“Tengo una pierna cortada y me han denegado todas las prestaciones”
Le han denegado todas las prestaciones y vive una situación económica límite. José Ángel Pérez Fernández, de 46 años, natural de Santa Cruz de La Palma, residió en México durante cinco años y medio y el pasado mes de mayo regresó a La Palma con la pierna derecha amputada a la altura de la rodilla por un problema circulatorio. Ha retornado a la Isla con su compañera mexicana, Susana Becerril, y un niño de cinco años.
Según ha relatado a La Palma Ahora, en la actualidad, después de haberle denegado todas las prestaciones por diferentes motivos -entre los que se encuentra no haber cotizado en España en los últimos años- “tengo una dependencia económica total de mi familia y de movilidad de mi mujer”.
José Ángel, que ha trabajado siempre en el sector de la hostelería, reclama al Instituto Nacional de la Seguridad Social que le reconozca la invalidez total para el desempeño de la profesión que ha venido desarrollando durante toda su vida, y que le ha sido denegada por “no ser las lesiones que padece susceptibles de determinación objetiva o previsiblemente definitivas” y por no reunir los requisitos de la cotización exigida al haber trabajado en México los últimos cinco años. Otra de las demandas que formula es que “el Servicio Canario de Salud me tramite cuanto antes –porque dice que tarda dos años- el grado de discapacidad para que alguien me pueda dar un trabajo”. Solicita asimismo que el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma le conceda “una vivienda adaptada”.
La pareja mexicana de José Ángel, Susana Becerril, licenciada en Administración de Empresa y con un postgrado en Recursos Humanos, no puede trabajar porque aún no ha podido concluir los trámites para regularizar su residencia en España. “A José Ángel le han denegado la pensión no contributiva y también la de emigrante retornado, no tenemos ninguna entrada económica y nuestro hijo necesita comer”, se lamenta, y explica que los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma “nos están pagando el alquiler de la vivienda y nos dan los vales para alimentarnos, pero esto tiene un límite”.
El noviembre, a José Ángel le colocarán una prótesis en su pierna amputada. “De la atención médica no me quejo, toda ha ido muy rápido y me han tratado muy bien”, afirma.
La pareja ha realizado numerosas gestiones en distintas administraciones pero ninguna, de momento, ha resuelto el problema. “Estamos ya cansados de papeles y el tiempo pasa; no tenemos dinero, si me ves tomando un café es porque me lo paga mi hermana, pero esto no es vida”, concluye.
