Denuncia haber sufrido un chantaje en Hacienda

“...¿Que se van a querellar contra mí? Bah...para estar viviendo como estoy”. Eladio Díaz está desesperado, “desquiciado”, según sus palabras. Este lunes a primera hora se plantó delante de la sede de la Delegación de Hacienda en Las Palmas de Gran Canaria con toda su indignación a cuestas. Y una durísima acusación contra la Agencia Tributaria por un presunto chantaje que dice haber sufrido en 2009 este constructor de Gáldar.

“No los he metido en los juzgados porque me llamaban con número oculto, primero uno, más tarde otro, hasta tres veces me dijeron que todo mi problema se solucionaría si les entregaba 100.000 euros, eso fue en 2009”, explicaba Eladio Díaz a CANARIAS AHORA nada más abrir sus puertas la Delegación, mientras dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía se acercaban a la Plaza de los Derechos Humanos, donde ha instalado tres paneles denunciando su caso y dando nombres de cuatro empleados a los cuales pide “investigar”.

Eladio Díaz Mendoza pide a la Fiscalía que investigue a la “Inspección de Hacienda” por “chantajear, estafar, robar” a empresarios como él, sometido a un expediente sancionador por presunta simulación de empresas a través de su esposa y de su hijo para el desvío de dinero de la sociedad limitada de su nombre, dedicada a subcontratas en el campo de la construcción, según aclaró a este diario al contar su vía crucis fiscal. Y quiere que la Fiscalía empiece por los cuatro funcionarios que han llevado su caso desde 2009.

El contribuyente indignado lo niega todo y admite no tener pruebas del presunto chantaje que denuncia en la vía pública. Asegura que simplemente decidió en su día que su esposa y su hijo también tuvieran su actividad creando sus propias empresas por módulo, con la única obligación de no tener más de cinco trabajadores ni facturar más de 36.000 euros por obra o “72 millones de pesetas [unos 430.000 euros] por año”. Y mantiene que “cada uno lo cumplió a rajatabla, cada uno facturaba por su cuenta”, algo que no ha visto así la Agencia.

Las inspecciones comenzaron en 2008 por los certificados de los módulos de su mujer y de su hijo y estas han determinado que la simulación de empresas perseguía desviar dinero de la sociedad limitada con el nombre de Eladio, que en los tiempos boyantes de la construcción llegó a tener “más de cien hombres trabajando en el Sur, en Telde y Vecindario y también en la capital, hasta que tuvimos que parar en 2009”. Su negocio fue casi siempre subcontratas de grandes constructoras y alguna pequeña obra propia.

El procedimiento abierto ha acabado en diciembre en el Tribunal Económico-Administrativo (TEA) con una sanción de 485.000 euros más otra multa por la misma cantidad, también por presentar facturas falsas, de la que a partir de ahora deberá defenderse en lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias. También afronta una imputación por delito fiscal en los juzgados de Guía por presunto fraude de su esposa y de su hijo, al superar en 2006 la presunta cuantía defraudada los 120.000 euros, límite del delito.

“Me he gastado 50.000 euros en abogados, siempre le demostrábamos a los inspectores que no tenían razón de lo que nos acusaban, que eran cosas cada vez diferentes, nos cambiaban las acusaciones y ellos siempre seguían adelante”, mantiene.

Con el recurso ante el TSJC recién presentado, el panorama para Eladio ya es desolador, ya que le esperan “tres o cuatro años más de pleitos, es para desquiciarse y menos mal que tengo algo de capital para avalar, porque si no, no me podría defender ni en el TEA ni en el TSJC. Menuda democracia”. Lo duro puede que esté por llegar dado el calibre de las acusaciones en la vía pública de Eladio. “Uno que entraba a trabajar ahora [a la Delegación de Hacienda] me dijo que eso que pongo en los carteles no se puede permitir y que me pueden presentar querella por injurias y calumnias...bah...”.

Eladio se queda callado mientras se acercan los dos agentes del Cuerpo. Se hace responsable de los carteles, se identifica, informa a los policías de su intención de “venir todos los días a protestar, hasta las tres y cuarto, que ellos salen a las tres de trabajar”. La policía le pregunta si tiene algo que ver con el 15-M, por eso de “un indignado más”. Eladio responde que el 15-M se ha solidarizado con él y pretende apoyarle “pero no hoy”.

Y aclara a los agentes: “Yo no quiero líos, sé que vendrá más gente, pero mientras no sean más de veinte personas no hay problemas, ¿no?”. Si fueran más de 20 deberá llamar un día antes a la Delegación del Gobierno, dos calles más arriba de la de Hacienda, para pedir el permiso correspondiente. Este martes quiere volver a la plaza de los Derechos Humanos.

[Así lo ha hecho desde primera hora, pero con la advertencia de la Policía Local, personada a última hora de la tarde del lunes, de no instalar los carteles en la vía pública. Eladio ha decidido portarlos directamente en un solo caballete y montar guardia, paseándose, delante de la entrada de la Delegación, para evitar ser acusado de ocupación de la vía pública

De hecho, al final de la jornada laboral del lunes, una dotación de la Policía Local de LPGC se trasladó con un furgón a la plaza de los Derechos Humanos para retirar los tres caballetes que portaban los carteles, procediendo directamente Eladio a llevárselos].

Etiquetas
stats