La ruta canaria a Tarfaya sobrevive al naufragio del Assalama

Buque de Naviera Armas varado en Tarfaya.

Silvia Álamo

Las Palmas de Gran Canaria —

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30 de abril de 2008. Cinco meses y 43 trayectos. 113 personas a bordo, tres heridos. Han pasado más de 11 años desde que la empresa española Naviera Armas pusiera fin al ilusionante proyecto de unir -vía marítima- Canarias y el sur de Marruecos. Más de una década desde que uno de sus buques, el ferri Assalama, rozara contra una escollera y sufriera una entrada de agua que le hiciera encallar frente a la costa de Tarfaya, al sur del país africano. El buque aún sigue en aquel lugar, a la vista de todos y todas, como si se estuviera derritiendo en el mar. Para muchos es un reclamo turístico, para otros un gran atentado medioambiental y un peligro que debe desaparecer cuanto antes. Las esperanzas que un día se fueron por la borda -literalmente- de aquel barco de Armas, hoy se recuperan con intenciones serias de volver a poner en marcha la línea marítima que une esta ciudad con la capital de la isla de Fuerteventura, Puerto del Rosario, lo antes posible.  

La verdadera pesadilla aquel día la vivieron los 113 pasajeros que se dirigían a la capital majorera. El buque -de 42 años de vida- partió a las diez de la mañana y, a tan sólo cinco kilómetros de la costa, un fuerte golpe produjo una inundación en la sala de máquinas. En cuestión de minutos se activó el protocolo de evacuación y la tripulación no tuvo más remedio que pedir auxilio al pueblo de Tarfaya, una pequeña ciudad de 8.000 habitantes. Sus vecinos fueron los héroes del siniestro. Tras recibir la voz de alarma salieron más de 10 embarcaciones de pescadores para colaborar con la evacuación y rescatar a los pasajeros. 

La línea marítima formaba parte de un proyecto de desarrollo económico y comercial esbozado por las autoridades de Canarias, España y Marruecos. A través de este acuerdo se acometieron las obras del Puerto tarfeño con un presupuesto de tres millones de euros, de los que el Gobierno de Canarias -presidido por el nacionalista Adán Martín- aportó un millón.  

La idea recreaba una línea de internacionalización del comercio entre el Archipiélago canario y el continente africano. Sin embargo, tras el accidente del Assalama nunca llegó a prosperar. El buque realizó 43 viajes entre diciembre de 2007 y abril de 2008, con una media de 215 pasajeros y 65 vehículos por trayecto. Desde entonces está varado en el lugar del siniestro sin responsables que le busquen una solución. 

Entre la población tarfeña no existe una opinión generalizada acerca del futuro del ferri. Mohamed, pensionista y vecino de la ciudad marroquí, cree que el barco “hay que retirarlo”, ya que presenta “una mala imagen” para la ciudad. A Bard, funcionario de Educación le preocupa más el daño ambiental que produce el buque. “Los restos del barco son una amenaza para la fauna y la flora submarina y para el medio ambiente en general, además, constituyen un peligro para los bañistas, sobre todo para los niños”, expone. 

En el lado contrario, Haidar, de Mundo Asociativo, afirma que el barco ya “forma parte” de los momentos históricos de la ciudad. “Es un sitio donde se lleva a los niños a pasar un rato jugando y a donde los mayores van a descansar después de un día de trabajo”. La tarfeña cree que el buque es un atractivo turístico de la localidad para contar la labor “heroica” de aquellos pescadores que “salvaron la vida de los pasajeros con sus barquitas el día del naufragio”. 

Es conocido el interés de los tarfeños y de los majoreros por que se reactive la línea entre esta ciudad y Fuerteventura, algo que parece estar muy cerca. No obstante, Mohamed insiste en la “incoherencia” que se da entre la posible reapertura de la vía -tras la reciente inauguración de la nueva infraestructura portuaria- y el hecho de que esté el barco varado frente a sus costas. “Lo primero que ven los pasajeros al acercarse a puerto es un buque encallado”, enfatiza. 

Después de 11 años, la compañía desconoce la situación en la que se encuentra el buque en estos momentos, ya que todo pasó “a manos del seguro” y la naviera se desentiende del proceso. Explican que la línea tenía “un problema importante” debido al río de arena que se encuentra bajo la superficie. “El accidente se produjo por una acumulación de arena con la que el barco chocó”, recuerdan desde el gabinete de prensa. “Este hecho fue lamentable para nosotros porque toda la ilusión que pusimos se nos cayó con esta historia”. Armas no descarta volver a abrir esa línea con el continente africano cuando el puerto comience a funcionar. 

La llave de entrada a Tarfaya, más cerca que nunca

Apenas 98 kilómetros separan a Puerto del Rosario de Tarfaya. Un trayecto de aproximadamente tres horas -el mismo tiempo que tarda un barco de Naviera Armas desde Gran Canaria al sur de la isla majorera- esa cercanía y las ganas de establecer una línea de comercio internacional con el sur de Marruecos hacen que desde el Cabildo se anhele reactivar la vía cuanto antes. Desde la Corporación insular creen que esta conexión se convertiría en una línea estratégica para fortalecer el tejido empresarial de las Islas orientales, mayoritariamente para las pequeñas y medianas empresas.  

El presidente de la Comisión Exterior de la Cámara de Comercio de Fuerteventura, Jesús Rodríguez Marichal, asegura que las institucionales están por la labor de reinstaurar la vía. En la última edición de la feria Africagua -celebrada el pasado mes de noviembre- el presidente del Cabildo, Blas Acosta, y el presidente del Gobierno regional, Ángel Víctor Torres, ambos del Partido Socialista, “hicieron votos” por empezar a trabajar para que se restablezca la ruta. Además, “la Cámara también trabajando y empezaremos a contactar con las posibles navieras o armadores que estén interesados”.  

Rodríguez Marichal cuenta que el nuevo puerto de Tarfaya se entregó hace algo más de un mes a la ANP (Agencia Nacional de Puertos de Marruecos) para su puesta en marcha. “Terminado y entregado el muelle, ahora falta conocer qué intenciones hay por parte de algunas navieras”, apunta. Reconoce que “normalmente” se habla de Fred. Olsen y Naviera Armas, las dos compañías que operan entre las Islas Canarias, pero pueden surgir otras posibilidades que ya se están “tratando”. 

Sobre el buque Assalama, cree que ese es “uno de los problemas” que se está encontrando Naviera Armas con las autoridades marroquíes. “Si bien es el seguro del barco el que lo que tenía que sacar, el buque sigue estando ahí y eso es un problema para la naviera y para la imagen de Tarfaya”, manifiesta. El presidente insiste en lo “cerquita” que está Fuerteventura del sur de Marruecos y el deseo de volver conectar por mar la ciudad tarfeña con Puerto del Rosario.

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