Arucas, ciudad de flores y tortillas
En el mes de abril fui invitado por la organización de la asociación empresarial “Arucas Mola” a participar como miembro del jurado en un concurso de tortillas de papas alrededor del casco antiguo de la ciudad, presidida majestuosamente como no podría ser de otra manera por la catedral de Arucas. Y aunque el concurso tuvo sus ganadores, para mí el gran mérito fue conocer la interesante propuesta que se está fraguando en la ciudad norteña con sus locales intentando dar un pasito adelante para mejorar la oferta gastronómica.
El jurado deliberó de manera individual sus votaciones que íbamos mandando a la organización y tengo que reconocer que estoy muy de acuerdo con el resultado de los tres primeros puestos: las tortillas de El Dulcito, ganadora gracias a una propuesta que si bien vista desde fuera tenía todos los ingredientes (aguacate, piñones, especias, pasas) para ser algo estrafalaria, la perfección de su ejecución, lo medido de sus ingredientes y el tremendo respeto a la tortilla de papas de toda la vida, que predominaba en sabor, consiguió entusiasmar a todos. “He querido conjugar mi cocina libanesa con la tradicional tortilla española y fusionarla sin perder lo más importante, la esencia de la tortilla”, me contaba Hayat cuando probé su plato y doy fe que lo consiguió con creces, deseando volver a degustarla.
En segundo lugar, resultó elegido El Chaplin con una tortilla grande de tamaño a la vez que jugosa al que el toque venezolano que le añaden Mónica y Javier con el plátano macho le aportaba un punto de dulzor que combinaba perfectamente a los tradicionales ingredientes. Cierra el trío ganador la tortilla Narf de La Cantonera, un local que mucho más allá de la tortilla me dejó con ganas de conocer su valiente propuesta con una sola persona, Fran, cocinando lo mejor que encuentra cada día en el mercado en su pequeño rincón cara al comensal y con una foto de la gran Lolita Pluma presidiendo la sala.
Me quiero detener en tres locales que no quedaron en el pódium por “décimas”, como son el Entre Duelas y Tapas, quizás el espacio con más encanto de toda la ciudad con ese patio canario abierto o la parte interior que te sumerge en una bodega y una propuesta gastronómica hecha para compartir y disfrutar. Interesante y prometedora es La Uvita by Himar que apostó por añadirle un ingrediente premium como fue la morcilla de buey (de El Capricho) o uno de esos sitios y tortillas de toda la vida como es la de la Cafetería La Choza, con ese toque de pan frito y alioli casero que tanto apasiona a los usuarios.
A la vera de las que para mí fueron las tortillas más destacables de la ruta hubo otras mejorables, pero sin duda alguna, mis reconocimientos y respetos a la hostelería de la ciudad aruquense por sus ganas de aportar cada uno el granito de arena en poder ofrecer al habitante de su ciudad unas tortillas hechas con lo más importante, el amor al producto y el respeto al comensal. Eso no puede cambiar y es el mejor camino de cara a llamar la atención del visitante a la hora de elegir la ciudad de las flores como un lugar maravilloso para caminar entre sus calles y disfrutar de sus viandas. Por mi parte, anoto como deberes pendientes esas visitas a algunos de los lugares que más me llamaron la atención a la hora de descubrir sus fogones más a fondo, pero algunas de las tortillas las repetiré seguro. A ustedes, estimados lectores y lectoras, les aconsejo no pierdan la oportunidad de regalarse un homenaje en forma de tortilla de papas en Arucas, la ciudad de las Flores.
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