Sanidad cerró las consultas los días 24 y 31 para “reforzar las urgencias” en los centros de salud ante la falta de médicos

Centro de salud de Maspalomas

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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El gerente de Atención Primaria de Gran Canaria, Ricardo Redondas, ha asegurado este martes que la decisión de cerrar las consultas durante los días 24 y 31 de diciembre de este año se adoptó con el objetivo de reforzar y poder cubrir los servicios de urgencias en los centros de salud de la isla. Con esta solución se pretendía aliviar los “serios problemas” derivados de la carencia de profesionales sanitarios en unas fechas en las que se eleva la demanda asistencial, fundamentalmente por episodios de gripe, y disminuye el número de efectivos y la posibilidad de sustituciones por la acumulación de los días de libre disposición a los que tienen derecho los trabajadores.

Redondas ha asegurado que este sistema, criticado en un comunicado difundido el lunes por la Plataforma de Trabajadores de Urgencias del Servicio Canario de Salud (SCS), es el mismo que se utiliza todos los sábados en los centros de salud y que también se aplica durante la Nochebuena y la Nochevieja desde hace años en Atención Primaria de Tenerife y en los hospitales de referencia de Gran Canaria, el Insular para los residentes en la zona sur de la isla y el Doctor Negrín para los del área norte.

El máximo responsable de Atención Primaria de Gran Canaria explica que todos los centros han permanecido abiertos estos dos días y que el cierre de las citas de agenda ha permitido reforzar las urgencias e impedir que estos servicios se queden sin cubrir ante la falta de profesionales, fundamentalmente médicos de familia y pediatras.

Este mismo martes estuvieron a punto de cerrar los centros de salud de Valsequillo y Firgas por este motivo, aunque finalmente se pudo encontrar una solución y han continuado su actividad. También el lunes por la noche se registraron dificultades en el ambulatorio de Canalejas, en la capital grancanaria. De los dos médicos de Urgencias solo pudo acudir uno, ya que la otra profesional de guardia estaba enferma. Durante su turno, el único facultativo del servicio telefoneó a Atención Primaria para informar de que un dolor de muelas le impedía seguir trabajando, por lo que la gerencia activó la lista y pudo encontrar una doctora de refuerzo. Sin embargo, según explica Redondas, fue el propio facultativo quien decidió quedarse y finalizar sus horas después de observar la gran cantidad de pacientes que se había acumulado en la sala, lo que, en opinión del gerente, demuestra la “implicación” de los sanitarios.

Redondas ha reconocido que la falta de profesionales es preocupante y que, por ello, el área que dirige ha publicado anuncios incluso en la Península para buscar especialistas. Para el próximo año el Servicio Canario de Salud ha convocado una Oferta de Empleo Público (OPE) con 60 plazas de Pediatría y más de 100 de Médico de Familia.

“Un éxito organizativo”

El gerente considera que la fórmula implantada este año constituye un “éxito organizativo”, puesto que posibilita una respuesta a los ya habituales colapsos que se producen durante esta época y, además, facilita que los profesionales de Atención Primaria consuman en esas dos fechas 6.000 días de libre disposición, lo que permite liberar y poder hacer uso de esos recursos en las semanas de mayor demanda.

Redondas también niega que la decisión de adelantar el cierre de los centros de salud de las 20.00 a las 18.00 tenga implicaciones en las listas de espera para obtener cita con los médicos de familia, como sostiene la Plataforma de Trabajadores de Urgencias del Servicio Canario de Salud. Según el gerente, se trata de una petición de los propios centros que no supone una disminución de la actividad, puesto que se adelanta la hora de salida, pero también la de entrada, ya que los facultativos acuden a las 11.00 en vez de a las 13.00 horas.

Como medida para evitar los colapsos en las urgencias de los centros de salud de Gran Canaria, el gerente de Atención Primaria defiende la implantación del servicio de triaje, de tal manera que aquellos pacientes con un grado 1 o 2 (los más graves) no tengan que esperar nada, mientras la atención a los más leves (grado 4 o 5) se pueda demorar, en ocasiones, hasta las tres horas.

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