El limbo laboral de los artistas del sector turístico, en lucha por un convenio pionero en España

Imagen de archivo de un artista.

Jennifer Jiménez

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Vicente García es músico y toda su vida se ha dedicado a amenizar en el sur de Gran Canaria la estancia de los turistas, tanto en verano como en invierno (temporada alta en Canarias). Sin embargo, no fue hasta que acudió a la Justicia después de ser despedido, cuando logró demostrar el fraude que había cometido una empresa de espectáculos al tenerlo contratado durante años de manera temporal. Tras la sentencia, llegaron otras en el mismo sentido, pero el colectivo de artistas que actúa en alojamientos turísticos (se calcula que son unos 3.000 en el Archipiélago) reivindica un convenio en el que se regulen sus condiciones laborales. Acróbatas, músicos, magos… entretienen las noches de los visitantes que llegan a Canarias, pero denuncian vivir sujetos a contratos de obra y servicio por medio de empresas intermediarias y que en muchas ocasiones no se respetan sus días de descanso o que no hay unas tablas salariales reguladas, entre otros aspectos. 

La pandemia empeoró la situación laboral de estos artistas, precisamente por la temporalidad de los contratos o por su condición de falsos autónomos. Al no contar con contratos indefinidos, quedaron fuera de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y el paro se agotó antes de la recuperación del turismo. El sector entiende que la nueva reforma laboral aporta un marco legal que permitirá avanzar en sus objetivos, pero los artistas consideran que contar con un convenio es clave para poder tener una regulación específica que tenga en cuenta sus condiciones laborales. Desde el Gobierno de Canarias se ha venido apoyando en los últimos meses esta reivindicación y se han producido reuniones con la Dirección General de Trabajo. Además, la Viceconsejería de Cultura ha ayudado en la redacción del proyecto de convenio colectivo sufragando los costes jurídicos. 

Pese a estos pequeños avances, la patronal sigue sin designar un interlocutor que permita negociar el mismo. García explica que mientras que hay prevista una reunión en el mes de abril con la Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife, en Las Palmas siguen sin recibir al sector. La semana pasada los artistas, convocados por UGT y CCOO se concentraron en la sede de la Confederación Canaria de Empresarios con el fin de que se desatasque este objetivo y se pueda avanzar en la negociación, pero desde este organismo remarcan que no depende de ella la designación de ese interlocutor, sino de la patronal competente. UGT entiende que no se trata de trabajadores que deban estar regulados por el convenio de Hostelería y Turismo, ya que en su mayoría, estos profesionales son contratados por empresas de espectáculos, por lo que debe ser la confederación quien aporte una solución designando a un representante empresarial. 

García, ahora jubilado pero que sigue siendo representante sindical de UGT, remarca que ya existe jurisprudencia al respecto. El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) determinó que él y su compañera, integrantes entonces de un dúo musical, prestaron sus servicios a una empresa de eventos musicales desde 1990 hasta 2004 y dio la razón a los músicos al entender que la actividad que realizan se basa en “un espectáculo en el que el protagonista no es el artista, lo que motiva al público a la asistencia a los mismos no se debe a la ejecución virtuosa de un instrumento o a una figura consagrada en tal o cual estilo musical, sino a un repertorio de éxitos musicales”. Se trata además de “una actividad que se repite en toda la temporada de verano o de invierno”. Por ello, esta sentencia subraya que la conclusión “no puede ser otra” que la de apreciar su condición de fijo, es decir, que existió fraude en la contratación temporal y que el despido fue improcedente. El fallo, marca por tanto esa distinción entre estos artistas concretos y otros que actúan en otros contextos y espacios. 

Un convenio con enfoque de género

Isabel Vera es cantante en el sector turístico y explica que fue gracias a la demanda que presentó respaldada por UGT y con el antecedente de la sentencia de Vicente García que logró ser readmitida en la empresa que la despidió y contar ahora con un contrato indefinido. Recuerda que fueron tres años de lucha judicial muy dura y que entonces tenía una niña muy pequeña. Sus contratos, antes de su despido, eran por obra y servicio, lo que le impedía solicitar un crédito, comprar un vehículo a plazos… Este tipo de contrato subraya que genera mayor incertidumbre y el hecho de tener que soportar una mayor precariedad. Explica que ahora tiene un salario y un contrato estable pero que conoce compañeros que tienen que compatibilizar este con otros oficios o que no cuentan con días de descanso. 

“La mayoría de la gente trabaja o con subcontratas o siendo falsos autónomos, con lo cual si no trabajas no cobras, no puedes coger una baja y no puedes tener derecho a vacaciones”, remarca la artista. Señala que a las mujeres les condiciona mucho en este sector la maternidad y que la conciliación es inexistente. Insiste en la necesidad de este convenio, ya que el sector se encuentra en “un limbo” que propicia que se puedan ejercer abusos. Y son precisamente las mujeres las que por sus condiciones más duras y por la desigualdad social son las más perjudicadas. 

“Somos la cara visible del hotel, generamos alegría, entretenimiento, ratos de ocio y amamos nuestra profesión”, señala Isabel Vera. Insiste en que el convenio es necesario para que se tengan en cuenta aspectos como las condiciones de trabajo, ya que en muchos casos son los artistas quienes pagan sus equipos de música, su vestuario… Destaca que muchas veces llueve o hace mucho frío en las terrazas donde actúan, pero quienes no tienen contratos estables no pueden coger la baja o tienen miedo a que no les llamen más y quedarse sin empleo.  

Además, considera que el convenio es clave para que exista una tabla salarial, para que haya equiparación real entre hombres y mujeres, regulación en cuanto al respeto en los días de descanso y vacaciones o la importancia del respaldo a la maternidad, entre otras, como prevenir situaciones de acoso laboral. Y en definitiva una mayor “dignidad” en el trabajo y que sus condiciones sean respetadas igual que las de cualquier otro sector. “La inestabilidad económica nos afecta y, sin embargo, nos subimos al escenario y damos lo mejor de nosotros”, añade. 

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