Un inmigrante saharaui denuncia una supuesta agresión de Domingo Bueno
Brahin Essyfar, un ciudadano saharaui que trabaja en una finca de Mogán, ha denunciado al director de Agricultura del Gobierno de Canarias, Domingo Bueno, por una supuesta agresión que éste, acompañado de dos amigos, habría cometido al reclamarle Essyfar el pago de unas cantidades de dinero que le adeudaba la empresa Agrícola Mogansol, propiedad del padre de Bueno, en la que trabajaba.
Essyfar relata en el escrito presentado en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de San Bartolomé de Tirajana, que fue golpeado por “el hijo del jefe y dos amigos”. Además, señaló que llevaba siete años trabajando para la mencionada empresa sin seguro y sin contrato, por lo que “no podía arreglar los papeles” para regularizar su situación.
Esta supuesta agresión animó al joven saharaui a denunciar la situación que padecían él y sus compañeros ante la Inspección de Trabajo de Las Palmas. “La empresa nunca me ha dado de alta en la Seguridad Social, ni a mí ni a mis compañeros, unos ocho, teniendo además dos trabajadores jubilados que también trabajan en el mismo centro”, en referencia a la explotación agrícola del padre de Domingo Bueno.
El saharaui narró a este periódico que aprovechó una visita del director general de Agricultura a la plantación para pedirle el abono de un mes y medio de trabajo -“pagaban 30 euros por ocho horas de trabajo”- y quince días de vacaciones que había disfrutado por vez primera en años. “Uno de los amigos preguntó [a Bueno] que quién era yo y él le dijo que era un árabe que trabajaba con él”.
A partir de ese momento, los amigos, siempre según el relato de Essyfar, empezaron a insultarlo con expresiones como “moro de mierda” y cuando él se defendió verbalmente, comenzaron las agresiones, que terminaron ocasionándole días después la pérdida de un diente. Lejos de arredrarse decidió en ese momento denunciar los hechos: la agresión en los juzgados de San Bartolomé de Tirajana y las supuestas irregularidades laborales en la Inspección de Trabajo.
Ahí no terminaron sus problemas, porque, según su relato, “un guardia civil amigo del hijo del dueño”, Domingo Bueno, “me detuvo y me llevó como estaba vestido” y sin ninguna de sus pertenencias, al Centro de Internamiento de Extranjeros de Barranco Seco. Allí permaneció por espacio de 38 días, al cabo de los cuales pudo salir al estar tramitándose su petición de asilo político.
Asegura que tras su denuncia y como represalia fueron despedidos todos sus compañeros. Él, por su parte, vive en las calles de Las Palmas de Gran Canaria y duerme escondido de las miradas de los ciudadanos en las cercanías del parque Santa Catalina.