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Sobre este blog

Mi vida ha estado ligada al séptimo arte prácticamente desde el principio. Algunos de mis mejores recuerdos tienen que ver, o están relacionados, con una película o con un cine, al igual que mi conocimiento de muchas ciudades se debe a la búsqueda de una determinada sala cinematográfica. Me gusta el cine sin distinción de género, nacionalidad, idioma o formato y NO creo en tautologías, ni verdades absolutas, que, lo único que hacen, es parcelar un arte en beneficio de unos pocos. El resto es cuestión de cada uno, cuando se apagan las luces.

NIGHT OF THE LIVING DEAD (1990) TENERIFE ZOMBIE WALK 2018.

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No obstante, dar el salto hasta un largometraje no resultaba una idea del todo brillante, por lo menos, en aquellos instantes, por mucho que fuera una película de muy bajo presupuesto, con actores desconocidos -que tampoco cobrarían mucho- y con un guión, The Anubis, que se apoyaba, de una forma nada disimulada, sobre la magnífica novela I am Legend, escrita por Richard Burton Matheson y adaptada a la gran pantalla unos años antes (Ubaldo Ragona y Sidney Salkow, 1964).

La historia posterior al estreno y sus noventa y seis minutos de metraje demostraron que aquella “disparatada idea” estaba llamada a ser la responsable de reformular el cine de zombis, tal y como entonces se conocía, sobre todo tras el estreno de la película de Jacques Tourneur I Walked with a Zombie (1943) y luego a influir en la mente de futuros guionistas, tales como Robert Kirkman, responsables de la serie gráfica The Walking Dead.

Sin embargo, el éxito y la trascendencia de quienes trabajaron en la película nunca se vio recompensado económicamente, ni durante el momento del estreno, ni después. Por un lado, los distribuidores actuaron de muy mala fe y, tras un largo litigio, la productora original logró recuperar los derechos, pero no así el dinero adeudado por quien se había enriquecido sin devolver nada a cambio.

Para colmo de males, la película pasó directamente a dominio público; es decir, cualquiera podía proyectarla y/ o comercializarla en el formato que quisiera, sin tener que pedir ningún tipo de permiso o tener que pagar nada por ello y todo por culpa de un problema en el registro de la propiedad intelectual. John A. Russo y George A. Romero, lo recordaban con estas palabras en el libro de Joe Kane “Night of the living dead: Behind the scenes of the most terrifying zombie movie ever”. Nuestra película en 35 milímetros tenía el título Night of the Flesh Eaters, pero cuando el distribuidor Walter Reader puso la película a disposición del público le habían cambiado el nombre a Night of the living dead. Eso sí, sin incluir el copyright en el nuevo título… Nadie se dio cuenta de que faltaba el copyright, así que así se quedó, hasta hoy mismo, de dominio público. 2

Este error costó a los responsables de la producción el percibir los beneficios de una película que costó poco más de 114.000 dólares hacerla y se calcula que, luego, recaudó unos treinta millones de dólares a nivel mundial. Es probable que esta cantidad sea aun mayor, a tenor de las más de 150 versiones que se han comercializado en video, DVD, Blu-ray, además de los múltiples pases cinematográficos que la película ha tenido en casi cualquier parte del mundo.

Tras el descalabro y la frustración de todo el equipo, George A. Romero continuó su carrera como realizador y patriarca zombi, dirigiendo Dawn of the Dead (1979); Day of the Dead (1985); Land of the Dead (2005); Diary of the Dead (2007) y Survival of the Dead (2010), amén de otras tantas realizaciones, la mayoría de ellas de género.

© 2018 21st Century Film Corporation & Columbia Pictures Corporation.

