La Diputación del Común abre una investigación sobre la Unidad Metabólica Ósea del Hospital Insular de Gran Canaria
La Diputación del Común de Canarias ha abierto una investigación sobre la situación que vive la Unidad Metabólica Ósea (UMO) del Hospital Insular de Gran Canaria, según ha anunciado su titular, Rafael Yánes, en una entrevista en Canarias Radio. Según explicó, esa unidad, que trata fundamentalmente una de las enfermedades más comunes entre las personas mayores, la osteoporosis, se encuentra reclamando desde hace más de una década un lugar digno y las dotaciones humanas y tecnológicas adecuadas para atender a sus pacientes.
Entre otras irregularidades, el Diputado del Común destacó que la UMO se encuentra recluida en un sótano del complejo hospitalario, sin ventilación y con el aire acondicionado obsoleto y roto. Además, según la queja presentada ante el Defensor del Pueblo de Canarias, la unidad sufre estas últimas semanas una plaga de cucarachas.
Otras deficiencias del servicio que también investiga la Diputación del Común se refieren a la carencia de personal administrativo y la ausencia del mecanismo electrónico que opera en el resto del hospital para la gestión de las citas y el sistema de llamada a los pacientes cuando se encuentran en la sala de espera. No existen pantallas ni designación por números, lo que obliga a llamarlos por su nombre y a viva voz.
Para remate, la prueba fundamental por excelencia de la UMO, la densitometría ósea, la que permite el diagnóstico de la osteoporosis, no está disponible en la red informática del Servicio Canario de la Salud (SCS), lo que obliga a sus facultativos a entregarla en mano y en papel para que sean los pacientes las que las lleven a los médicos que la solicitaron. A lo largo de estas tres décadas de existencia de la unidad se han realizado más de 50.000 densitometrías.
Creada en 1989 por el doctor Pedro Betancor León, la UMO es la primera unidad monográfica de España con dedicación exclusiva al estudio y tratamiento de las enfermedades metabólicas óseas, particularmente la osteoporosis. Pese a ser un departamento de referencia nacional e internacional, ha sufrido desde su creación la marginación y la reclusión en lugares inadecuados. Estuvo inicialmente ubicada en el Colegio Universitario de Las Palmas (CULP), ya desalojado por ruina, y sus facultativos se llegaron a ver en la obligación de atender a sus pacientes en la cafetería del edificio ante las carencias que presentaban sus dependencias.
Trasladada al edificio contiguo del Hospital Insular, se le colocó en las salas anteriormente dedicadas a la Unidad de Medicina Nuclear, por lo que sus paredes están plomadas y aisladas, sin ventanas ni ventilación, por lo que se alcanzan altas temperaturas en muchos días del año.
Ninguna de las históricas reclamaciones de la UMO ha sido atendida jamás por las autoridades médicas del hospital ni por los responsables del SCS, todos ellos conocedores de estas carencias desde hace muchos años, según consta documentalmente en la denuncia que tramita la Diputación del Común.
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