Sobre este blog

Mi vida ha estado ligada al séptimo arte prácticamente desde el principio. Algunos de mis mejores recuerdos tienen que ver, o están relacionados, con una película o con un cine, al igual que mi conocimiento de muchas ciudades se debe a la búsqueda de una determinada sala cinematográfica. Me gusta el cine sin distinción de género, nacionalidad, idioma o formato y NO creo en tautologías, ni verdades absolutas, que, lo único que hacen, es parcelar un arte en beneficio de unos pocos. El resto es cuestión de cada uno, cuando se apagan las luces.

BEGIN AGAIN

Nada más sentarme a ver una película como Begin Again tuve claro que aquella historia sería una de tantas aventuras cinematográficas que pasarían inadvertidas para quienes aún van al cine. Y eso que la película es una producción independiente, de las que ahora se consideran “indies” y que suelen ser las únicas dignas de reseñar por quienes emborronan páginas digitales hablando, o desvariando, según sea el caso, del séptimo arte. A priori, el estar rodada en la ciudad de Nueva York y no en las callejuelas de cualquier ciudad del norte de Europa, a ser posible, cuanto más oscura y destartalada, mejor, tampoco debería ser un gran hándicap.

No obstante, para mí, el mayor problema de Begin Again es que habla de la creatividad en estado puro y sin las adulteraciones que el mundo contemporáneo ejerce sobre quienes, de una u otra forma, desean hacer, contar, cantar, escribir o construir, algo distinto. Begin Again es, también, un duro alegato contra el artificial, torticero, ampuloso y mentecato mundo de la música, empeñado en cortar todas y cada una de las propuestas que tocan a su puerta, de la misma forma. La rebelión que termina por encabezar Dan (Mark Ruffalo), un desnortado productor y músico venido a menos, es la rebelión de quienes detestan los modos y las maneras que son la moneda de cambio habitual entre las grandes discográficas.

Dan, capaz de imaginar el acompañamiento de una canción con tan sólo cerrar sus ojos, representa un tiempo en donde la voz, el ritmo y la melodía eran primordiales frente al marketing, los asesores de imagen, la MTV y las descargas virtuales.

Su encuentro casual y casi forzado por las circunstancias –y por su amigo Steve (James Corden)- con Gretta (Keira Knightley), una compositora que, como Dan, tampoco pasa por su mejor momento, será el revulsivo que el otrora galardonado productor necesita para abandonar la vacuidad del negocio y sumergirse en una búsqueda del “grial musical” que le llevara a reclutar a un homogéneo y talentoso grupo de artistas y, luego, recorrer las calles, los sótanos y las azoteas de Nueva York, escenarios escogidos para grabar un disco incomparable.

Gretta, tan intensa como lúcida, será, a su vez, la responsable de que Dan encuentre no sólo una forma de conectar con su hija Violet (Hailee Steinfeld), una adolescente que desearía poder compartir con su padre la pasión que ambos tienen por la música, sino con su ex-esposa Miriam (Catherine Keener), alguien que Dan necesita en su vida, pero con quien hace tiempo que perdió la conexión que los unió en el pasado.

Lo paradójico del caso es que Gretta, por su parte, no logra rehacer su vida con su ex-pareja, Dave (el cantante y compositor Adam Levine), por mucho que éste, tras una infidelidad, le abra, de nuevo, la puerta a Gretta para continuar donde lo dejaron.

Begin Again recupera el gusto por las historias reales, pero dotadas de ese halo de creatividad y cierta ensoñación que muchas películas han perdido y nos demuestra que, al final, lo que todos queremos es poder hacer las cosas que nos gustan, rodeados de las personas con las que nos sentimos bien. Su director, John Carney, conocido por la no menos redonda Once (2006), sabe cómo dosificar los tempos y cómo dejar respirar tanto a los actores como al espectador, llevándonos al son de las magníficas canciones que conforma la banda sonora, una de las mejores de los últimos años.

Lo mejor de todo es ese regusto a rebeldía ya comentado que destila la película y la muestra palpable que uno debe hacer lo que considere, aunque parezca una locura o vaya contra el Establishment. Al final, la realidad dicta que quienes manejan los dineros terminarán por hacer lo que les venga en gana y poco importa lo que hagamos o dejemos de hacer. Otra cosa muy distinta es darse por vencido sin tan siquiera dar un poco la lata y, eso mismo, es lo que acaban por hacer Dan y Gretta. Si quieren saber lo que hacen, por favor, dedíquenle 104 minutos de su tiempo a esta película y les aseguro que no saldrán decepcionados.

© 2014 Exclusive Media Group, Sycamore Pictures, Apatow Productions & Likely Story

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Mi vida ha estado ligada al séptimo arte prácticamente desde el principio. Algunos de mis mejores recuerdos tienen que ver, o están relacionados, con una película o con un cine, al igual que mi conocimiento de muchas ciudades se debe a la búsqueda de una determinada sala cinematográfica. Me gusta el cine sin distinción de género, nacionalidad, idioma o formato y NO creo en tautologías, ni verdades absolutas, que, lo único que hacen, es parcelar un arte en beneficio de unos pocos. El resto es cuestión de cada uno, cuando se apagan las luces.

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