Amenábar desvela su secreto en ‘Regresión’

Amenábar desvela su secreto en ‘Regresión’

Gara Santana

Las Palmas de Gran Canaria —

Lo malo de ser Alejandro Amenábar es tener que seguir dirigiendo películas de suspense después de haber dirigido Los Otros (2001), un precedente en el cine de terror. Ahora parece que miramos con lupa todos sus trabajos posteriores y es normal porque llevamos esperándole seis años desde Ágora (2009), aunque matáramos el gusanillo con aquel anuncio televisivo que dirigió el pasado verano. ¿Quiero decir que Regresión sea una mala película? En absoluto. Es un trabajo correcto, impecable que consigue en el espectador su objetivo, pero tal vez tan perfecto que nos deje un poco fríos a pesar de todo.

Basada en una historia real

¿Hasta qué punto se puede manipular la mente humana? ¿Qué papel juega la sugestión en nuestros pensamientos, sentimientos y decisiones? Durante los años 80 y 90 estuvo de moda la terapia de la regresión. Era la elegida por los psicólogos para hacer revivir al paciente los momentos traumáticos del pasado que en el presente no le dejan ser feliz. Pero esta práctica terapeuta fue puesta en duda por, entre otros sucesos, los acontecidos en Minnesota en 1990 en los que Amenábar se basa para contar la historia de Angela, (Emma Watson), que acusa a su padre, John Gray, de cometer un crimen inconfesable. Cuando John, de forma inesperada y sin recordar lo sucedido, admite su culpa, el reconocido psicólogo Dr. Raines (David Thewlis) se incorpora al caso para ayudarle a revivir sus recuerdos reprimidos en el subconsciente, recuerdos que el psicólogo cree bloqueados por ser demasiado dolorosos para el paciente. Lo que sucede después aun sobrecoge al mundo entero.

El secreto de Amenábar

Es normal que al director le apasione este tema. Su trabajo siempre se ha basado en la sugestión que crea en el espectador. Una buena película de terror y suspense está bien aderezada con los sonidos e imágenes que conectan con nuestros peores temores, temores que ni siquiera podemos verbalizar. Sin embargo no son los directores de cine los únicos que juegan con la sugestión. Cabe preguntarse si la prensa no lo hace también; un titular, un juicio de valor en el momento oportuno, esta crítica de cine, un debate entre dos candidatos políticos retransmitido por televisión, un rumor, un sueño. Hay sueños de la infancia que se forjan en el subconsciente como recuerdos reales como la vida misma y hay recuerdos que parecen haber sido pesadillas. Por lo poderoso de la sugestión es que es desaconsejable en algunas comisarías practicar sobre las víctimas de algún delito, ciertas técnicas sobre la mente, como el reconocimiento del supuesto delincuente tras ver su fotografía o terapias de regresión terapéutica. Quizá lo más tenebroso de este mundo, sea lo que de él entiende la mente humana.

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