Un helicóptero militar sufre un accidente en el sur de Gran Canaria
Un helicóptero del Ejército del Aire, con base en Gran Canaria, sufrió un accidente el pasado martes, 18 de abril, mientras realizaba una práctica nocturna en el sur de la Isla. La nave, un Superpuma (HD-21), volaba a muy baja altura sobre el mar y chocó contra las rocas de la costa. Los tres tripulantes salieron ilesos, según han informado a esta Redacción fuentes del Ministerio de Defensa en Madrid y ha confirmado la Delegación del Gobierno en Canarias. La principal hipótesis que se baraja como causa del accidente es un error humano.
Los hechos ocurrieron alrededor de las diez de la noche. El aparato es una de las unidades del SAR (Search and Rescue, conocido popularmente como Servicio Aéreo de Rescate) adscritas a la Base Aérea de Gran Canaria, ubicada en Gando junto al aeropuerto civil de la Isla. Los ejercicios nocturnos son habituales en los entrenamientos de los tripulantes del ejército, lo que no se explican desde la sede del Ministerio es por qué volaba a ras del mar y en dirección hacia tierra. El ejercicio consistía en aterrizaje con gafas de visión nocturna, según la Delegación del Gobierno.
Debido a esta circunstancia, la parte baja del fuselaje colisionó contra un suelo rocoso. A pesar del impacto, calificado de “ligero” por las autoridades, el aparato pudo seguir en el aire y regresar a la base, frustrando la operación. Pero al aterrizar, el helicóptero tuvo problemas para tomar tierra ya que el fuselaje estaba dañado debido al accidente.
La versión oficial sostiene que el aterrizaje se produjo “sin incidencias reseñables”
Según el Gobierno, se ha abierto una investigación para aclarar las causas del siniestro. En estos casos, esa investigación la dirige una comisión de expertos enviada desde Madrid que aún no está en la isla.
Las fuentes consultadas por este periódico afirman que los tres tripulantes tuvieron mucha suerte porque el accidente les pudo costar la vida. Problemas técnicos en el helicóptero en principio están descartados, lo que apunta a un error humano probablemente debido a un exceso de confianza o la ejecución de una maniobra muy arriesgada.
Los profesionales de la base de Gran Canaria tienen aún muy presentes los dos accidentes mortales ocurridos en la pasada década. En marzo de 2014, en unas prácticas rutinarias a 30 millas de la costa de Fuerteventura, fallecieron dos pilotos y dos mecánicos. El único superviviente del siniestro, el sargento Jhonander Ojeda, falleció año y medio después en otro accidente, en el que también perecieron los dos pilotos cuando regresaban a su base en Gran Canaria desde Mauritania.
A raíz de estos dos siniestros, protagonizados por dos helicópteros antiguos, Defensa modernizó su flota con varios Superpumas de última generación destinados al SAR de Canarias. Uno de los nuevos aparatos, valorado en 18 millones de euros, es el protagonista del accidente de esta semana, en el que afortunadamente no ha habido que lamentar víctimas mortales.
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