El alcalde de Arona dimite tras haber perdido el recurso contra su inhabilitación
José Alberto González Reverón ha anunciado este mediodía en rueda de prensa su dimisión como alcalde de Arona (Tenerife) después de que la Justicia haya desestimado el recurso que presentó contra la sentencia por el caso Enchufe (la contratación en 2004 de dos personas sin sacar las plazas a concurso), que lo inhabilita por un periodo de cuatro años y medio por un delito continuado de prevaricación.
El alcalde conocía la desestimación del recurso desde el lunes por la noche, y de esta manera se confirmaba que su permanencia en el cargo es incompatible con la sentencia, aunque ésta no sea firme. Ahora se abre un proceso por el que Francisco José Niño se hará cargo de la Alcaldía de manera provisional hasta la celebración del Pleno.
En rueda de prensa, González Reverón ha asegurado que se marcha del Ayuntamiento con “mucho menos patrimonio”, y si bien ha expresado su “absoluto” respeto a la Administración de Justicia, ha dicho que la sentencia que le inhabilita como alcalde es “injusta, desproporcionada y hasta inhumana”.
El alcalde ha explicado que ya pensó en dimitir el pasado mes de junio, después de que la magistrada Cristina Guerra Pérez, del Juzgado de lo Penal número 1 de Santa Cruz de Tenerife, le condenase como autor penalmente responsable de un delito continuado de prevaricación, pero ha asegurado que decidió mantenerse en el cargo por el apoyo “sin fisuras” de los miembros del grupo de gobierno, de Coalición Canaria y de la ciudadanía.
José Alberto González Reverón ha criticado “la fiesta que se ha montado” en torno al Ayuntamiento de Arona por un delito de corrupción y ha dicho que está “absolutamente convencido” de que los expedientes administrativos por los que fue juzgado se “podían haber discutido para ver si estaban bien o mal”.
Ha insistido en que sólo se limitó a renovar a dos trabajadores cuya contratación por parte del Ayuntamiento se ha demostrado irregular en los juzgados, por lo que entiende que “han intentado condenar al que menos ha intervenido en este proceso”.
“Tristeza y pena”
Desde el punto de vista personal, admitió que se enfrenta a una situación de “tristeza y de pena”, pues su dimisión pone fin a una etapa de trabajo marcada “pura y exclusivamente” por “la vocación de servicio público”, y ha recalcado que no ha servido “ni para ganar dinero, ni para intentar ampliar el patrimonio, ni para ganar un sueldo”, puesto que ya ocupaba un puesto de dirección en una empresa privada, tal y como recordó.
González Reverón ha hecho hincapié en que la “batalla judicial” no ha terminado, pues recurrirá la sentencia ante el Tribunal Constitucional, pero reconoce que desde el punto de vista institucional, personal y humano esta situación ha sido “insostenible” desde hace meses, con “una situación de acoso y derribo por el único pecado de tener el respaldo popular y dos mayorías absolutas sin precedentes en la historia de la democracia de Arona”, apostilló.
La reticencia hasta ahora del alcalde a abandonar el cargo había suscitado en las últimas semanas numerosas críticas y polémicas votaciones en el Ayuntamiento, y este mismo miércoles se conocía la carta que Gaspar Llamazares de Izquierda Unida remitió al fiscal general del Estado para que se requiera formalmente a González Reverón el “cese en su conducta ilegal”.