En 1990, un lustro después del estreno de la tercera de sus seis películas de temática zombi, George A. Romero y Thomas “Tom” Vincent Savini, actor, especialista y, sobre todo, responsable de los efectos especiales -sobre todo de aquellos “sangrientos y viscerales”, tan del gusto de los muertos vivientes- unieron fuerzas para tratar de recuperar algo de lo que se perdió por la falta de escrúpulos de quienes distribuyeron la cinta original de Image Ten. De esta forma surgió Night of the living dead, película producida por Columbia Pictures y 21st Century Films, propiedad, ésta última, de Menahem Golan, una vez que se separara de su primo Yoram Globus, dando así por finalizada su etapa al frente de la siempre controvertida, pero igualmente recordada, The Cannon Group, Inc.

Patricia Tallman (Barbara) muy mal acompañada © 2018 21st Century Film Corporation & Columbia Pictures Corporation.

La versión dirigida por Tom Savini bebe, directamente, de los primeros guiones escritos por George A. Romero y John A. Russo, pero sobre todo sirve para que el personaje de Barbara o Barbra, en su versión original, logre desarrollar todo su potencial allá donde el personaje interpretado por Judith O'Dea no lo logró en 1968. En la primera ocasión, la joven Barbra será quien, junto con su hermano Johnny, se enfrente al acoso de los muertos vivientes, aunque, a la postre, solamente sobreviva ella para contarle su infortunio a un no menos desorientado Ben. El problema es que, en contraposición al deseo de supervivencia del hombre, la joven se irá sumiendo en un estado de indefensión y melancolía que le lleva a perder todo contacto con la realidad.

Barbra terminará por no tener mayor transcendencia ante los sucesos que van sucediendo a su alrededor, algo que George A. Romero, responsable del guión de esta nueva versión y el mismo Tom Savini quisieron solucionar. Es más, el director de esta versión debió pelear con los productores para dotar de una personalidad bien definida a la nueva versión de Barbara y, además, para lograr que el papel recayera en la actriz Patricia Tallman. El resultado final, tal y como luego se verá en la pantalla, nos mostrará a una Barbara transformada en una heroína con todas las señas del siglo en el que ahora nos encontramos, en unos instantes donde ese concepto todavía ni siquiera se había acuñado.

El resto del esqueleto sigue, casi de forma mimética, la película original, con un actor afroamericano, Tony Todd, dando una magnífica la réplica a Ben, papel interpretado por Duane Jones, en 1968 y a quien se suma el hermano de Barbara, Johnny (Bill Moseley); el matrimonio Cooper, Harry (Tom Towles); Helen (McKee Anderson); Sarah (Heather Mazur), así como la pareja, Tom (William Butler) y Judy (Katie Finneran), además de toda una legión de muertos vivientes, más putrefactos, sanguinolentos y descarnados que los que originalmente debutaron en la película de 1968.

Patricia Tallman (Barbara) y Tony Todd (Ben) © 2018 21st Century Film Corporation & Columbia Pictures Corporation.

La película, estrenada en nuestro país en el ya desaparecido festival de cine imaginativo de Madrid -Imagfic- y, tras un rápido y secundario estreno cinematográfico, se comercializó, también sin ningún ruido mediático por Columbia/ Tri Star Home Video. En ambos casos la película pasó prácticamente desapercibida, en parte por la falta de promoción y en parte, porque, en aquellos años, sólo le gustaban las películas de zombis a un reducido, pero fiel, segmento del público cinematográfico.

Y vista con la perspectiva que dan los años, debo decir que fue una pena que la película no gozara del reconocimiento que se mereció y aun se merece, más si se tiene en cuenta que el trabajo de Tom Savini ni desvirtúa, ni trasgrede la versión original de George A. Romero, sino que la lleva un paso más allá y la hace evolucionar, tanto que, para un neófito, podría pasar como una película estrenada al calor de la popularidad de la serie televisiva The Walking Dead.

Tom Savini, amigo de Patricia Tallman desde sus tiempos de universidad, supo ver en la andrógina actriz las cualidades de una superviviente nata, capaz de abandonar la apatía que domina y destruye a la Barbra original y con una actitud que la lleva lejos de los peligrosos meandros de la locura para enfrentarla a una realidad que, como les sucede a las protagonistas de la serie gráfica escrita por Robert Kirkman, ni tan siquiera te da una oportunidad para equivocarte.

