Maspalomas Pride celebra la libertad desbordando las calles de energía multicolor
Marco Gomes, de Lisboa, conoció a su pareja hace seis meses en Gran Canaria, este sábado han regresado a la isla que les unió para celebrar su relación en la fiesta más libre y diversa: el Maspalomas Pride, que este año prevé superar toda expectativa de asistencia.
La fiesta que se instaló en San Bartolomé de Tirajana hace diez días ha tomado este sábado las calles de Maspalomas, para llenar de color una fiesta que brilla por su orgullo, que no entiende de géneros, edades, nacionalidades ni etiquetas.
El Maspalomas Pride by Freedom es una fiesta para ser, y para Marco y su pareja también para amar, donde se unen más de una veintena de países y que en este 2023 ha logrado el número de carrozas más alto de su historia.
En su día grande, el Maspalomas Pride ha sido sinónimo de alegría contagiosa, de purpurina, y banderas multicolor que no entienden de fronteras para servir de punto de encuentro a más de 100.000 personas.
Cosmas Soekiman es de Indonesia, “allí la policía nos persigue, aquí nos protege”, por lo que es una cita que no se pierde cada año, y a la que regresa con más ganas que nunca después de la restricción por la pandemia.
Disfruta de la fiesta con un grupo de 16 personas, que vienen desde varios lugares de Europa, y también de Tailandia e incluso de Malasia. “Ha sido un vuelo muy largo para una gran fiesta, que merece todas las horas de avión”, aseguran sus amigos.
Frederic Paste y Sandrine Cormier son de Francia, aunque ahora mismo viven en el sur de Gran Canaria. Es la tercera vez que vienen al Maspalomas Pride, “la gente es genial, la libertad, todo es muy fácil aquí”, celebra Frederic.
Va engalanado con cientos de brillantes en un traje que ha hecho con sus propias manos, piedra a piedra y durante una semana de elaboración.
Trabaja más tarde en un bar, pero es algo que no se quería perder y asegura que “aprovechará todas las horas hasta entrar a trabajar” porque ha llegado “con ganas de disfrutar y pasarlo bien”.
Trajes multicolor, redecillas, mucha o poca ropa, tacones de infarto y plataformas de vértigo, cada uno vive el Maspalomas Pride a su manera, con el objetivo común de celebrar la libertad.
Ese es el objetivo de Ybriex, de Francia, que estuvo más de dos meses trabajando en un traje que es más grande que él y que roba todas las miradas.
Todos quieren una foto con él, y posa orgulloso con su creación que, como ha definido, es “la expresión del amor”, porque el Maspalomas Pride “es para brillar con orgullo”.
Es una “escultura en movimiento”, según la ha descrito, pues ha optado por un conjunto para esta fiesta “de arte divertido”.
Aunque no le cabe una piedra más en su vestido, asegura que “siempre hay hueco para más detalles”, y cuando lo dice sonríe contento mientras abraza a todo el que se acerca para sacarse una foto a su lado.
No todos son de fuera, María García y Laura Medina vienen del municipio grancanario de Telde a “disfrutar de una fiesta que repetimos cada año”. Han reservado una carroza con un grupo de amigas, y están preparadas para “disfrutar al máximo” y “orgullosas” del Maspalomas Pride, afirman con rotundidad.
A las 17.00 horas la fiesta arrancó con toda su fuerza, orgullo y determinación para desbordar las principales calles de Maspalomas de su energía arrolladora. Encabezando la comitiva, las pequeñas y pequeños de la Asociación de familias de infancia y juventud trans Chrysallis, junto a la batucada Rumble Manía marcaron el paso.
Por delante queda una tarde de celebración con la que no podrá ni el calor ni las horas de fiesta, hasta el epicentro de la comunidad LGTBIQ+ en el Centro Comercial Yumbo, donde la noche se convertirá en día los fiesteros que más aguanten.
Con el desfile, Djs y artistas de Chile, Italia, Brasil y Venezuela, el Maspalomas Pride by Freedom encara la recta final tras 11 días y 11 noches de fiesta con los que se despedirá mañana domingo hasta el próximo año.
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