Sin rastro de los desaparecidos ni de la furgoneta tras cuatro días de búsqueda

Al menos cuatro máquinas excavadoras y otros tres camiones, además de una treintena de personas, entre bomberos, policía científica, Tedax, Guardia Civil y efectivos del Samur, trabajaron durante toda la tarde en el lugar en el que se levantaba el módulo D del aparcamiento de la Terminal 4 del aeropuerto madrileño.

A lo largo de estas horas las máquinas de desescombro sacaron varios vehículos completamente calcinados y aplastados aunque todavía no han sido hallados ni la furgoneta bomba ni los vehículos que ocupaban los dos ciudadanos ecuatorianos. Fuentes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) dijeron desconocer el número de vehículos que se encontraban en el módulo 9 siniestrado en el momento de la explosión pero señalaron que por la hora en que se produjo (minutos después de las 9 de la mañana de un sábado) “no estaría completo”.

Por otro lado un grupo de amigos de Diego Armando Estasio, uno de los dos desaparecidos, se acercaron a media tarde hasta la T-4 donde se mostraron pesimistas sobre la posibilidad de que ambos hayan sobrevivido al ataque terrorista. “A la vista de la cantidad de escombros que hay y las horas transcurridas -comentó a los periodistas uno de estos amigos- hemos perdido toda esperanza de que hayan salido con vida y ahora solo queremos que saquen sus cuerpos cuanto antes”.

Viajeros, personal de vuelo y del aeropuerto, taxistas y curiosos en general invadieron este martes también los dos espacios reservados en la terminal para la prensa, desde donde se visualiza la mejor perspectiva “autorizada” del lugar del atentado, para hacer fotografías y vídeos de la zona. Los trabajos de búsqueda de los dos desaparecidos y de la furgoneta bomba continuarán durante toda la noche como en días precedentes y con el mismo operativo que se ha mantenido durante las horas diurnas.

Localizadas las zonas de los vehículos de los dos ecuatorianos

El director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida dijo este martes que ya se tienen localizadas “más o menos las zonas donde están los vehículos de los dos desaparecidos y se trabaja muy cerca del lugar donde podía estar uno de ellos, según las informaciones aportadas por los familiares”.

Mesquida, que visitó este martes el aparcamiento de la terminal 4 donde se produjo el atentado, manifestó que la Policía Científica ha obtenido algunas muestras que podrían determinar la cantidad y el tipo de explosivos utilizados, tras haberse alcanzado el núcleo de la explosión en los trabajos de desescombro. Mesquida, manifestó que los trabajos se realizan a un ritmo muy rápido, ya que se han retirado más de 2.000 toneladas de escombros y más de 120 vehículos.

Aseguró que las posibilidades de que los dos ciudadanos ecuatorianos estén aún con vida son “muy, muy, muy remotas”, ya que se desplomaron cuatro plantas del aparcamiento y hay un “peso importante” de escombros, así como señaló que con la deflagración se alcanzó una temperatura de más de 1.000 grados.

“Incompatible con la vida humana”

Por otro lado, el director de Emergencias y Protección Civil del Ayuntamiento de Madrid, Alfonso del Álamo, dijo este martes que la situación en el módulo D del aparcamiento de la T-4 del aeropuerto de Barajas, afectado por el atentado del pasado sábado, es “incompatible con la vida humana”. Del Álamo explicó que aún así los Bomberos del Ayuntamiento continuarán los trabajos de desescombro 24 horas al día porque tienen “un compromiso con los ciudadanos de rescate, y eso afecta tanto a cuando las personas están vivas como cuando han fallecido”.

Explicó que en estos momentos las labores de desescombro están centradas en la plaza 307 de la segunda planta del aparcamiento, lugar donde estaba estacionada la furgoneta-bomba. Ese lugar “teórico” se encontró a las nueve de la mañana del pasado lunes, recordó Del Álamo, quien señaló que aunque el hallazgo les dio esperanzas de encontrar por lo menos restos de la furgoneta que llevaba los explosivos no se puede olvidar “que ha habido una tremenda onda expansiva, que ha mandado motores a 80 y 90 metros de distancia, y que ha habido una tremenda carga de fuego”.

Por ello, añadió, la situación inicial de partida de cómo estaban dispuestos los vehículos, tal y como se ve en las cámaras de seguridad del aeropuerto, ha podido cambiar completamente después de la explosión. Los 18 bomberos que trabajan en la zona avanzan “muy despacio” ya que cada vez que se descubre un nuevo vehículo se paran las máquinas hasta que los bomberos, la Policía Científica y los perros adiestrados proceden a su inspección.

Uno de los desaparecidos se encontraba en el momento de la explosión en el interior de su vehículo, que estaba estacionado en la planta 2, en un entorno, al parecer, “bastante próximo” a la furgoneta-bomba. En cuanto al otro desaparecido, “no está muy claro cual era su ubicación”, señaló.

Del Álamo señaló que en el módulo D del aparcamiento de la T-4 estaban estacionados en el momento del atentado alrededor de 600 vehículos, de los cuales han sido recuperados hasta el momento 40. El estado de estos vehículos es “tremendo”, según indicó Del Alamo, quien relató que muchos de los recuperados están “como si los hubieran metido en una máquina de chatarra”.

Por último, explicó que los trabajos están permitiendo retirar al día 1.000 toneladas de escombros y calculó que, si no se pueden agilizar los trabajos porque no se encuentra a los desaparecidos, las tareas podrían prolongarse 15 días ya que se calcula que en la zona hay entre 25.000 y 35.000 toneladas de escombros. No es fácil fijar un plazo para el fin de los trabajos ya que se puede encontrar un coche con un desaparecido “dentro de cinco minutos o dentro de cinco días”, afirmó Alfonso del Álamo.

Casi un millar de reclamaciones

Mientras,

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