Gran Canaria quiere conservar y revitalizar el legado cultural heredado por los antiguos canarios en Risco Caído y las Montañas Sagradas
El Cabildo de Gran Canaria ha celebrado este martes el primer aniversario de la declaración de Risco Caído como Patrimonio de la Humanidad con toda una declaración de intenciones: no solo quiere conservar el legado cultural heredado de los antiguos canarios, quiere revitalizarlo. Hace justo un año, en Azerbaiyán, la Unesco aprobó la candidatura promovida por España para que el Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria se convirtiera en Patrimonio Mundial, tras observar en ella un “testimonio excepcional” de las sociedades de raíz amazigh (bereber) que poblaron el norte de África y hace al menos 2.000 años dieron el salto al archipiélago canario.
El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, ha subrayado que le cuesta relatar la “emoción” que sintió tal día como hoy en Bakú al ver reconocido a nivel mundial el legado cultural del pueblo que habitó las islas en tiempos previos a la Conquista. Pero, como también ha destacado, “el primer año” de Risco Caído como Patrimonio de la Humanidad “no pudo comenzar de peor manera”, con un enorme incendio forestal -el mayor que ha sufrido Canarias en los últimos años- que arrasó 10.000 hectáreas en la cumbre y dañó espacios claves en el Paisaje Cultural recién protegido.
Morales ha precisado que, si algo bueno se puede rescatar de lo ocurrido aquellos días es “el comportamiento ejemplar de la sociedad”, la reacción solidaria de todo el archipiélago con la cumbre de Gran Canaria, “que sacó lo mejor de nosotros”.
Con Risco Caído, la Unesco no solo protegió una cueva artificial con grabados aborígenes, una cúpula perfecta y un tragaluz que consigue que los rayos del sol marquen los solsticios de primavera y otoño y el solsticio de vernaro, permitiendo que la sociedad aborigen se guiara por el calendario y acertara con el tiempo propicio para las siembras y cosechas de las que dependía su supervivencia. Con esa cueva, la Unesco protegió 17.000 hectáreas de terreno en la caldera de Tejeda, salpicadas de yacimientos arqueológicos y de prácticas ancestrales que han sobrevivido desde aquellos tiempos hasta la actualidad, como la costumbre de construir las viviendas en cuevas, que persiste en el municipio de Artenara. Y también, por primera vez en el Patrimonio Mundial, sus cielos nocturnos.
“Una parte de ese paisaje cultural quedó congelado hace medio siglo, poblados enteros de casas cueva, caseríos, cultivos en terrazas, el agua corriendo por las acequias, moviendo molinos y brotando frutos, ganados pastoreados en pastizales con un legendario derecho de uso, la mano de loceras que fabricaron miles de piezas de uso cotidiano...”, ha relatado José de León, director de la candidatura que se presentó ante la Unesco. Este funcionario del departamento de Patrimonio del Cabildo de Gran Canaria ha subrayado la suerte que supone que toda esa cultura ancestral, única, de raíz norteafricana, pero desarrollada durante siglos de incomunicación en islas, “ha llegado hasta hoy: las cuevas de Risco Caído o Los Candiles, el almogarén (lugar de culto) del Roque Bentayga o los grabados de triángulos públicos que muestran la importancia de la mujer en aquella sociedad”. “El compromiso con la Unesco no fue que todo esto no desapareciera, sino que pueda revitalizarse. No queremos apuntalar la Historia, como las cuevas para que no se caigan, sino darle vida para que se sostenga por ella misma”, ha señalado.
En ese mismo mensaje ha incidido el presidente del Cabildo de Gran Canaria. La isla, ha señalado Morales, quiere que reconocimiento internacional al legado cultural de la cumbre de la isla y, por extensión, al pasado aborigen de toda Canarias sirva de palanca de desarrollo sostenible para toda esa comarca. Para ello, ha explicado, se están dando pasos para gestionar de forma coordinada el espacio protegido por la figura del Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad, con el consagrado hace quince años como Reserva de la Biosfera, colindante con el anterior.
“Risco Caído nos habla del tiempo desde el espacio por el pueblo que fuimos (...) Es la sabiduría reflejada en el paisaje de montaña”, ha señalado, por su parte, la directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Nona Perera. La directora general ha defendido que ese yacimiento del municipio de Artenara es ya “un emblema de la cultura de los antiguos pobladores de Canarias”, para terminar remarcando que “no hay nada más poderoso que una hermosa Historia”.
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