Platóniko Street Food lleva el concepto del pollo frito a un nivel nunca visto en Canarias

Oswaldo Hernández, propietario de Platániko Street Food

Javier Suárez

16 de febrero de 2023 11:42 h

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Conocí a Oswaldo Hernández justo cuando estaba en los meses previos a la apertura de su negocio propio y me contaba con ilusión que quería poner en valor un producto muy maltratado gastronómicamente como el pollo y cambiar el concepto de street food que se tenía en Canarias. Abrió en el último trimestre del año pasado y todos los comentarios que me llegaban eran muy positivos y en el último Madrid Fusión, donde Oswaldo acudió a cocinar ayudando a Ale Mederos (Anteo Bar Gastronómico y la casa donde estuvo varios años) mientras volvíamos a casa, Abraham Ortega, chef y propietario de Tabaiba (1 Estrella Michelin) me dijo, “lo que Oswaldo está haciendo con el pollo es de locos, creo que significa a este ingrediente lo que Danny D’Angelo está haciendo con las masas y las pizzas en Pikza”. Con las expectativas por las nubes acudí a conocer lo que es Platóniko Street Food, y esto es con lo que me encontré.

La primera coincidencia de Oswaldo con Danny radica en el local, ya que Platóniko ocupa el espacio físico que Neodimio60 y después Halma en la calle Alfredo L. Jones pusieron en órbita en la capital grancanaria. Tras un profundo cambio de imagen pero guardando la cocina a la vista, lo primero que me sorprendió es el lleno absoluto del local en sus cuatro mesas, barra y terraza. “La gente me decía que el local estaba gafado, que si estaba loco por meterme aquí, pero yo lo que creo es que no se había tocado con la tecla de la propuesta gastronómica que el local por espacio requiere y que la zona sería capaz de asimilar”, me relataba Oswaldo con ilusión en los ojos. Y esa propuesta se resume fácilmente cuando uno lee la carta a la vista, comida para compartir, divertirse, disfrutar y pasarlo bien.

Hay una máxima en la gastronomía que solemos comentar entre los que nos dedicamos a ella, si un producto es bueno, no lo estropees. Si un producto es lo que hoy se llama “noble” o “humilde”, el cocinero demuestra su destreza llevándolo a un punto donde el comensal en su casa jamás lo había soñado. Pues bien, ambos puntos se dan la mano en lo que Oswaldo cocina en Platóniko, de tal forma que con una primera visita salí tan sorprendido y, por qué no decirlo, entusiasmado, que antes de escribir esta crítica fui a visitarlos una segunda vez para seguir probando platos que se me quedaron atrás. Y por aquí empiezo, una sola visita no da para degustar todo ya que sus raciones son generosas, su propuesta interesante y sus precios para todos los públicos ya que se puede comer por 15-20€ por persona y si ya somos de mucho saque, no pasa de 30-35€ pero les advierto que si almuerzan, ya no cenan.

En Platóniko todo gira en torno al pollo, pero para todos aquellos vegetarianos o incluso veganos, muchos de los platos se pueden transformar en apto para ellos cambiando el animal por Heura, un sustitutivo vegetal a base de soja. Pero no les mentiré, yo viajé únicamente por el mundo del pollo, una carne que me apasiona. Otra de las grandes diferencias de esta cocina con el resto es que Oswaldo únicamente usa la parte más jugosa del pollo, el muslo, que deshuesado y limpio de grasa sirve para que una vez frito se mantenga jugoso y sabroso, lejos de la sequedad que aporta la pechuga o de la hebra que ofrece el contramuslo. 

Continúo por la preparación previa del pollo, macerado en harina de arroz y garbanzo mientras para freír se usa harina de millo y guisantes liofilizados, por lo cual estamos hablando que es una cocina apta para intolerantes al gluten o celíacos, y a nivel gastronómico hace que las piezas se puedan comer con las manos y que las mismas no reflejen ni gota de aceite ya que son harinas que expulsan todo residuo por lo que son extremadamente óptimas en ese aspecto. 

Las variedades del menú ofrecen el pollo frito hindú con una salsa butter masala y yogurt acompañando al toque picante tan característica de esta gastronomía dando como resultado a un producto donde lo único que te falta es el pan para mojar la salsa hasta dejar el plato limpio.

