Gran Canaria inicia su campaña de prevención contra incendios con la puesta en marcha del servicio de helicópteros

La consejera de Medio Ambiente, Inés Jiménez, y la piloto Marlene Nogueira con uno de los helicópteros del Cabildo de Gran Canaria

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

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El Cabildo de Gran Canaria ha puesto en funcionamiento sus dos helicópteros para luchar con los incendios de cara a la época el servicio de helicópteros para la presente campaña de riesgo forestal con una aeronave que tendrá base en Artenara, que estará operativo desde este viernes y hasta el próximo 15 de noviembre, cuando se unirá un segundo helicóptero de refuerzo entre el 15 de junio y el 15 de octubre.

En un comunicado, el Cabildo de Gran Canaria explica que los helicópteros son esenciales para efectuar el primer ataque nada más avistarse una columna de humo porque son capaces de despegar en 10 minutos con un equipo presa a bordo, dejarlo en el lugar del fuego e iniciar la descargas continuas de 900 litros de agua con el objetivo de extinguirlo antes de que vaya más.

La consejera de Medio Ambiente, Inés Jiménez, ha anunciado que para el próximo año se ampliará el servicio porque los fuegos ya no solo se circunscriben a los veranos, como demostró el incendio de Tasarte, que en pleno mes de febrero arrasó mil hectáreas, de modo que el objetivo es que uno de los helicópteros se mantenga en la época de mayores temperaturas y otro esté disponible diez meses.

La nota especifica que se trata de modelos ligeros, adecuados a la orografía de Gran Canaria y que pueden operar en rincones a los que naves mayores no pueden llegar, que además permiten dejar al equipo presa para que consoliden por tierra el trabajo realizado desde el aire,

La piloto del Presa Hotel 1, Marlene Nogueira, ha estado al mando de esta aeronave durante los incendios del pasado verano, cuando realizó más de cien descargas al día. “Son de intervención rápida y posicionamiento de las cuadrillas en tierra, es importante poder actuar rápidamente”, asegura.

Mientras el helicóptero llega en unos minutos, en coche se puede tardar 40, y esa media hora marca la diferencia entre amarrar o no un incendio. Una vez el personal está en la zona, tras las dos primeras descargas para “calmar el fuego”, detalla Nogueira, el técnico del equipo presa le indica el flanco por el que necesita la descarga.

Además, al ser naves ligeras pueden coger agua casi en cualquier punto, y tienen capacidad para almacenar una tonelada. Y lo hacen en depósitos estratégicamente ubicados para ello por el Cabildo, pero también en balsas, presas y hasta piscinas, algo que no podría realizar un helicóptero de mayores dimensiones como un Kamov por el destrozo que ocasiona si hay viviendas u otras propiedades próximas.

De hecho, este tipo de helicópteros suelen tener base solo en los aeropuertos, de modo que otra ventaja de estas naves ligeras es poder tenerlas basadas en la cumbre, además de poder realizar descargas bajas, ya que el viento que generan los mayores avivan el fuego y les limita bajar tanto.

“Cargar cerca, de forma vertical y rápida permite dar una continuidad a las descargas, de apenas unos minutos entre una y otra, algo muy importante para la extinción”, ha señalado Nogueria, quien agregó que en un incendio la eficacia viene de la mano de la buena integración de los medios.

Pero según la piloto, “lo realmente esencial es evitar la primera chispa” porque “la mejor extinción es la del incendio que no se produce”. 

En la nota, el Cabildo remarca que los helicópteros, de cuya puesta a punto se encarga el mecánico aeronáutico Daniel Rodríguez, también cumplen una importante labor disuasoria, pues desde el aire se observa cómo a su paso se acude a apagar quemas de rastrojos y otros fuegos indebidos.

En cualquier caso, desde el aire se toman fotos y coordenadas para que los agentes de Medio Ambiente, que son agentes de la autoridad del medio rural, acudan al lugar y abran expediente por la desobediencia. Y por seguridad, las aeronaves no abandonan el lugar hasta que ese fuego ha sido extinguido.

El Cabildo de Gran Canaria recuerda que todos los incendios que se han producido en la Isla tienen detrás la mano del ser humano,  ya sea por usar maquinaria en días de calor y viento o por quemar rastrojos en un día inapropiado.

“Esto lleva aparejado el uso de elementos de ignición bajo la creencia de que es manejable, un autoengaño que lleva a la movilización de miles de personas, miles de hectáreas arrasadas, y la puesta en peligro de propiedades, animales y muchas vidas humanas”, afirma la nota.

“Sin la ayuda de la población la prevención de incendios forestales no será posible; deben colaborar también en la limpieza de los entornos de sus casas y sus fincas, y este mes de mayo es precisamente la última oportunidad para prepararse para el alto riesgo del verano”, concluyó Jiménez.

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