Pasmando, y en el recreo

José María Noguerol

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Por fin, el exministro, el exsecretario de organización de un partido y la expersona bien hablada, no entró en prisión. Casi al mismo tiempo y con igual expectación informativa, una tal Amaia Montero vuelve a un tal grupo llamado “La Oreja de Van Gogh”. Nada sorprende tanto como la ausencia de sorpresa, todo se mide igual y al mismo peso. No ocurre esa suerte en el mercado de la Plaza de Lugo (Coruña), en la que si eres capaz de hacer el paseíllo en la planta de pescados y mariscos sin que te pase nada, consigues el cum laude en experiencia ciudadana.

Pasmando también con la sanidad y sus carencias. Andalucía es un clamor de incompetencia, Madrid se relame supuestas heridas, y mientras tanto alguien reclama una lista de objetores a las operaciones de tobillo y de cadera, masculinas, claro. Álvaro Tarfe, brama desde hace más de cuatro siglos: la culpa es del bachiller, Sansón Carrasco, que los engaña a todos con su crítica literaria avant la lettre, ¡menuda chorrada!

Y sigue la cosa porque recordamos la primera vez de Annie Hall, estreno, en un cine que estaba pegado al Hotel Compostela (¿Te acuerdas, Paco?) Fuimos los dos y una tercera cuyo nombre no quiero recordar porque espanta, el recuerdo no el nombre. Qué tristeza la reina de los corazones solitarios que se ha ido, Diane Keaton, la única que le plantó cara al siniestro Corleone junior: a ver cuándo dejamos de mitificar tanto a los malos y empezamos a querer a los pobres policías que siempre tienen un papel secundario y casposo en las películas.

Pasmando asimismo con el recuento de sucesos, cada mañana, cada tarde, en todas las televisiones generalistas y generales con mando en plaza: en todas, todos los días. En fiestas de guardar, misa y oraciones varias. Este país no será decente hasta que suspendan las retransmisiones de esas ceremonias, los toros y el fútbol. Incluso el presidente del gobierno de España tiene dudas con los toros, o no se atreve a decir lo que piensa, no lo sabemos (a Pedro Sánchez le gusta la poesía de Bertolt Brecht, así cualquiera). En Canarias y en Catalunya lo saben desde hace tiempo. En Galiza puede, aunque hay dudas en una ciudad al norte de Portugal, Pontevedra.

Pasmando de igual manera con la última película de Almodóvar que nadie ha visto: ya hay críticas en contra. De esos mundos, sin embargo, lo más relevante es que Ana Curra vuelve a cantar. ¿No sabes quién es? Tú te lo pierdes porque podías haber asistido a sus clases en el conservatorio de San Lorenzo de El Escorial y no fuiste.

Entre bambalinas, pasmando con los afeites de la judicatura y la menesteranza, ¿y eso, qué es? Pregúntale a un borracho que pase por la calle y te leerá el discurso de las armas y las letras, ¿o era de la almas? Qué más dará. Vale.

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