Ahora vamos a detenernos en el plato que está llamado a ser no solo el emblema de la casa, sino el mejor pollo frito que jamás haya probado en Canarias y me atrevería a decir que en toda España, el pollo frito americano. Marinado en especias estilo americano con una salsa barbacoa y sirope de arce, este sí que te transporta al sur norteamericano. Yo, que he tenido la suerte de comer pollo frito en USA e incluso las famosas alitas en Buffalo, colindando con Canadá y sus Cataratas del Niágara, sentí que en cada bocado viajaba por esa cocina que aquí tanto se ha maltratado por multinacionales o casas que no le prestan el cariño adecuado. Este plato se puede pedir de dos maneras, solo o en su versión con gofres y créanme cuando les diga que no lo duden, elijan esta última porque aquí empieza otra de las sorpresas de la casa como son sus “acompañantes” como el sobresaliente gofre hecho en casa, pero también las papas fritas, de las mejores que he comido en mucho tiempo, el puré de papas o los Mac&cheese, sobresalientes todos ellos.

Seguro que en este momento ya están salivando pero cuando les dije que en Platóniko el concepto Street Food está tratado con el máximo respeto y coherencia tiene en los bocadillos otro de sus puntos fuertes. Goloso el Grilled Cheese con un pan de sandwich de masa madre, mezcla de 4 quesos y salsa kimchi. Emocionante el Cubano con pan vienés, pata asada con mojo cubano, jamón cocido, queso havarti, pepinillo y mostaza, un viaje a La Pequeña Habana que yo conocí en Miami. 

Pero si hablábamos del pollo americano como una insignia, en cuanto a bocadillos merece mención especial, vuelta al ruedo y salida por la puerta grande el Bogster Roll, donde un pan brioche envuelve a una mezcla de bogavante y langostinos, hoja de roble, mayonesa de cebollino y salsa americana, que sinceramente me volvió a llevar a Miami y esos bocadillos con puro sabor a mar, que manchándote las manos hacían que toda la familia riera y saboreara junta. Desde aquí permítanme mandarles un beso enorme a todos ellos, a los que están aquí y a los que nos miran desde arriba. 

Para terminar con el postre, del cual desconfiaba como es normal en mí, me decanté por el S’more, plato que bebe de la herencia que han dejado las Girls Scout y que Airán, el responsable de la parte dulce de Platóniko ejercita con maestría. Elaborado con galleta cracker, malvavisco y chocolate con un suave toque picante mientras que a la vista te recuerda a uno de esos “cortes” de toda la vida que tomábamos aquí, hará las delicias de los golosos y de esos que nos gusta encontrar más matices que el dulce en un postre. 

Pero eso no es todo en Platóniko, porque aquí no hay una gran oferta de vinos en cuanto a número ni cantidad, pero sí excelsa y muy bien elegida en cuanto a la tipología de comida, calidad, territorio y también viajera. Por si fuera poco, se pueden pedir en botellas o por copas y de estas últimas, auténticas joyas como vinos de la tierra o Riesling, entre otros. Y ya rizando el rizo, Koke, el alma de la sala de esta casa, tiene una pequeña carta de 4-5 cocktails con las que comenzar, acompañar o terminar la fiesta que resultan todo un espectáculo.

El mejor resumen de Platóniko lo hace el propio Oswaldo: “Platóniko nace con la idea de divertirnos muchísimo e intentamos que eso llegue al comensal, tenemos muchas aspiraciones de hacerlo bien y rendir homenaje a una street food bien hecha con el pollo como protagonista, pero con la única intención de que nuestros clientes disfruten en la mesa. No queremos tener ninguna pretensión más que esa, ser felices cocinando para hacer felices a quienes nos visiten”.

Para conocer su propuesta pueden visitar su Instagram, @platoniko_streetfood y de ahí acceder a su web donde como novedad ya se puede reservar mesa de cara a disfrutar de su propuesta, “pero por favor, aclara que siempre tendremos 2-3 mesas sin reserva como las de terraza, para quien decida venir sin avisar”. Antes de terminar Oswaldo me pide que le permita “agradecer al equipo de Platóniko como son Tatiana, Koke y Airán, a los compañeros de profesión que nos hemos convertido en familia y que muchos de ellos ya han pasado por aquí, pero sobre todo a los clientes, que con su apoyo y confianza nos están llevando en volandas en unos tiempos muy complicados como los actuales”. 

Si les apetece pueden seguirnos en Instagram, Twitter y Facebook bajo los nicks de @porfogones y @javiers_gastro.

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