Una asociación tilda de “nefasta” la gestión del consejero de Medio Ambiente para erradicar las cabras salvajes

Miguel Ángel Rodríguez, consejero del Cabildo de Gran Canaria. (Alejandro Ramos).

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

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La asociación Abeque, una organización con años de experiencia en la lucha contra especies exóticas invasoras, considera “nefasta” la gestión del consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Ángel Rodríguez, para eliminar las cabras asilvestradas “que amenazan la biodiversidad de la Reserva Natural Integral de Guguy”.

En un comunicado explican que el método de las apañadas “no funciona” y lo ejemplifica con la acción llevada a cabo recientemente coordinada por la corporación insular en la que participaron entre 40 y 50 personas y “terminó con dos cabras capturadas”, mientras que “se calcula que en Guguy hay unas 300 cabras asilvestradas”, añaden desde la asociación.

Además, desde Abeque consideran las apañadas “un método tremendamente cruel” porque “persiguen a un animal salvaje, lo acorralan, lo amarran, lo trasladan a rastras forcejeando durante todo el trayecto y lo transportan hasta llegar a una instalación ganadera donde será degollado”, relatan.

En la asociación abogan por “solucionar el problema de las cabras asilvestradas mediante el abatimiento” porque “es el método más efectivo y económico”, ya que en las apañadas se emplea mucho tiempo y recursos “para terminar matando igualmente al animal”.

Por ello, piden al consejero de Medio Ambiente que cambie “inmediatamente” la gestión de la erradicación de las cabras asilvestradas o “habrá que pedir su dimisión” para que que ocupe su lugar “otra persona que se preocupe por la conservación de los espacios naturales protegidos”, pues consideran que a Rodríguez “le importa muy poco que muchas especies endémicas de Gran Canaria estén a punto de desaparecer por el efecto de las cabras”.

Desde el colectivo ecologista recuerdan que “en agosto vence el plazo dado por la Comisión Europea para solucionar este problema y si no se eliminan las cabras habrá que devolver los 400.000 euros que este organismo aportó en su momento al espacio natural. Llegados a ese punto de despropósito, habría que valorar que cada cabra comiendo flora autóctona le saldrá por 1.333 euros a las arcas públicas. Aunque en todo caso, debería ser el señor Rodríguez Sosa quien abonara estas cantidades de su bolsillo, como responsable directo”.

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