Las desaladoras podrán empezar a operar desde este sábado “si las pruebas salen bien”

Un momento de los trabajos de instalación de las dos desaladoras portátiles en Puerto Naos (Los Llanos de Aridane).

EFE

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Las dos desaladoras portátiles instaladas en Puerto Naos para garantizar el riego de las plantaciones afectadas por la erupción volcánica activa en La Palma desde el 19 de septiembre podrán comenzar este sábado a inyectar agua a la red si las pruebas que se inician este miércoles “salen bien”.

Así lo ha anunciado el consejero de Transición Ecológica del Gobierno canario, José Antonio Valbuena, quien ha recordado que ambas desaladoras llegaron a la isla hace dos semanas.

A medida que se van culminando tramos de obra de su instalación comienza “la parte más delicada y compleja, a la que hay que prestar mucha atención porque cualquier imprevisto demoraría semanas su puesta en funcionamiento”, ha advertido.

Se trata de las pruebas de descarga del barco cisterna desplazado a la isla por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico “para ver si funcionan, las de los módulos de desalación y de las bombas de impulsión”. “Si todas estas pruebas salen bien, esperamos que el sábado a más tardar las desaladoras puedan estar inyectando agua en la red de riego” de La Palma, ha manifestado el consejero.

Se calcula que estas dos plantas desaladoras portátiles garantizarán un caudal aproximado de 6.000 metros cúbicos diarios.

Recalificación de terrenos

Preguntado por los trabajos preparatorios del decreto ley que prevé aprobar el Gobierno canario para poder recalificar los terrenos necesarios y reubicar las casas o instalaciones que se hayan visto afectadas por esta erupción volcánica, Valbuena ha afirmado que “hay que esperar que el volcán se apague porque el terreno está cambiando de manera drástica cada semana y hay que ver cómo va a quedar definitivamente”.

Después, ha dicho, hay que hacer un diagnóstico con los afectados definitivos y conocer perfiles y características de las viviendas para después, de manera conjunta con los ayuntamientos, diseñar “lo que tiene que ser el día después, la reconstrucción de los entornos y los núcleos de viviendas que han desaparecido bajo la lava”.

El consejero ha resaltado que “a la semana de la erupción la imagen era una, pero cuando ha transcurrido un mes, la imagen es totalmente distinta y cada vez las afecciones son mayores”, lo que implica “que las conclusiones sean cada vez más complicadas”.

En cualquier caso, la Consejería que dirige “está empezando a recopilar datos, sobre todo los que están en posesión de las distintas administraciones, para después hacer un estudio individualizado de cada uno de los afectados y, con todo eso, plantear distintos escenarios, analizarlos con ellos y las administraciones locales, y a partir de ahí, ver cuál es el encaje normativo que hay que hacer”.

Valbuena ha asegurado que, “a día de hoy, el Gobierno sabe que habrá que actuar desde el punto de vista normativo”, si bien se desconoce todavía “de qué forma porque hay que dar una solución que sea definitiva, no se puede estar improvisando con un terreno que está cambiando de manera continuada”, ha referido.

Aunque la idea que tiene el Ejecutivo canario es que quien haya perdido la casa pueda seguir viviendo en La Palma, el consejero ha advertido de que “hay que respetar la voluntad de las personas”, incluida la de quienes “quieren iniciar un proyecto de vida en otro entorno totalmente distinto”

“Llevan un mes en esta isla, con un volcán que no para de emanar ceniza y producir ruido y hay que entender que haya personas que se están pensando seriamente iniciar un proyecto de vida en otro lugar. Hay muchos afectados y nos podemos encontrar con casuísticas totalmente distintas”, ha aseverado. Por eso, ha abogado por “analizar de forma serena la opinión de todos y cada uno de los afectados cuando el volcán se apague”.

El consejero ha reconocido que la tarea que se presenta es complicada porque también lo es la situación que se presenta en La Palma. “Estamos hablando de algo que es extraordinario, una erupción volcánica, y no hay ninguna normativa redactada para este tipo de catástrofes. Es la primera vez que tenemos una catástrofe de este tipo en Canarias después de los años 70, con una masificación de entornos urbanos, de población, infraestructuras y necesidades que nada tienen que ver con la erupción del 49”, ha dicho.

José Antonio Valbuena ha manifestado que no se encuentra “en disposición de descartar ningún escenario o posibilidad”, al ser preguntado por si es factible levantar nuevas edificaciones en los terrenos que han quedado sepultados por coladas de lava. “Una vez que tengamos el diagnóstico, habrá que analizar los distintos escenarios que se van a producir y ver cuáles son más factibles pero, a día de hoy, no se puede descartar ninguna posibilidad”, ha reiterado. 

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