La Policía busca a dos varones de unos 30 años por el asesinato de Uría

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Los autores del atentado perpetrado esta tarde en Azpeitia (Guipúzcoa) son dos varones de unos 30 años, que dispararon tres tiros contra el empresario Ignacio Uría, según ha informado el departamento vasco de Interior.

Las mismas fuentes han precisado que al menos uno de los disparos impactó en la cabeza de Ignacio Uría y le provocó la muerte en el lugar del atentado.

Fuentes de la lucha antiterrorista han indicado que los dos terroristas se acercaron de frente a este empresario, uno de los responsables de la empresa Altuna y Uría, cuando había salido de la sede de esta compañía y se dirigía al restaurante Kiruri en el que, según Interior, comía habitualmente.

ETA utiliza el mismo 'modus operandi' que en el asesinato de Carrasco

Los terroristas que han acabado con la vida del empresario Ignacio Uría, han utilizado un modus operandi muy similar al empleado en el asesinado del ex concejal socialista de Arrasate-Mondragón Isaías Carrasco el pasado 7 de marzo.

En ambos atentados, todavía por esclarecer, la banda ha recurrido a un pistolero para asesinar a sus víctimas, dos objetivos relativamente “sencillos” para los terroristas, ya que los dos carecían de escolta y llevaban una vida completamente normal, con costumbres rutinarias.

Tanto Uría como Carrasco fueron asesinados muy cerca de sus domicilios en una hora cercana a la una de la tarde.

El empresario de la construcción ha caído asesinado mientras se dirigía a un restaurante al que acudía cada mediodía y Carrasco cuando cogía su coche para ir a trabajar en su puesto de cobrador de peaje de la autopista AP-1 en la vecina localidad de Bergara.

Se da también la circunstancia de que Azpeitia y Arrasate-Mondragón distan apenas 40 kilómetros por buena carretera, apenas veinte minutos de viaje, en un zona de Guipúzcoa en la que ETA ha contado tradicionalmente con una abundante infraestructura.

La Ertzaintza analiza ahora los casquillos de bala encontrados en el lugar del crimen de Azpeitia para tratar de determinar si la pistola podría haber sido utilizada en algún atentado anterior.

En el asesinado de Carrasco, el pistolero disparó cinco proyectiles del calibre 9 milímetros Parabellum, munición utilizada habitualmente por ETA.

Los investigadores apuntaron entonces a que el autor material del asesinato del ex concejal era “un buen tirador” por la forma en que efectuó los disparos, que atravesaron el parabrisas del vehículo antes de alcanzar a la víctima.

Una de las balas impactó en la cabeza del ex edil, otra en el cuello, dos en el abdomen y una quinta en el brazo.

En esta ocasión, el terrorista se ha acercado de frente a Ignacio Uría y ha disparado en al menos dos ocasiones, impactando en la cabeza y en el pecho del empresario.

Fuentes de la investigación no descartan ninguna hipótesis a la espera de las declaraciones de los testigos, el estudio de los casquillos y los restos del coche utilizado en el atentado, que los terroristas han quemado en el alto de Itziar para borrar cualquier huella o indicio que pudiera aportar datos sobre los autores.

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