Afectados por las Antenas de Telefonía Móvil de Las Palmas alertan del daño de los teléfonos inalámbricos sobre la salud
La asociación critica que instituciones reconocen que las antenas de telefonía móvil son “insalubres”, pero no actúan para evitar su instalación descontrolada
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 27 (EUROPA PRESS)
La Asociación de Afectados por las Antenas de Telefonía Móvil (Atemo) de Las Palmas alerta de los efectos nocivos de los teléfonos inalámbricos sobre la salud, ya que sostiene que “sin ser utilizados emiten radiaciones continuamente”.
En un extenso informe titulado 'Historia de una muerte anunciada', remitido a Europa Press por el otorrinolaringólogo canario y miembro de Atemo Juan de la Bárcena Jaubert, se recogen aspectos técnicos sobre los campos electromagnéticos, denuncias de colectivos e investigadores y científicos nacionales e internacionales, numerosos estudios y diversas declaraciones institucionales contra la implantación descontrolada de las antenas de telefonía móvil.
El también miembro fundador del primer Comité de Tumores del Hospital de San Pablo de Barcelona y del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, y especialista del servicio de Oncología del Hospital de San Pablo de Barcelona, entre otros cargos, recuerda que “la primera señal de alerta del peligro potencial para la salud de los campos electromagnéticos se dio en la antigua Unión Soviética en 1972”.
“Korobkova observó extraños síntomas en los trabajadores del sector eléctrico, sometidos constantemente a los cambos electromagnéticos. Estos trabajadores presentaban cambios continuos de la presión arterial, cefaleas persistentes, fatiga excesiva, estrés y depresiones agudas. Desde entonces no se pueden colocar líneas de alta tensión cerca de las poblaciones”, añade.
Asimismo, señala que “los primeros en vincular la influencia de los campos electromagnéticos de baja frecuencia hasta 300 herzios con los casos de cáncer fueron Nancy Wertheimer y Ed Leeper”, que publicaron los resultados de su estudio en el American Journal of Epidemiology.
En 1992 los científicos María Feychting y Anders Ahlbom del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) concluyeron en su estudio que “la exposición a campos electromagnéticos aumenta el riesgo de cáncer, siendo especialmente evidente en la leucemia infantil”, agrega Atemo, que apunta también que en 1997 el cirujano y radioterapeuta de Darwin (Australia), John Holt, “relaciona la evolución de ciertos cánceres situados en la cabeza con el uso del teléfono móvil”.
“ESTRÉS ELECTROMAGNÉTICO”
La Asociación plantea la sintomatología del “estrés electromagnético”, que ocasionan “los campos electromagnéticos pulsados emitidos por los teléfonos móviles, así como por las pantallas de ordenador y televisión”, cuyos efectos sobre el organismo son varios, según el informe, y entre los que figuran insomnio, angustia, depresión, trastornos de memoria, dolores de cabeza, hipertensión arterial, alteraciones del ritmo cardíaco, urticaria, ojos rojos con lágrimas que pican, sequedad y visión borrosa, interferencias con ciertos tratamientos de glaucoma, además de consecuencias patológicas, entre otros.
Además, la organización destaca que “se ha llegado a comprobar la relación existente entre la cercanía de los afectados expuestos a las ondas electromagnéticas de las antenas de telefonía móvil con la aparición de sordera súbita y la candidiasis orofaríngea --infección que consiste en la inflamación de la mucosa orofaríngea debida a una infección por levaduras--”.
Igualmente, Atemo advierte del daño de los teléfonos inalámbricos, cuyo “perjuicio” aseguran que “es muy superior al producido por el televisor o el ordenador, puesto que los efectos de estos últimos son prácticamente insignificantes a 30 centímetros de distancia”, además de que plantea que “el sistema Wifi por ondas debe ser sustituido en las viviendas por el de cableado”.
Tras analizar los estudios publicados y la amplia experiencia en años de investigación epidemiológica en numerosos barrios y municipios de las islas de Gran Canaria, Tenerife, Lanzarote y Fuerteventura, para esta asociación “la relación causa-efecto es evidente”.
De este modo, proponen “situar las antenas a 650 metros de la primera casa habitada, una altura de diez metros respecto al paso de una persona, una potencia de 0,001 microvatio, que se tenga en cuenta la intensidad de la onda portadora y que se elimine la moduladora por estar en el rango de frecuencia que afecta al sistema nervioso”.
En su escrito, la asociación recuerda que el Cabildo de Gran Canaria calificó en enero de 2008 de “insalubres” las antenas de telefonía móvil, mientras que los miembros de la organización se muestran críticos con la política del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, formado por Partido Socialista Canario (PSC-PSOE) y Compromiso por Gran Canaria.
Según Atemo, “el alcalde, Jerónimo Saavedra, y toda su corporación tendrían que dimitir” ante la polémica instalación de antenas de telefonía móvil en diversos puntos de la capital. “Les salva que gobiernan en una región donde impera el pasotismo total, ya que nadie cree en ningún político”, añade el colectivo, para el que “existe una pandemia con enfermedades y muertes que podían haberse evitado”.