El 'copia y pega' de Repsol en Castor y Canarias
El especialista en medioambiente Marc Gavaldá ha criticado este jueves los informes ambientales del proyecto Castor y los ha comparado con los realizados por Repsol en Canarias basados en un “corta-pega de otras zonas”, con el único objetivo de conseguir la licencia.
Así lo ha asegurado durante la charla con la que arrancado la XIII Conferencia Atlántica de Medio Ambiente que, hasta este viernes, se celebra en Fuerteventura, con intervenciones centradas en el petróleo y sus posibles consecuencias medioambientales.
El investigador ha puesto en cuestión los informes ambientales encargados por las petroleras y ha denunciado la escasa voluntad de hacer “unos documentos contrastados que tengan en cuenta los posibles riesgos y se apliquen las medidas correctoras”. A su juicio, estos informes, realizados por empresas “afines”, son “un mero trámite” y tienen como único objetivo conseguir “la licencia ambiental a todo coste”.
Si prosperan las intenciones de Repsol y del Ministerio de Industria para buscar petróleo en aguas cercanas a Lanzarote y Fuerteventura, Gavaldá ha asegurado que las prospecciones podrían tener graves consecuencias socioeconómicas en el turismo y en una población que se abastece de agua de mar desalada.
De metales y enfermedades
Además, cree que de llevarse la explotación petrolera en Canarias acabaría ocultando la presencia de metales pesados en las aguas tras las extracciones, lo que podría “poner en peligro la salud de la población”.
“Estos metales pesados se acumulan en los huesos y tejidos y terminan afectando al sistema nervioso central y a la larga pueden producir enfermedades como el cáncer, leucemia o afecciones digestivas y respiratorias”, ha añadido. Durante su intervención, el autor de libros como Las manchas del petróleo boliviano o Viaje a Repsolandia ha recordado que el petróleo es un recurso que, a nivel global, se está acabando mientras avanza la frontera extractiva.
Además, ha denunciado el intento de las petroleras de anunciar nuevos descubrimientos que, en el caso de Repsol, coinciden con las juntas de accionistas, mientras “seguimos observando un incremento del precio y se dibuja un escenario en el que el petróleo será un producto muy costoso”. Después de una década recorriendo pozos petroleros en Argentina, Colombia, Perú o Argentina asegura de forma tajante que el petróleo es una industria contaminante y por cada litro de gasolina que se consume deja detrás una cantidad de 2,5 toneladas de CO2.
Además, ha traído hasta Fuerteventura la huella ambiental que las multinacionales han dejado en América Latina en su búsqueda de petróleo, consecuencias como las realizadas tras las prospecciones sísmicas con la apertura de caminos en medio de bosques y zonas desérticas o la entrada de terceros en territorio indígena. Sin olvidar, la ejecución de pozos exploratorios en un primer momento y más tarde de pozos productivos con un importante impacto de taladros en el territorio con lodos de perforaciones en los que el 95% son productos químicos y el 5% restante agua.
Informes “muy débiles”
Poco después de conocer que el Tribunal Supremo ha rechazado el recurso de Industria para no indemnizar a los propietarios de Castor, Gavaldá ha explicado que los informes medioambientales son “muy débiles, ya que se sabía que había fallos tectónicos y se los han pasado por alto y eso ha generado que en la primera semana se hayan producido 400 microsismos y algunos a escala de terremoto”.
El activista no ha querido pasar por alto la industria petroquímica de Tarragona a la que ha tildado de “muy contaminante” después de enumerar las manchas de crudo y cierres de playas con las que conviven la población de la zona. Asimismo, ha dado a conocer un estudio realizado a raíz de una serie de malos olores en la zona y que ha sacado a la luz 70 moléculas que ni siquiera están catalogadas por lo que no existen sanciones al respecto.