Bensmail niega conocer a Parot y haberse comido una nota sobre etarras

La trigésima jornada de juicio por el 11-M se abrió con la declaración, a través de videoconferencia, de Mourad Chabarou, amigo del acusado Rabei Osman El Sayed, Mohamed El Egipcio, que actualmente está preso en Bélgica por pertenecer al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM). Chabarou aseguró que El Egipcio le llamó por teléfono en abril de 2004 y le comentó que el suicida Serhane Ben Abdeñmajid, El Tunecino, y el procesado Fouad El Morabit habían fallecido aunque no le dio “detalles” sobre lo que había sucedido y él pensó que habían muerto en un accidente por lo que le dijo: “”Dios les recompense con el paraíso“.

“No me dijo nada sobre España y no hemos hablado sobre un asunto que sucedió en España”, manifestó Chabarou. El islamista negó expresamente que Osman El Sayed, al que definió como una “persona muy simple o normal, sin actitud de dirigente”, le dijera que “los chicos de Madrid estaban detrás de los atentados” del 11-M.

Bensmail, que actualmente está preso en Palencia por pertenecer al Grupo Islámico Armado (GIA), fue detenido en 1997 en Valencia en la primera fase de la Operación Nova, -dirigida contra una célula islamista que preparaba un atentado suicida contra la sede de la Audiencia Nacional-, junto a otros miembros del GIA, entre ellos Allekema Lamari, uno de los suicidas del piso de Leganés (Madrid). El recluso argelino fue investigado por el hallazgo en su celda de Villabona, donde también coincidió con los procesados Antonio Toro y Rafa Zouhier, de unos papeles con anotaciones a mano en las que figuraban los nombres de varios etarras, entre ellos Harriet Iragi y Henri Parot, a los cuales, Bensmail aseguró no conocer, así como a Jorge García Sertucha y Fernando Irakula.

Deudas sin cobrar

En el sumario de la Operación Nova, causa por la que aún no ha sido juzgado, consta la existencia de una fotocopia de esa supuesta nota que, según el director de la prisión asturiana, Bensmail se comió cuando le fue devuelta por la Policía.

Un extremo que este miércoles negó el argelino: “Esas notas no son mías, a mí no me han cogido nada, he mandado cartas a otros presos musulmanes amigos míos, pero éstas no son mías”. “¿Cómo me la voy a comer?”, se cuestionó Bensmail, que también negó que le fuera encontrado otro escrito con la fórmula de la cloratita, así como que conociera dicha fórmula.

Al no estar juzgado aún por estos hechos, el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, advirtió de que no se le interrogara por ese extremo ya que estaba en su derecho de no declarar algo que pueda incriminarle. Bensmail, que compareció ataviado con un gorro que le cubría la coronilla, sí reconoció que conocía al suicida Allekema Lamari y dijo que éste le estuvo enviando dinero a prisión, a través de giros de “unos 100 euros”, aunque no supo precisar cuántos giros recibió ni las fechas en las que le fueron enviados.

El argelino también fue investigado tras los atentados del 11-M en Madrid por los contactos que mantuvo durante su estancia en la cárcel de Villabona con el militante del PSOE Fernando Huarte, que presidía la Asociación de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah. Respecto a su relación con Huarte, señaló que le visitó en prisión varias veces y le ayudó a conseguir un permiso para visitar al dentista y a pagar parte de los gastos de esa consulta médica.

Durante esta sesión también declaró, entre otros, un amigo del suicida Serhane Ben Abdelmajid, El Tunecino, quien aseguró que el 5 de marzo de 2004, seis días antes del 11-M, éste le pidió perdón y no le cobró parte de un dinero que le debía, una actitud que “entendí cuando luego pasó lo que pasó”, dijo.

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