Mercado Los Álamos: lo que da la tierra sin química

Esther R. Medina / Esther R. Medina

Papas, coles, nísperos, lechugas, acelgas, tomates, limones, setas, plátanos... Productos de temporada cultivados en la Isla y libre de sustancias químicas de síntesis. Una garantía para la salud de los consumidores. En el agromercado de Los Álamos de Breña Alta, el único de Canarias que comercializa frutas y verduras con residuos cero, es decir, sin restos de fitosanitarios, no se quebrantan las leyes naturales. Los agricultores que venden en este recinto se relacionan de forma armónica con el medio. “Tenemos que aprender a comer bien, somos lo que comemos; esto es una forma de vida, la tierra produce de forma natural, no es necesario aplicar química”, sostiene Arístides Hernández, un joven productor que cuenta desde hace dos años con el sello del Consejo Regulador de Agricultura Ecológica (CRAE) y que ahora también vende bajo la marca de la Reserva de la Biosfera.

El agromercado de Los Álamos, que abre los sábados de 09.00 a 14.00 horas, es un proyecto impulsado por la Agencia de Desarrollo Local del Ayuntamiento de Breña Alta que persigue, además de impulsar una producción agrícola sostenible, crear empleo con el desarrollo de las medianías. “El mercadillo está generando economía en el pueblo, hay muchas familias que directa e indirectamente trabajan aquí”, comenta Arístides, quien está firmemente convencido de que su profesión tiene futuro. “Esto es sector primario y no va a caer nunca en la vida, porque tenemos que comer, y lo mejor que podemos hacer es producir alimentos de calidad”. Su ilusión es poder autoabastecer la Isla y convertirla después en la despensa de Canarias, como lo fue en épocas pretéritas. “En un plazo de diez años podemos tener una línea de exportación de productos, aunque no sean ecológicos pero sí cultivados en La Palma, porque la riqueza de esta tierra no la tienen otras islas”, recuerda.

Los principales clientes del agromercado de Los Álamos, de momento, son los extranjeros. “La conciencia de la agricultura ecológica la tiene mayormente la gente de fuera, pero también es cierto que en los últimos dos años está creciendo entre la población local, nos estamos dando cuenta de que lo que producimos aquí tiene más calidad, más sabor, más potencia”, apunta Arístides. “Por ahora vendemos más a los foráneos que a los palmeros”, asegura, por su parte, Vicente Ayut, otro productor que desde hace 18 años se dedica a la agricultura ecológica y que posee, al igual que Arístides, el sello del CRAE. “No se valoran los productos ecológicos y por eso no se quiere pagar la diferencia, pero nosotros no utilizamos máquinas de sulfatar, que hacen el trabajo en una hora, sino que tenemos que embolsar la fruta una por una, y nos pegamos una semana con un árbol”, explica Ayut.

El inconveniente de los productos ecológicos está en el precio, y más en tiempos de crisis como los actuales. “La agricultura ecológica es un poco más cara porque no hay una producción constante y estable, pero si se logra abastecer el mercado, se pueden bajar los precios”, defiende Arístides. “Aquí estamos comercializando al mismo precio que los productos no ecológicos: yo vendo una lechuga a 60 céntimos mientras que mi prima en Tenerife lo hace a 3 euros”, comenta Ayut.

Precios aparte, la realidad es que los productos ecológicos son una garantía de salud. “Muchas de nuestras enfermedades vienen a consecuencia de los aditivos y conservantes que ingerimos con los alimentos”, asegura Leticia Rodríguez, técnico en Nutrición, quien regenta un puesto de frutas y verduras en Los Álamos junto a su padre, Luis José Rodríguez. “Francia y Alemania son muy restrictivos con los aditivos, pero España es uno de los países que más los utiliza, lo que nos perjudica a nivel del sistema inmunitario y de otras dolencias”, añade esta joven.

Los controles a los que se somete la producción que se vende en Los Álamos son estrictos y dejan poco margen para el fraude. “Esto está todo controlado por un perito agrícola, todo se lleva a rajatabla, no podemos engañar a nadie, porque si aquí aparecen restos de venenos, aparte de una sanción de 6.000 euros, perdemos el puesto”, confiesa Luis José Rodríguez.

Todos los agricultores del agromercado Los Álamos de Breña Alta, que tiene como lema 'Si es fresco, mejor', venden con el aval de la marca de la Reserva de la Biosfera, un sello que “identifica las frutas y hortalizas frescas, que siguiendo prácticas ecológicas o de residuos cero, han sido cultivadas en un territorio declarado Reserva Mundial de la Biosfera”, según reza en la etiqueta de los productos.

Los vendedores de Los Álamos entregan a sus clientes una hoja informativa para crear conciencia sobre los beneficios que reportan a la salud y a la Isla consumir los productos que allí se comercializan. “Son alimentos de calidad, frescos y muy saludable” que, además, “contribuyen a mantener un modelo agrícola de explotación familiar socialmente justo”. Comprar en Los Álamos supone también “facilitar la actividad económica y la creación de empleo en tu entorno, generando rentas internas” y “ayudar a conservar el paisaje de las medianías”.

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