Un GPS delata la connivencia entre el funcionario del Cabildo y Serramar
Un GPS instalado en un coche de Seguridad Integral Canaria ha delatado la connivencia existente entre el jefe de los Servicios de Régimen Interior del Cabildo de Gran Canaria, Carlos Gutiérrez, y los representantes en la isla de la empresa Serramar, adjudicataria provisional de los servicios de seguridad y vigilancia de la primera Corporación insular. El ex coordinador de esos servicios cuando los ejecutaba Seguridad Integral Canaria, José Ángel García, levantó las sospechas de su empresa, que abrió una investigación secreta instalando ese sistema de seguimiento por satélite.
El seguimiento sirvió para descubrir que en julio de 2009, cuando ya había sido convocado el concurso para la adjudicación de los servicios de seguridad y vigilancia del Cabildo, el coordinador de Seguridad Integral Canaria recogió en el coche de la compañía al funcionario Carlos Gutiérrez, responsable de informar de esa adjudicación, para llevarlo a almorzar a un restaurante de cocina china situado en el barrio de Tamaraceite, en Las Palmas de Gran Canaria.
En esa comida se encontraban presentes, según los informes internos de Seguridad Integral Canaria, el referido funcionario cabildicio, el coordinador de los servicios de Seguridad Integral Canaria para esa Corporación, José Ángel García, y el delegado de Serramar para Canarias, Rafael Gallego.
García trabajaba en aquellos momentos para Seguridad Integral Canaria, empresa de la que fue despedido en octubre de 2009 tras descubrirse su connivencia con Serramar, compañía de la competencia que también se había presentado al concurso. Rafael Gallego, por su parte, tuvo que renunciar a ese cargo por ser condenado a ocho años de prisión por un delito de tráfico de drogas, condena que cumple en estos momentos en la prisión Tenerife II.
El GPS instalado en el coche del coordinador de Seguridad Integral Canaria también sirvió a la empresa para descubrir que su empleado ejercía de conductor al servicio del funcionario Carlos Gutiérrez, al que recogía en su casa para llevarlo a su puesto en el Cabildo o para llevarlo de compras y a otras actividades que nada tenían que ver con su tarea.
Carlos Gutiérrez, en su calidad de jefe de los Servicios de Régimen Interior del Cabildo de Gran Canaria, es el responsable de informar sobre las propuestas de adjudicación de los diferentes concursos que son convocados por la institución. En el caso del de los servicios de seguridad y vigilancia, Gutiérrez delegó esa tarea en su mano derecha, el interino Adrián del Pino, por encontrarse de baja por enfermedad de manera recurrente. Sin embargo, Gutiérrez ha participado directamente en este proceso porque, de hecho y pese a estar de baja en aquellos momentos, acudió al Cabildo el día que se abrieron las plicas con las ofertas económicas de las empresas que concurrieron a este concurso, según informaron testigos presenciales.
Es más, durante las deliberaciones celebradas en la Mesa de Contratación, Adrián del Pino recurrió constantemente al latiguillo de “es el criterio unánime del servicio de Régimen Interior” cuando era requerido para que informara de las arbitrariedades detectadas en la valoración hecha de las ofertas de las empresas concursantes.
El Cabildo abrió este lunes un expediente informativo para conocer el alcance de la presunta connivencia entre los funcionarios y la empresa Serramar, una vez una sentencia de un juzgado de la jurisdicción social llamara la atención sobre el papel desempeñado como testigo en un pleito por despido por parte del funcionario Carlos Gutiérrez.
Seguridad Integral Canaria despidió en octubre pasado a cinco de sus empleados, cuatro vigilantes y el coordinador José Ángel García, al descubrir que se inflaban las horas extraordinarias y se facturaban servicios no realizados al Cabildo con el fin de obtener sobresueldos que presuntamente eran luego repartidos con el coordinador.