Los acusados del crimen de Arinaga se culpan mutuamente
Ninguno de los dos acusados de asesinar y robar de manera violenta a un joven camarero en Arinaga cuando se encontraba en la parada de guagua para acudir a su puesto de trabajo, niegan los hechos que se produjeron la noche del 20 de noviembre de 2004. Su defensa la basan en culparse mutuamente de los hechos violentos que acabaron con la vida de José Miguel Pulido Mena.
La víctima perdió la vida a causa de un traumatismo craneoencefálico provocado por los golpes que presuntamente propinaron ambos acusados en la cabeza de este joven, al que se dirigieron para robarle y acabaron, según el Fiscal y la acusación particular, tirándolo en el suelo y propinándole patadas y golpes en la cabeza para dejarlo “abandonado en un charco de sangre”.
Todas las partes advirtieron a los allí presentes de la dureza de algunas de las declaraciones que se producirían en la sala pues, tal y como afirmó el Ministerio Público en su escrito “los acusados acabaron con su vida de forma brutal, inhumana, cruel, despiadada y salvaje”.
Ambas defensas argumentan que sus clientes poseen diversos problemas mentales y con las drogas, además de haber ingerido grandes cantidades de alcohol esa noche, por los que pudieron verse mermadas su capacidad cognitiva.
Juan Manuel Q. R. argumentó que esa noche coincidió con Jorge Luis O.T. para tomar unas cervezas y tras una primera negativa del primero, decidieron robar a José Miguel P.M., aunque cuando vio que Jorge se dirigió a él de manera violenta se fue corriendo porque “tenía miedo” ya que “nunca había visto a nadie pelearse de aquella manera”.
El Ministerio Fiscal le preguntó el por qué no auxilió a la víctima, a lo que Juan Manuel contestó que “no se le ocurrió”. Comentó además que Jorge Luis O.T. le dijo sobre la víctima que cuando estaba en el suelo “la cabeza le crujía”.
Juan Manuel Q.R. aclaró durante su declaración que tomó anfetaminas, cocaína, crack y lo mezcló con alcohol, al igual que el otro inculpado, aunque lo negó ante la Guardia Civil y el juzgado de guardia para no defraudar a su familia.
Además, explicó que ha sufrido amenazas por parte de Jorge Luis tras los hechos y en la cárcel si seguía siendo “un chivato”. Incluso explicó que en prisión, mientras caminaba por el pasillo otro recluso intentó meterle los dedos en los ojos por orden del otro inculpado.
Por su parte, Jorge Luis dijo a la Sala que no era un muchacho que solía tener problemas pero “cuando me molestan me peleo, sobre todo porque Juan Manuel me acusa de algo que es mentira”.
Este imputado explicó los hechos de la misma manera que Juan Manuel aunque inculpando a este y añadió que tuvo que separar a su compañero y a la víctima que le había tirado piedras y le había “pegado piñas y patadas”.
Este martes continuará la sesión con la declaración de los testigos presenciales y de los agentes que participaron en la investigación de los hechos.