

El Puertito abre todos los días del año -y durante toda la jornada- excepto el 25 de diciembre, el 1 de enero y el día de Reyes. “Esos son sagrados”, dice esta mujer amable y tranquila que llega a su bar a las cinco de la madrugada y media hora más tarde ya está abriendo la puerta. A esa hora se dan cita en el local pescadores y otros trabajadores que se acercan al muelle para disfrutar en la madrugada del primer café y de un rato de conversación antes de comenzar la jornada laboral. Es uno de los bares que más temprano abre en la ciudad. “A lo largo del día cambiamos los turnos, y en verano estamos aquí hasta las diez o las once de la noche; en invierno la gente se recoge más temprano y cerramos entre las nueve y media y las diez”, comenta, al tiempo que reconoce que “dedicamos muchas horas al negocio pero trabajamos a gusto”.

(Dos clientes en la terraza del bar El Puertito, en el Muelle Pesquero)

Milagros tiene muchos proyectos para El Puertito, pero los irá ejecutando “poquito a poco”. Quiere ampliar la cocina y cerrar la terraza para proteger de la brisa a su apreciada clientela. “Estoy muy ilusionada, disfruto haciendo comidita casera y friendo chicharros, sardinas y caballas, ese pescadito que no lo solemos hacer en casa por los olores”. Desde que su padre le traspasó el bar, no ha recurrido a ningún tipo de publicidad para promocionarse, y la clientela es amplia. “Ha sido todo el boca a boca, gente que te llama gente”·

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