Ocho años de cárcel para el acusado de abusar de una menor discapacitada
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a ocho años y seis meses de prisión a Sergio López López como autor responsable de un delito continuado de abuso sexual, al haber abusado sexualmente, entre los meses de enero a mayo de 2005, de una menor que entonces tenía 11 años de edad y padece una minusvalía psíquica del 41%, a la que visitaba en su domicilio de Vecindario, en el municipio de Santa Lucía de Tirajana (Gran Canaria), “con el pretexto de ayudarla” a hacer los deberes.
La sentencia, dada a conocer este viernes por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, ordena también al acusado la prohibición de comunicación por medio alguno y aproximación a la menor durante 12 años, y le obliga al pago de las costas procesales y a que indemnice a la niña con 9.000 euros.
La Sala considera probado que en las citadas fechas el procesado, “aprovechándose de la buena relación que mantenía con la familia de la menor, así como de la confianza que éstos habían depositado en él, guiado por un ánimo de satisfacer sus instintos más libidinosos, y conocedor de que la menor padecía una minusvalía, acudía con asiduidad al domicilio de aquellos, en las ocasiones en que la pequeña se encontraba sola haciendo sus deberes, con el pretexto de ayudarla con la tarea”.
Una vez allí, bajaban a la planta inferior de la vivienda en la que habían dos sofás, siendo entonces cuando el procesado, “guiado siempre por ese ánimo libidinoso”, practicaba actos sexuales con ella.
Estos hechos solían producirse con frecuencia hasta que el día 10 de mayo de 2005, sobre las 21.30 horas, el ahora condenado fue sorprendido por la hermana mayor de la pequeña en la azotea de la vivienda, lugar al que se la había llevado para satisfacer “sus instintos más primitivos”, con los pantalones bajados y muy pegado a la pequeña, momento en que el procesado, al verse sorprendido, se subió los pantalones apresuradamente y salió huyendo de la casa. A continuación, la menor, “llorando y en un estado de gran nerviosismo”, le contó a su hermana ante su insistencia “todo lo que el procesado le hacía cuando estaban solos”.
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas sostiene que todos estos hechos han provocado en la pequeña una alteración en su comportamiento, quedándole aún como secuelas crisis de ansiedad, estado de ánimo depresivo, problemas para conciliar el sueño, actitud insegura y temor al contacto con los hombres y a salir sola a la calle con actitudes de hiperviligancia.