El Rincón de Juan Carlos cambia de casa

El momento final de El Rincón tal y como lo conocemos a día de hoy, en la cocina primero, y apagando las luces, después.

Javier Suárez

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“Son momentos de emociones encontradas y nuevas sensaciones. Cuando llegó la noticia de este nuevo cierre de la hostelería como la nuestra en la isla, un escalofrío recorrió el cuerpo de todos nosotros; el fin de El Rincón tal y como lo conocemos nosotros y los clientes llega de la manera más abrupta posible, ni siquiera podremos despedirnos de la casa como nos hubiera gustado”.  Así resumía Juan Carlos Padrón para este periódico esa noticia que va a suponer un terremoto en la gastronomía de la isla de Tenerife pero que, en un corto espacio de tiempo, vaticino que le traerá el reconocimiento gastronómico a todos los niveles. Esta foto, la misma que encabeza el artículo, recoge el momento final del Rincón que conocemos a día de hoy, en la cocina primero, y apagando las luces, después

“Me cuesta aún creer que cuando nos permitan abrir las puertas no iré a esa cocina donde cocinábamos muchas veces a más de 40 grados de temperatura, pero eso te aseguro que no lo echaremos de menos”, continuaba entre risas el chef. “Ahora El Rincón coge un nuevo rumbo, una nueva velocidad de crucero gracias al acuerdo que hemos firmado con la familia Barceló, que nos ha dado la tranquilidad que yo quería en un contrato a largo plazo ya que la propuesta gastronómica que queremos llevar a cabo necesita su tiempo”. 

En la conversación mantenida con Juan Carlos también participaba su mujer, María José Plasencia, una de las responsables de sala de El Rincón, (recordemos que Jonathan Padrón es el cocinero responsable de la parte dulce y Raquel Navarro, el alter ego de María José, entre ambas conforman la que para muchos es la mejor sala de Canarias), “Javier, no me puedo creer que ahora tendré una bodega como Dios manda al alcance de nuestra mano en la propia sala. Eso de hacer filigranas para poder cuadrar los vinos de cada servicio queda aparcado”, confesaba entre la emoción y la ilusión una de las personas más entregadas a su profesión que conozco, siempre estudiando e inconformista por naturaleza.

“En un año como este, con tantas dificultades que hemos vivido todos, ha sido emocionante observar la trayectoria final de El Rincón actual, que llenó prácticamente todos los días desde ese lejano 22 de julio hasta este 18 de diciembre pasado, fecha del último servicio. Ahora toca comenzar de nuevo, esperar a los clientes en la nueva ubicación y comprobar que la esencia de El Rincón sigue viva, ya que no se mueve únicamente el físico sino también el alma que lleva cada uno de nosotros” denota con voz entrecortada el cocinero tinerfeño. 

Comparto aquí una foto del cuadro que preside la cocina del restaurante y que es un lienzo del día y momento donde les hicieron una foto cuando les concedieron la tan ansiada Estrella Michelin. Ellos, ajenos a todo, declinaron ir a la gala “porque teníamos clientes que atender, nuestras estrellas más importantes”, me contaban en mi visita de este año a la reapertura de la casa. Ahora habrá que esperar a que los inspectores de la guía puedan visitar la nueva ubicación en este año para volver a renovarla tras los 6 años que llevan con ella.

Sobre las características del nuevo Rincón de Juan Carlos ya llegará el momento de contarlas desde dentro, hoy en este artículo me gustaría únicamente rendirles un pequeño homenaje de agradecimiento a la gastronomía, por brindarme la oportunidad de conocer la grandeza humana de esta familia. Aún recuerdo las interminables colas que se formaban en torno a su stand durante la celebración de la Gala Michelin 2018 que tuvo lugar en el Ritz Carlton Abama y que majestuosamente coordinó Erlantz Gorostiza. Ver a la gran matriarca de la familia, Ina León, entre fogones permite comprender un poco mejor el gran ingrediente secreto de esta casa, presente en todos sus platos, que no es otro que el tiempo y esfuerzo en la cocina. 

De Jonathan Padrón me gustaría destacar su extraordinaria humildad, que le lleva a ser consciente del rol que tiene en la casa y que su hermano Juan Carlos no se cansa de reivindicar: “Siento que la gastronomía canaria aún no ha sido justa con mi hermano Jonathan, porque no conozco a nadie en las islas con su nivel de creatividad y crecimiento anual. Me da pena a veces que no se le reconozca el valor que tiene su trabajo en El Rincón, que no sería lo que somos sin él a bordo. Permíteme Javier que le de las gracias a Los Gigantes por todo lo que nos ha dado en estos 18 años, nos es muy triste decir adiós a la zona, aunque de alguna forma seguiremos vinculados a ella porque el local actual nos lo quedaremos como centro de I+D, pruebas, catas, formación, etcétera”. 

En el fondo es alucinante que, en unos momentos tan duros como estos, esta casa, en lugar de recoger velas, ponga dos marchas de velocidad más para seguir creciendo y no marcarse techos, más que el de la propia imaginación, esfuerzo y trabajo, que aquí rebosan por los cuatro costados.

Para terminar, permítanme unas pequeñas palabras personales hacia El Rincón de Juan Carlos del ayer: Gracias por tantos momentos únicos e inolvidables vividos dentro. Conocer la cocina que aquí se hacía me regaló algo mucho más importante, una amistad de por vida con una familia única que respira generosidad, bondad, esfuerzo y talento por los cuatro costados. Al nuevo Rincón solamente puedo desearle toda la suerte del mundo y que me permita una pequeña licencia/sugerencia: ojalá esa mano de Ina León y ese árbol dulce sigan acompañando al comensal en el nuevo viaje, lo que conseguirá que mucho que el entorno cambie, en la mesa siempre habrá algo que nos lleve a ese pequeño rincón, mágico e inolvidable en el corazón.

Desde Por Fogones estaremos muy atentos a la apertura de este nuevo espacio de fecha prevista inminente, en el mes de enero si las circunstancias pandémicas lo permiten. Si les apetece pueden seguirnos por Facebook, Twitter e Instagram bajo los nicks de @porfogones y @alahoradecomer.

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