El arzobispado de Granada rechaza a dos religiosas por ser extranjeras
Dos postulantes a religiosas naturales de la India han sido expulsadas del Convento de la Piedad de Granada, perteneciente a la orden de las Madres Dominicas, en aplicación de una normativa del Arzobispado que prohíbe la incorporación a la Diócesis de monjas extranjeras.
La madre superiora del citado convento explicó hoy a Efe que las jóvenes decidieron prepararse para tomar los hábitos en Granada porque en la Piedad hay una monja india con la que “se carteaban desde hacía tiempo”.
Conocedoras de que “no hay permiso para que haya extranjeras en los conventos” desde que fue nombrado arzobispo de Granada Francisco Javier Martínez, organizaron todo para que acudieran a uno de la localidad granadina de Huéscar, dependiente del Obispado de Guadix, donde no existe esta prohibición, pero “allí no estaban muy a gusto, ya que sólo hay cuatro hermanas y son todas mayores”, refirió la madre superiora.
Añadió que las dos jóvenes se trasladaron entonces al Convento de la Piedad de Granada, “desde donde se organizó su regreso a la India” tras recordar la Curia a las dominicas la prohibición vigente sobre el ingreso de extranjeros.
Las postulantes pasaron más de un mes en España antes de regresar el 25 de febrero a su país natal, donde sólo una de ellas ha ingresado en un convento, añadió la fuente.
En la diócesis de Granada hay monjas extranjeras porque la prohibición de ingreso para aquellas que no tengan la nacionalidad española fue adoptada por el actual arzobispo, que se incorporó al cargo en 2003 procedente de Córdoba.
Su mandato no está exento de polémica, ya que recientemente el Juzgado de Instrucción 1 de Granada acordó la apertura de juicio oral contra el arzobispo tras ser denunciado por un sacerdote por presuntas coacciones, calumnias e injurias y lesiones psicológicas.
Por su parte, el Arzobispado de Granada justificó este viernes la expulsión de dos postulantes indias del convento de la Piedad, de la orden de las Madres Dominicas, en que ningún extranjero puede ingresar en un convento o monasterio de clausura “sin antes haber pertenecido como profesas a una congregación religiosa en su país”.
Según indica la institución eclesiástica en un comunicado, éste fue el caso de las dos jóvenes de la India a las que no considera “ni siquiera postulantes”, al contrario que la madre superiora del convento de la Piedad, por la “brevedad” de su vida conventual.
El Arzobispado explicó que las dos jóvenes llegaron al convento de las dominicas de Huéscar, perteneciente a la Diócesis de Guadix, el 28 de enero, y “a los pocos días mostraron su deseo de no permanecer allí”, tras lo cual se marcharon al convento de la Piedad de Granada, donde conocían a una de las monjas, también de nacionalidad india.
Añadió que, dada la “normativa vigente en la Iglesia” católica sobre los extranjeros y ante la “situación anómala” que representaban las dos jóvenes indias, el vicario para la Vida Consagrada de la Archidiócesis de Granada “no les permitió quedarse”, por lo que volvieron a su país el 25 de febrero.
El Arzobispado defendió que esta norma se creó “para salvaguardar la autenticidad de la vocación religiosa y de la vida conventual y nunca en función del lugar de origen de las monjas”.
Muestra de ello, indica, es que de las casi 300 monjas que hay en los 22 conventos de clausura de la Diócesis de Granada, más de 50 son extranjeras, de las cuales la “gran mayoría” proceden de la India y el resto son de países africanos o iberoamericanos, como el Perú o México.