González critica que no haya “condena” por parte de gobiernos vasco y catalán
MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha criticado la ausencia de una condena “rotunda” de la pitada al himno nacional el pasado viernes en el Vicente Calderón durante la disputa de la final de la Copa del Rey por parte de los presidentes de los clubs FC Barcelona y el Athletic de Bilbao, así como de los responsables políticos del País Vasco y Cataluña.
Durante una visita a la Feria del Libro, el 'número dos' de la presidenta regional, Esperanza Aguirre, ha tachado de “lamentable” la pitada. “Creo que lo que se produjo confirmó la denuncia de la presidenta regional de que era inaceptable que se estuviera provocando ese insulto y manifestación contra los símbolos del Estado”, ha aseverado.
Asimismo, ha añadido que le parece “mucho más lamentable” que 36 horas después de la pitada “ningún presidente de los clubs ni la Federación Española de fútbol ni responsables políticos de País Vasco y Cataluña hayan condenado de manera rotunda la pitada y los insultos a símbolos nacionales ni los actos organizador para conseguir ese objetivo”.
Además, ha cargado contra el presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, por jactarse en su Twitter de que triunfaron “los pitos sobre el sonido del himno nacional”. “No lo atribuye ni más ni menos que a las obras de la carretera de Burgos o a los controles de la Guardia Civil. Es necesario que tomemos en serio lo que hay detrás de estos movimientos. hay una agresión a los símbolos de la unidad nacional que no serían consentibles si se hubiera producido en sentido contrario”, ha reseñado.
Así, ha dicho que si ello se hubiera producido frente a “manifestaciones de partidos nacionalistas” en cuanto a la bandera o signos se hubiera armado “la marimorena” y se hubieran producido condenas. “Deberíamos tomarlo en serio y condenar estos acontecimientos para que no vuelvan a ocurrir”, ha indicado.
Además, ha recalcado que se debería haber hecho “un llamamiento2 por parte de responsables deportivos y políticos para que ”eso fuera un acontecimiento deportivo y no una manifestación política“, así como ”una condena rotunda“ a todo lo que se produjo allí, que a su juicio fue ”muy grave“.