Cerca de 400 militares participan con 41 aviones en ejercicios de combate en los cielos canarios
Un total de 41 aviones y casi 400 militares de Italia, España y la OTAN participan en un ejercicio de defensa de las aguas de las Islas Canarias bajo la dirección del Mando Aéreo de Combate (MACOM), del Ejército del Aire.
El ejercicio DACT 2017 (iniciales de Dissimilar Air Combat Traininng) se inició el pasado día 13 en la Base Aérea de Gando, ubicada en el municipio de Telde (Gran Canaria), y los entrenamientos se extenderá hasta el próximo viernes, 27 de enero.
Eurofighter de los ejércitos del aire de Italia -tres aviones- y de España (Alas 11 y 14) participan en los ejercicios de combate en los cielos canarios junto a los F-18 de las Alas 12, 15 y 46, un Falcon 20 del Grupo 47, Hércules del Ala 31 y helicópteros Súper Puma del 802 Escuadrón y un AWACS de la OTAN operan desde las pistas de Gando (Gran Canaria) y el Aeródromo Militar de Lanzarote.
El coronel y responsable operativo del ejercicio, Manuel Ojeda Copete, ha informado a los medios de comunicación de que el entrenamiento de los combates aéreos se desarrolla sobre el océano en una zona reservada de 150 por 200 millas náuticas (278 por 370 kilómetros) al sur del archipiélago bajo el control del Grupo de Alerta y Control de Gando y del avión AWACS de la OTAN.
Según Ojeda Copete, este ejercicio es uno de los más importantes en España porque completa no solo el adiestramiento avanzado de las tripulaciones de combate y el Sistema de Mando y Control Nacional, en particular los medios que se ubican en Canarias, sino que además ejercita la capacidad de proyección del Ejercito del Aire.
Manuel Ojeda ha subrayado que el DACT 2017 ejercita las capacidades de la estructura de mando y control del Mundo Aéreo de Combate (Macom) para aumentar el nivel de preparación para el combate aire-aire de las unidades de caza del Ejército del Aire, en esta ocasión de España e Italia, donde sobresalen sus Eurofighter.
Este tipo de ejercicio aéreo, que se realiza en Gran Canaria desde el año 2004, persigue que los pilotos pongan en práctica tácticas en combates aéreos simulados entre aeronaves de diferente capacidad.
El entrenamiento desarrolla primero una fase teórica que incluye conferencias de integración de fuerzas, para el conocimiento de los aviones que participan en el ejercicio, seguridad y técnicas de combate, entre otras, para completar el adiestramiento en vuelo.
Luego la fase práctica se desarrolla en una amplia variedad de escenarios y con un gran número de aviones en vuelo, para elevar la operatividad entre las distintas unidades y evaluar y mejorar tácticas, técnicas y procedimientos de este tipo de misiones.
La dificultad del ejercicio se incrementa gradualmente en un ambiente lo más realista posible, ha destacado Manuel Ojeda, quien ha añadido que ya se han realizado 220 salidas de aeronaves de las 503 que están previstas en este entrenamiento.
El coronel ha adelantado que unidades de Eurofighter del Ejercito del Aire participarán en febrero en el ejercicio aéreo Red Flag de Nevada (Estados Unidos) para entrenar sus capacidades aire-aire y aire-suelo.
Por su parte, el teniente José Alberto Marín, uno de los pilotos españoles participantes, ha dicho que, dependiendo el día, en el DACT 2017 unas veces se encarga de defender el espacio aéreo y otras ejerce el papel de un atacante, y que lo más complicado es controlar la velocidad del F-18, algo que se consigue con mucho entrenamiento.
Marín ha desvelado que ha intervenido en misiones reales con el Ejército del Aire, en concreto en Libia para controlar su espacio aéreo durante un periodo de tres meses, y ha asegurado que fue una experiencia “gratificante” en lo personal y todo un “honor” servir a España.
A su juicio, el objetivo de este entrenamiento es alcanzar la “excelencia” y ha precisado que la mejora de la tecnología, seguridad de los aviones y calidad de las misiones permiten “evolucionar” en todos estos aspectos.
El comandante Fernando Gómez-Porrúa, que está destinado en los AWACS de la OTAN desde el año 2012, ha dicho que la plataforma de su avión es un Boeing 707 y que tiene en su parte alta un radar que, a unos 30.000 pies de altura (casi 10 kilómetros) son los ojos de los cazas para advertir de la posición de aviones enemigos y de baterías antiaéreas.
“El AWACS es un centro de control que da una visión global de cómo se desarrolla una batalla y la puede dirigir desde el mismo avión”, ha subrayado Gómez-Porrúa, quien ha agregado que esta aeronave a unos 10 kilómetros de altura controla un radio de casi 500 kilómetros cuadrados.