La necesidad de consumir menos suelo
El director general de Urbanismo del Gobierno canario, Rafael Castellano, manifestó este martes que es necesario desligar los planes generales de ordenación municipales del uso residencial como único elemento de desarrollo e incorporar otras actividades alternativas que consuman menos suelo.
Castellano recalcó que “hay que trabajar” para elevar la “cultura de los responsables políticos” acerca de lo que es el territorio y de las herramientas que ofrece la legislación para dar respuesta a las necesidades de los municipios, en unas jornadas sobre Competitividad para potenciar el desarrollo sostenible.
Unas jornadas organizadas por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación Territorial, en las que se presentaron ejemplos de actuaciones competitivas que “dan un salto adelante en el paradigma que han supuesto hasta ahora los planes generales de ordenación, que sólo han servido para crecer en población y generar buena parte de las plusvalías” de los ayuntamientos, afirmó.
Según Castellano, desde su departamento se entiende que “eso es un error y contrario a la legislación de Canarias”, que persigue “restringir al máximo el consumo del suelo”.
Explicó que se está intentando abrir caminos en el sentido de desarrollar actuaciones alternativas como el Loro Park del Puerto de La Cruz, en Tenerife, o el Mercadillo del Agricultor de San Mateo, en Gran Canaria, que han servido para el desarrollo económico de ambas localidades.
Según Castellano, ejemplos como estos deben ser referentes para que los profesionales que intervienen en los planes y los políticos municipales “entiendan” que el crecimiento no debe estar vinculado sólo a población, consumo de suelo y concesión de licencias para la construcción de viviendas, “sino a otras actividades complementarias que no consuman tanto suelo y sean más sostenibles en el tiempo”.
Campos de golf
Sobre los campos de golf, manifestó que constituyen también una oferta complementaria, aunque más vinculada al turismo, y que pueden ser un factor de competitividad, pero sin que haya que “aferrarse” a ellos como única solución.
Castellano consideró que “un plan general de ordenación del municipio es una herramienta muy potente, no sólo para establecer reglas de juego sobre un territorio, sino también para desarrollar políticas inversoras y públicas”.
El problema radica también en que, si el municipio no tiene capacidad para gestionarlo, “se le saca poco partido” y no responde a las necesidades de los ciudadanos, matizó.
El consejero de Medio Ambiente y Ordenación Territorial, Domingo Berriel, que inauguró las jornadas, destacó que desde su departamento se desarrolla una “intensa labor en la planificación del territorio” y que se colabora de manera “muy estrecha” con las corporaciones locales en esta materia, a través de un programa de cooperación administrativa.
Abundó también en que se pretende “crear una nueva cultura” no sólo para adaptar los planeamientos a las directrices de ordenación del territorio, sino para llevar a cabo unos modelos de planeamiento que respondan a unas estrategias de competitividad compatibles con el desarrollo sostenible.
Se trata de saber qué se debe potenciar y cómo clasificar determinado suelo en los distintos municipios en función de su economía y de sus recursos humanos y naturales, así como de las nuevas tecnologías, para conseguir una cohesión social y una economía razonable, dijo.