Profesionales forestales proponen potenciar las actividades agrícolas y ganaderas para evitar “incendios virulentos”
La Asociación de Profesionales Forestales (PROFOR) en Canarias ha advertido de que incendios como el originado en Valleseco (Gran Canaria) el 17 de agosto, que ha arrasado más de 9.000 hectáreas en un perímetro de 112 kilómetros, serán “cada vez más frecuentes” ante el calentamiento global y el “fracaso” de las políticas ambientales territoriales y forestales desarrolladas en el archipiélago en los “últimos 40 años”.
Los forestales exponen que el desarrollo de la sociedad global ha propiciado el crecimiento de las ciudades, así como el abandono de las actividades agrícolas, provocando el “abandono de actividad en los territorios de las medianías y cumbres”, de tal forma que se ha creado un “entorno propicio” para los incendios forestales.
Además, subrayan en un manifiesto, que el “progresivo calentamiento global vuelve más vulnerables” a los montes de las islas, ya que están expuestos “cada vez con más frecuencia” a temperaturas que “en muchos casos” son “históricas”, lo que contribuye también a la aparición de incendios forestales “cada vez más frecuentes, voraces y perniciosos tanto para la naturaleza como para los seres humanos”.
En relación con ello, apuntan que las zonas “propicias” para la repetición de episodios como el que ha sufrido Gran Canaria “abarcan cada vez a más núcleos de población”, de tal forma que se expone a las personas a los nuevos peligros derivados de los incendios forestales.
Ante esta situación, solicitan la necesidad de recuperar y potenciar las actividades forestales, agrícolas y ganaderas de las islas, lo que implicaría un cambio de modelo basado en un desarrollo rural sostenible y que reduzca la biomasa que producen los montes, “antes de que lo hagan de forma virulenta los incendios forestales”.
Para ello, subrayan que debe producirse un “esfuerzo colectivo sin precedentes que implica” a los agentes sociales y políticos, así como a la ciudadanía y a su forma de entender la vida y la actividad económica, tanto urbana como rural.
Así, invitan a proyectar un nuevo modelo de desarrollo sostenible específico para Canarias donde se conserve la biodiversidad y la existencia de paisajes naturales que “resistan mejor” el impacto del fuego, así como que fomente el desarrollo de un mosaico de usos rurales, más o menos naturales, que rompan en su momento la continuidad de las llamas.
Por ello, consideran que los políticos “están especialmente llamados a resolver sus diferencias y a generar consensos ante la emergencia” climática que se sufre, perfeccionando el modelo institucional y guiando su actividad medioambiental con criterios científicos y técnicos, así como con la sabiduría ancestral de campesinos y ganaderos.
Entre las propuestas que realizan los forestales para ir hacia un nuevo modelo se encuentra la protección del suelo de las zonas quemadas frente a las lluvias del otoño para evitar la erosión y potenciales corrimientos de tierras, así como disponer de puntos de agua seguros y alimentos a los animales silvestres que han sobrevivido a los incendios forestales.
Asimismo, animan a la población a consumir productos locales de temporada y mantener limpio el entorno de las viviendas en las zonas de alto riesgo de incendio de las islas, así como abordar la transformación que precisa el momento con un uso adecuado del conocimiento y la profesionalidad.
En este sentido, puntualiza que en Canarias hay “profesionales altamente cualificados” de múltiples ramas de conocimiento, empresarios del sector, investigadores “de primer orden” y personas “profundamente conocedoras” del medio rural por su experiencia de vida y por la herencia recibida de sus antecesores.
Este conocimiento, agrega, se necesita para generar la innovación y la transformación que la “forma de vida en las islas precisa”. Al respecto, consideran que hay que aprovechar esta transformación como fuente de empleo verde, profesional, cualificado y digno, que genere “prosperidad y diversifique” la economía, haciéndola “más resiliente frente a los momentos convulsos que traerá el futuro”.
Consideran que la economía verde “puede y ha de ser unos de los pilares” de la economía canaria del futuro.
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