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El 56% de empresas de la construcción tinerfeñas considera “mala” la actividad inversora en el primer semestre

SANTA CRUZ DE TENERIFE, 10 (EUROPA PRESS)

El 56% de empresas de la construcción de Santa Cruz de Tenerife considera que la actividad inversora en el primer semestre de 2010 ha sido “mala”, según se desprende de los primeros resultados del estudio 'Tendencias Sectores Económicos' realizado por Servicios Avanzados de Opinión (SAO) del Servicio Integral de Empleo de la Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife (CEOE-Tenerife).

La finalidad de este estudio, según informa la CEOE-Tenerife en un comunicado, es conocer la opinión de los responsables de las pequeñas y medianas empresas de la provincia de Santa Cruz de Tenerife sobre la situación actual y expectativas futuras de sus respectivos negocios.

Esta investigación por muestreo realizada a partir de oleadas sucesivas con el fin de aportar información rigurosa y fiable de carácter cualitativo sobre la percepción y las expectativas de algo más de 400 pequeñas y medianas empresas de todos los sectores económicos e islas de la provincia tinerfeña, pretende revisarse cada seis meses con el fin de tener información actualizada sobre la realidad empresarial.

Si bien para CEOE-Tenerife, en base a estos primeros resultados de tendencia, el balance general que realizan las Pymes sobre la evolución de la primera mitad de 2010, respecto al semestre anterior se puede calificar de pesimista, con disminuciones generalizadas en los principales indicadores económicos seleccionados para este estudio, constituye el objeto de esta segunda difusión, el análisis pormenorizado del indicador de “inversiones”.

MENOS INVERSIÓN

Así pues, el 58,6 por ciento de los consultados señala que han disminuido las inversiones respecto al segundo semestre de 2009; porcentaje que se eleva hasta el 71,4 por ciento en el sector de la construcción, mientras que las pymes del sector industrial afirman en un 52,7 por ciento de los casos que han mantenido su nivel de inversiones, siendo destacable que el 33 por ciento de las empresas de talleres y metales indiquen que sus inversiones han aumentado. Por subsectores, destacan en valoración negativa, además de construcción e inmobiliaria, el subsector del comercio de alimentación minorista y el subsector del automóvil, acusando en un 75 por ciento y 73,3 por ciento, respectivamente, la caída de la actividad inversora. Asimismo, ha sido El Hierro la isla más afectada, así como las empresas de menor tamaño (de 0 a 2 empleados).

La calificación actual de la actividad inversora para el global de sectores es mala en un 48,5 por ciento, especialmente para el sector de la construcción que se pronuncia en este sentido en un 56 por ciento. El 23,5 por ciento de las empresas agrícolas y ganaderas, y el 16,2 por ciento de las empresas de resto de servicios consideran que la situación de sus inversiones es buena frente a la proporción global del 8,6 por ciento, explicado en este último caso por la valoración que al respecto realizan las empresas turísticas (en un 32,9 por ciento). El subsector de grandes superficies valora en un 50 por ciento como buena la actividad inversora en estos momentos. La peor coyuntura, en materia inversora, la está sufriendo actualmente Tenerife, así como las empresas de tamaño mediano (de 3 a 9 empleados).

En cuanto a las expectativas para el segundo semestre de este año, un 48,7 por ciento de las empresas consultadas prevén que las inversiones disminuyan; porcentaje que en línea con la evolución observada desde mediados de 2009, se eleva a un 63,9 por ciento entre las empresas del sector de la construcción. Tanto en el sector agrícola y ganadero, como en el industrial (especialmente la industria tradicional) y resto de servicios (explicado por la previsión de la hostelería y restauración) son más las empresas que opinan que la inversión se mantendrá; de hecho, el 36,4 por ciento del total de empresas consultadas opina en este sentido. El peor panorama se plantea para las islas Tenerife y El Hierro, así como a las empresas de menor tamaño (de 0 a 2 empleados).

INVERSIÓN EN INMOVILIZADO

En un intento de ampliar información sobre el tipo de actividad inversora predominante, así como el peso de los factores que inciden en dicha decisión, se observa que tiene mayor participación en la decisión inversora de las empresas consultadas, las inversiones de inmovilizado (58,2 por ciento) frente a las inversiones de carácter tecnológico (24 por ciento), sin que varíe dicha participación en la previsión para el semestre venidero.

Las pymes del resto de servicios son las que en mayor medida han apostado en su decisión de inversión por las inversiones tecnológicas, frente al resto de sectores, manteniendo a su vez el equilibrio entre ambos tipos de inversiones (40 por ciento, en ambos casos). Cabe señalar que la apuesta por las inversiones tecnológicas dentro del sector resto de servicios viene explicada por el subsector de servicios a empresas. Sin embargo, para el próximo semestre las empresas de este sector esperan aumentar la participación de la inversión en inmovilizado (el 47,3 por ciento frente al 28,3 por ciento) dada la apuesta por los bienes tangibles de los subsectores de automoción y hostelería y restauración.

Por el contrario, son las empresas del sector de la construcción y del comercio las que en mayor medida han apostado por inversiones en inmovilizado, el 77,3 por ciento y 64,7 por ciento, respectivamente; como también son las que tienen mayores expectativas de inversión futura en inmovilizado material. En cuanto al tamaño de la empresa, son las de 10 o más empleados las que apuestan en mayor medida por las inversiones tecnológicas.

DEPENDENCIA DE LA INVERSIÓN

Al analizar la dependencia de la decisión inversora de factores como la disponibilidad de crédito, la demanda, las subvenciones y la ejecución de obra pública, se puede afirmar, en general, que las pymes dependen “mucho” de la demanda (74,6 por ciento), y de la disponibilidad de crédito (50,8 por ciento), mientras que por el contrario, dependen en menor medida de las subvenciones (12,2 por ciento) y de la ejecución de obra pública (10,6 por ciento).

Sectorialmente, se aprecian diferencias significativas por cuanto las pymes del sector industrial y comercial son las que en mayor medida afirman que sus inversiones dependen de la demanda (88,5 por ciento y 85,1 por ciento, respectivamente). La disponibilidad de crédito para la inversión, sin embargo, se aprecia más necesaria entre las empresas de la construcción (65,1 por ciento frente al 50,8 por ciento de la proporción global); y las inversiones del sector agrícola dependen “mucho” de las subvenciones (68,1 por ciento frente a la proporción global del 12,2 por ciento) al contrario que el resto de sectores.

Asimismo, las pymes de mayor tamaño (de 10 o más empleados), tienen mayor dependencia de la disponibilidad de crédito (61,8 por ciento frente al global del 50,8 por ciento), de las subvenciones (21,8 por ciento frente a la proporción global del 12,2 por ciento), y de la ejecución de obra pública (22,9 por ciento frente a la proporción global del 10,6 por ciento). Mientras que las empresas más pequeñas (de 0 a 2 empleados) vienen muy condicionadas por la demanda (el 79,8 por ciento frente al global del 74,6 por ciento).

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