La Policía sospecha que el dinero negro de González y Plasencia se relaciona con posibles sobornos
Las investigaciones realizadas por la Agencia Tributaria y la policía judicial sobre el entramado empresarial de Ignacio González y Antonio Plasencia, desvelan que se convirtieron en una máquina perfectamente engrasada para ennegrecer dinero. Los informes redactados dejan poco espacio para la imaginación. Durante los años investigados que abarcan desde 2000 a 2006 se detectó que la familia González dejó de declarar 423,3 millones y la de Plasencia 16,1. La Brigada judicial relaciona estos 438 millones de euros “con los hechos investigados”, que no son otros que la supuesta comisión de un delito de cohecho en la figura del exalcalde de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Zerolo, y los concejales que en el año 2001 dieron su apoyo a la compra del frente de la playa de Las Teresitas por parte del Ayuntamiento a estos empresarios por más de 52 millones de euros.
La policía se moja y parece mantener pocas dudas a la hora de relacionar estas operaciones con el hecho de que durante esos períodos el exalcalde no realiza gastos en el devenir contidiano.“Podría existir una conexión entre el dinero presuntamente ennegrecido por los empresarios y la ausencia de gastos de Zerolo, dado que si no gasta de sus cuentas el origen del dinero utilizado en estos períodos debería considerarse como desconocido”. Pese a lo contundente de las conclusiones policiales la juez instructora del caso, Carla Bellini, concluye que “del resultado total de la investigación no ha quedado acreditado de una manera cierta e inequívoca, la existencia de indicios que permitan sustentar tal afirmación toda vez que estamos en presencia de datos o circunstancias que términos de común experiencia no permiten otra cosa que la suposición o la mera sospecha”.
Los informes policiales apuntan que “en base a las enormes diferencias detectadas, las cuentas y la complejidad del entramado empresarial se dan los condicionantes perfectos para proceder a actividades de ennegrecimiento de dinero utilizado para ello el extenso grupo empresarial familiar”. En el caso de la familia González se llegaron a analizar al detalle 172 cuentas con un total de 396.000 movimientos. Así se pudo comprobar que este grupo empresarial utiliza el sistema de caja única lo que permite el pago indistinto desde cualquier sociedad del grupo y la existencia de numerosos movimientos internos. Este método, según la policía, “permite el ennegrecimiento de grandes cantidades de dinero que podrían haber sido utilizados para los hechos investigados”. La policía detecta que hay “enormes diferencias” entre lo que se declara que se paga a terceros y lo que realmente sale del grupo empresarial, “siendo el destino dado a esas cantidades desconocido”. En concreto, entre los años 2000 y 2006 la diferencia entre el dinero que sale de la cuentas de esta familia y los pagos declarados ascienden a 423,2 millones de euros cuyo fin, según la policia es “desconocido”. Reiteran por lo tanto los investigadores que se tratara de operaciones de ennegrecimiento de dinero, “que pueden tener relación con los hechos investigados”.
En el caso de González Martín, presidente de la Cámara de Comercio, se detectó un pago en negro de 1,5 millones de euros para adquirir un edificio a través de una cuenta que según los investigadores “parece haber sido creada para generar dinero en efectivo”. De hecho, en la misma no se identifican pagos, ni recibos domiciliarios, ni se observa otra actividad similar. Entre los años 2000-2003 salió en ese período 700.500 euros mediante cheques pagados en caja, mientras que durante todo ese tiempo de la totalidad de las cuentas se sacaron 2,6 millones por ese concepto. De manera que en esos depósitos se concentra la cuarta parte del total de salidas de dinero por medio de cheques pagados por caja, “por lo que cobra fuerza que se utilizaba con el fin de generar dinero en efectivo”.
En el caso de la familia Plasencia se contabilizaron 16,1 millones de euros que no han sido localizados en sus cuentas y que deberían haber entrado o salido de las mismas, por lo que la Brigada policial concluye que su origen es desconocido. Muchas de las cantidades reflejadas en el concepto 347 que se refiere a los pagos declarados, “podrían no corresponderse con relaciones comerciales reales persiguiendo entre otros fines el proceder a realizar facturación falsa con objeto de ennegrecer determinadas cantidades de dinero”. En concreto entre los años 2000 y 2006 las sumas supuestamente escondidas al fisco ascenderían a 70 millones por parte de los González y 10 por Plasencia, entre 2002 y 2005 se sumarían 85 y 55 respectivamente y entre 2005 y 2006, 150 y 35 millones por parte de cada uno de los empresarios.
Se investigaron un total de 128 cuentas y de 85.124 movimientos bancarios de la familia Plasencia. También este empresario utilizaba el sistema de unidad de caja que le permite que los ingresos se realicen indistintamente en depósitos de otras mercantiles de su entorno societario. Del análisis realizado se desprende que “existen grandes desajustes entre lo pagado y lo declarado que asciende a 13,2 millones de euros”. Los investigadores sospechan que se han podido haber estado confeccionando facturas “a la carta” buscando una coincidencia entre la facturación, “las cuales no responderían a la realidad de un bien o servicio intercambiado”. En este caso se detectaron cerca de tres millones de euros que deberían haberse ingresado o salido de las cuentas de esta familia pero cuya entrada nunca se llegó a identificar. Sin embargo, la fiscal Anticorrupción, María Farnés Martínez, echa en falta que la policía aporte alguna factura falsa o que se haya practicado una investigación encaminada al descubrimiento de las mismas.
La familia Plasencia envió al exterior durante los años 2002-2006 desde sus cuentas de CajaCanarias un total de 5,2 millones de euros que procedían de Estados Unidos. Entre 1998 y 2005 las cantidades remitidas a este último país sumaron casi 10 millones de euros. En el caso de la familia González se detectaron salidas por valor de 156.000 euros a Estados Unidos y así uno de sus hijos, Pedro González, gastó cerca de 60.500 euros en la compra de antigüedades y objetos de arte a este país y ese mismo día hizo una transferencia por una cantidad similar a una galería de arte de Venezuela. En este punto la policía matiza que las salidas de dinero no son pagos de mercancía o por cualquier otra contrapartida, sino simples traspasos de dinero al exterior. La familia Gonzalez forma parte del órgano de administración de trece sociedades distintas dedicadas a diferentes sectores y de ellas Pedro González está presente en seis. Las compañías están vinculadas a las producciones audiovisuales, estudios medioambientales o sector urbanístico.