La Palma, ''la golosina de la especulación''
Carlos Castilla, autor de la primera tesis sobre desarrollo sostenible en Canarias y ponente de las jornadas formativas que se imparten estos días en la capital palmera, en el marco de la Universidad Ambiental de La Palma, declaró que esta isla “es la golosina de la especulación en Canarias y evitarlo depende de los agentes sociales, políticos y económicos porque los problemas hay que arreglarlos en su origen, cuando aún hay posibilidades de dar marcha atrás”.
Castilla, que se mostró contrario al incremento de camas turísticas y a la implantación de campos de golf en la Isla, considera “más que demostrado queda que los modelos de desarrollo turísticos y urbanísticos adoptados en buena parte del Archipiélago, a excepción de El Hierro, sólo responden al principio de la especulación desmedida y al interés particular y no general de la sociedad palmera”.
Por su parte, la Universidad de La Palma afirmó en un comunicado que entiende la sostenibilidad como “un término que, lejos de ser una moda constituye una tendencia natural hacia el equilibrio socioeconómico y la armonía entendida en el más amplio sentido de la palabra”.
“Lo que resulta ilógico”, añadió el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna, “es que cuando un sistema no funciona se perpetúe su uso hasta la destrucción del entorno, sencillamente por el mero afán inversor cuando que, a lo único que contribuye, es a la merma de la calidad de vida de quienes habitan en ese espacio”.
A juicio de Castilla, “quienes mueven los hilos argumentan que estos modelos de desarrollo se sustentan en factores como la creación de empleo o riqueza cuando, en la mayoría de los casos, lo que provocan es fuga de capital, dado que los inversores son externos y la mano de obra contratada no es local”.
Revolución silenciosa
El ponente argumentó que, en la actualidad, tal y como ha ocurrido en etapas anteriores, “nos encontramos en un período de transición equivalente al experimentado entre la Edad Media y el Renacimiento hasta la llegada de la Edad Moderna donde ya se constató que el Método Científico presenta serios problemas internos, ya que su rigidez y mecanicismo van en contra de la evolución natural del ser humano”. Hecho que, para Castilla han sido los precursores de la aparición del denominado Nuevo Paradigma.
Esta nueva concepción constituye, en su opinión, un nuevo modelo de conocimiento más abierto y receptivo donde se consideran más importante las relaciones que las partes y se aceptan cuestiones como la incertidumbre y el hecho de que no se puede controlar todo. Ni siquiera aplicando el error estadístico, sencillamente, porque el ser humano no es un elemento mecánico sino dinámico y en constante evolución.
En este sentido, Carlos Castilla defiende que el actual sistema social, político y económico está atrincherado en el modelo científico, en parámetros donde lo que prima es perpetuar sistemas de desarrollo que, si bien está demostrado que son caducos y contrarios a los nuevos tiempos, son los que se imponen.
Así mismo, asegura que “la transición, el paso de un cambio de orden inferior a superior es inevitable y, aunque hoy por hoy, haya muchos escépticos lo cierto es que históricamente se ha demostrado que lo único que no pervive es lo que no funciona y resulta obvio que el modelo actual no lo hace”.
Castilla calificó el cambio en el sistema de valores que experimentamos actualmente, el fracaso de la democracia representativa o el hecho de que cada día el número de personas que forman parte de la red universal de transformación vaya en aumento como “pruebas palpables del resquebrajamiento que está sufriendo el sistema socioeconómico actual, sustentando en el modelo científico y que se niega a morir”.
En palabras de Castilla, “no se trata de negar el Método Científico ni los logros o el desarrollo tecnológico que, a raíz de su implantación hemos vivido, sino de reconocer que no es la panacea y que existe otra forma de aproximarse a la realidad y de hacer ciencia, que es el nuevo paradigma cuya aplicación es extensiva a todos los campos”.
En este sentido, Castilla hizo referencia al ámbito de la Medicina y la Salud, donde la medicina científica, fría y calculadora está abriendo paso a terapias de curación alternativas de probada eficacia
“Las enfermedades no dejan de crecer, día a día surgen nuevas patologías que ni la ciencia ni el desarrollo tecnológico son capaces de contener dadas sus limitaciones y, aunque los especialistas médicos hacen lo que está en sus manos, lo cierto es que las debilidades del modelo científico quedan una y otra vez en evidencia, de ahí la importancia de combinar el modelo antiguo con el nuevo paradigma y abrir las puertas a la evolución”, agregó.
Castilla reconoce que “aunque determinados colectivos se muestran escépticos ante la posibilidad del cambio, lo cierto es que la revolución silenciosa ya ha comenzado y que la sostenibilidad es la clave del futuro desarrollo porque, entendida en el más amplio sentido de la palabra equivale a la armonía, a la consecución del equilibro que busca el ser humano un valor que exige reformas para dar paso a una realidad mucho más enriquecedora”.
Finalmente, Castilla se mostró optimista y a la hora de hacer un pronóstico afirmó: “la velocidad de la evolución es exponencial y que, aunque ahora vivimos los inicios de la transición, lo cierto es que en unas décadas se demostrará que el nuevo paradigma y el desarrollo sostenible son mejores”.