El Gobierno insiste en que el proceso no avanzará si no cesa la violencia
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández la Vega, advirtió este domingo de que no será posible avanzar en el proceso de paz “mientras ETA no asuma que la violencia no conduce a ninguna parte” y “no acredite su voluntad inequívoca de poner fin a la violencia definitiva”.
Las declaraciones de la vicepresidenta se producen justo después de que la noche del sábado haya sido atacada con cocteles molotov una Casa del Pueblo, sede socialista, de la localidad vizcaína de Barakaldo, en cuya fachada causaron pequeños daños, mientras que este viernes fue atacada por el mismo método otra sede socialista de esta misma localidad, en la que también causaron escasos daños.
Fernández de la Vega subrayó que ETA debe asumir que en un Estado de Derecho “no se puede ser, estar y actuar si no es dentro de la Ley”, y que en él “no hay espacio, ni resquicio abierto para la violencia”.
“Ni estamos cediendo, ni vamos a ceder nunca a los chantajes ni a las presiones de nadie, vengan de dónde vengan”, porque “tenemos la convicción de que es el camino correcto en la dirección a la paz”, prosiguió.
De la Vega lamentó que el PP siga “empeñado en utilizar la lucha por la paz como un tema de confrontación política”, postura que calificó de “triste”, “desleal” e “irresponsable”.
El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, coincidió en que el “único obstáculo” a la paz es “la violencia” y el “único responsable” de ella es “la banda terrorista que la practica”.
López Aguilar recordó también que “lo que se pueda denominar terrorismo de baja intensidad sigue siendo terrorismo y debe ser condenado y perseguido con todos los instrumentos que la ley dispone”.
Por su parte, el ex presidente del Gobierno José María Aznar señaló en un diario guatemalteco que negociar políticamente con ETA es “uno de los grandes errores actuales” porque en 2004 casi estaban liquidados y porque “es darles el poder”.
Desde el PP, su portavoz parlamentario de Exteriores, Gustavo de Arístegui, exigió al Gobierno mayor atención a la lucha contra el terrorismo callejero y opinó que no debe paralizarse “operativamente a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado con declaraciones políticas que claramente desaniman a los profesionales”.
El presidente de los populares andaluces, Javier Arenas, reclamó al Ejecutivo que “admita ya su profundo error en la negociación política con el terrorismo”, que deje de dar “oxígeno” a “ETA-Batasuna” y que se ponga al lado de los jueces que aplican la ley “en vez de presionarlos” o de actuar de forma “tibia”.
Por su parte, el presidente del PP de Vizcaya, Antonio Basagoiti, denunció la “preocupante impunidad con que actúan” responsables de los actos de kale borroka y consideró que el Gobierno “debería reflexionar muy seriamente sobre su política” porque “se darían cuenta de que para lo único que ha servido es para dividir a los demócratas y resucitar a los terroristas”.
El PSOE respondió a estas acusaciones a través de su secretario de Organización, José Blanco, quien acusó al PP de “frotarse las manos” cuando surgen dificultades en el proceso de paz y recomendó a sus dirigentes que dejen de “mentir” y “estorbar”.
Blanco, además, pidió a los líderes de la izquierda abertzale que frenen la kale borroka porque “cada acto de violencia callejera -dijo- es un paso atrás”.
El secretario general del PSE-EE de Vizcaya, José Antonio Pastor, recalcó que la “pelota” del proceso de paz se encuentra en “el tejado” de la izquierda abertzale y que los “únicos obstáculos” son la violencia callejera o sucesos como el robo de armas por parte de ETA.
El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, sostuvo que, para que haya un proceso de paz, Batasuna tiene que apostar “única y exclusivamente” por la política y el diálogo y no “por la violencia o la connivencia con la violencia”, o por “el chantaje y la presión”.
Por su parte, el portavoz de Askatasuna Juan María Olano dijo que la “kale borroka” no es “óbice” para que el Gobierno “afronte lo que Euskal Herria está demandando” y aseguró que, mientras ETA ha mantenido su tregua permanente, “la violencia del Estado” y su “instrumental represivo” “ha seguido en todas sus expresiones”.
Por otro lado, hoy se ha conocido una encuesta sobre el proceso de paz de la que se desprende que un 31% de los vascos está preocupado por el momento actual del proceso, aunque el 85 por ciento tiene esperanza de que en los próximos años se consolide la paz.
La encuesta, elaborada por el Gabinete de Prospecciones Sociológicas del Gobierno Vasco, revela que las sensaciones de “optimismo e ilusión” son sentidas por un 40%, quienes dicen estar “preocupados” son un 31%, “confusos” un 13%, y un 12% admite tener la sensación de que “se está desaprovechando el tiempo”.
Además, otro 10% se muestra “desilusionado” y un cinco por ciento dice sentir “miedo”.
Asimismo, un 67% considera que “al final del proceso, se debería respetar lo que la sociedad vasca decida, sea lo que sea”, mientras que un 15% está a favor de esta premisa “sólo si no implica reformas constitucionales”.