Patricia Tallman (Barbara) © 2018 21st Century Film Corporation & Columbia Pictures Corporation.

Barbara se da cuenta de que el escenario en el que se encuentra parece exportado de la literaria Divina Comedia y, sin necesidad de que nadie le grite, ni nada por el estilo, empieza a construir una nueva personalidad, fría, decidida y, sobre todo, letal. Baste con comparar la forma en la que la joven se cambia de ropa, tras comprobar que en la casa en la que está con Ben no hay ninguna amenaza escondida detrás de las puertas. Atrás queda el atuendo de joven recatada que luce en la secuencia inicial. Ahora es el momento de calzarse unas robustas botas y remplazar la inapropiada falda por un buen pantalón de peto, mucho más acorde con las necesidades de la nueva vida que le espera, a partir de este instante.

Si quieren una comparación muy del gusto de los seguidores de la versión televisiva de la serie gráfica publicada por Image, esta Barbara es la antecesora de Maggie Greene, de Andrea Harrison y -cambiando la katana por un revolver Smith & Wesson Model 66 Combat Magnum- de la siempre resolutiva Michonne. Es más, la secuencia final, y el primer plano de los ojos de la joven que viene a continuación, luego de cargar el tambor de su arma, bien la pudiera haber filmado Frank Darbont durante el primer episodio de la adaptación para la pequeña pantalla de la epopeya escrita por Robert Kirkman ocho años atrás.

Gracias a este cambio, para bien, del personaje femenino principal, la película no solamente está mucho más equilibrada, sino que gana en modernidad y la separa de otros productos donde los personajes femeninos se pasan en el tiempo gritando y corriendo, pero poco más. Esta Barbara está hecha de otra pasta, y cierto engendro machista y torticero, además de cobarde, lo comprobará en sus carnes, para deleite del respetable que llegó a ver la película en su momento.

Por todo ello, no se me ocurre nada mejor si se sobrevive a la Tenerife Zombie Walk Tenerife Zombie Walk2018, claro está, asistir a su proyección llegada a la medianoche, en los Multicines Tenerife. No se olviden de que hay que ir preparados para lo peor, de lo peor, porque con los zombis uno no se puede confiar lo más mínimo. ¿Se atreven?

© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2018

© 2018 21st Century Film Corporation & Columbia Pictures Corporation.

Notas.

1- En 1933 se crea la marca Calgon en Estados Unidos de América. Este término se ha creado a partir de las palabras “Calcium” y “Gone” (que significaría “Adiós cal”). Desde 1935, Calgon ayuda a las familias que buscan una lavadora que sea eficaz y que esté limpia. “Alargue la vida de su lavadora con Calgon”. Seguramente conocerá este célebre eslogan publicitario. El antical Calgon se lanzó al mercado para prevenir la formación de cal y proteger los componentes vitales de la lavadora.

CALGON: UNA MARCA LLENA DE HISTORIA. (n.d.). Retrieved from https://www.calgon.es/historia/

2- Kane, J., & Craven, W. (2010). Night of the living dead: Behind the scenes of the most terrifying zombie movie ever (1st ed., Vol. 1). London: Aurum Press.

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Mi vida ha estado ligada al séptimo arte prácticamente desde el principio. Algunos de mis mejores recuerdos tienen que ver, o están relacionados, con una película o con un cine, al igual que mi conocimiento de muchas ciudades se debe a la búsqueda de una determinada sala cinematográfica. Me gusta el cine sin distinción de género, nacionalidad, idioma o formato y NO creo en tautologías, ni verdades absolutas, que, lo único que hacen, es parcelar un arte en beneficio de unos pocos. El resto es cuestión de cada uno, cuando se apagan las luces.

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