Detienen en LPGC a un clan dedicado a la explotación sexual
Agentes adscritos al Grupo IV de la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsificación (Ucrif) de Las Palmas llevaron a cabo la detención de varios miembros de un clan delictivo dedicado a la explotación sexual de chicas rumanas. Según la Policía Nacional, para mantener prostituida durante varios meses a una chica rumana en la calle Molino de Viento “la agredieron, la amenazaron y la tuvieron controlada todo el tiempo”.
Funcionarios dependientes de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras tuvieron conocimiento durante la semana pasada de la existencia de cuatro extranjeros de nacionalidad rumana dedicados a la explotación sexual de varias chicas rumanas en distintas casas ubicadas en la calle Molino de Viento en Las Palmas de Gran Canaria.
La Jefatura Superior de Policía de Canarias señala en un comunicado que los hechos se iniciaron a finales del año pasado cuando los ahora detenidos contactaron con la víctima principal en Rumanía y la convencieron para venir a España a ejercer la prostitución, actividad con la que según le prometieron podría mantener a su familia y obtener sumas monetarias considerables. La joven acccedió y empezó a “trabajar” en una de las casas ubicadas en la calle Molino de Viento siempre bajo la observancia de los miembros del clan.
A las pocas semanas de haber empezado a trabajar y pese a haber devuelto la deuda contraída, los proxenetas comenzaron a agredirla, amenazarla y coaccionarla hasta tal punto que se vio obligada a entregar casi todo el dinero que obtenía del ejercicio de la prostitución, restándole únicamente el mínimo para cubrir gastos básicos de manutención e higiene.
El clan familiar se encontraba “representado” en España por el “padre” de familia, su hija y las parejas de ambos. Desde Rumanía, otro de los miembros de la familia se dedicaba a la captación de chicas procedentes de familias humildes y su posterior traslado hasta España.
La deuda, que en un principio ascendía a 5.000 euros, no dejaba de ser una argucia psicológica por parte de los proxenetas, ya que le exigían plazos límites inalcanzables para poder materializarla. Si no se cumplía con dicho plazo, la deuda aumentaba de forma continuada, formando parte de una espiral sin fin y en la que la joven siempre se veía obligada a seguir ejerciendo la prostitución con el fin de intentar finalizar con la deuda. Cuando escapó, la cantidad adeudada ya ascendía a 22.000 euros.
Los agentes aseguran que la chica siempre estuvo “controlada” por la pareja de uno de los principales miembros, que para mayor presión también ejercía la prostitución en el mismo lugar que ella; observando en todo momento el número de pases y servicios sexuales que realizaba, todo ello en orden a informar puntualmente al “jefe” del clan de las ganancias que obtenía por dichas actividades.
Las agresiones, que se repitieron tanto por parte del padre como del hijo, causaron en varias ocasiones cortes, contusiones y multitud de hematomas, no dejando en ningún momento que la joven recibiera asistencia sanitaria. Asimismo y según tuvieron conocimiento los investigadores, víctima y pareja tenían limitada y condicionada la libertad deambulatoria, teniendo que pedir permiso por parte de los miembros del clan para dirigirse a uno u otro lugar.
Tras meses de retención y aprovechando un momento de descuido de los proxenetas, la víctima y pareja lograron huir y tras varios días de dudas e incertidumbre, se presentaron en dependencias policiales para formular la correspondiente denuncia. La declaración inicial de los hechos, así como las comprobaciones inmediatamente posteriores, precipitaron las detenciones de los cuatro imputados.
Cuando se llevaron las detenciones, los miembros de la organización se encontraban preparando la llegada de otra chica rumana a la que introducir y mantener bajo explotación sexual en Las Palmas.
Los hechos fueron puestos en conocimiento del Juzgado de Instrucción número siete de los de San Bartolomé de Tirajana y los detenidos fueron puestos a disposición judicial.