Cinco meses de espera en la sanidad pública para ver al psiquiatra con depresión y ansiedad

Imagen de archivo.

Natalia G. Vargas

Las Palmas de Gran Canaria —

Ana Jiménez tiene depresión y brotes de ansiedad desde los 16 años. El acoso que sufrió en el colegio por parte de algunas compañeras, la muerte de su padre, la mala relación entre su madre y su abuela y el maltrato psicológico que su hermana menor y su madre han vivido la han “encerrado en una burbuja” de la que no sabe cuándo podrá salir. El 16 de abril tuvo cita con su psiquiatra en el Hospital Universitario de Canarias (HUC) en Tenerife, y la siguiente visita fue cinco meses después, el 19 de septiembre. “Se me vino el mundo encima cuando supe todo lo que iba a tener que esperar para volver a recibir ayuda”, confiesa. Por ello, Jiménez presentó una reclamación a la que la Gerencia del centro respondió que “se procura citar a los pacientes con la menor demora posible”, pero “el gran volumen de casos de mayor gravedad y prioridad clínica dificulta que se pueda atender a otras peticiones como sería deseable”.

2.156 personas en Canarias están también a la espera de una cita en la especialidad de Psiquiatría en el Servicio Canario de Salud, según datos oficiales publicados por el Gobierno de Canarias en junio de este año. Tenerife es la isla que registra una mayor lista de espera, con 862 pacientes, seguida por Gran Canaria, con 797. En esta Isla, una mujer a la que le fue diagnosticado un duelo patológico en julio aún no ha recibido su cita en el área de Salud Mental. Mientras tanto, se ve obligada a pagar especialistas privados y a comprar los medicamentos sin descuento de la Seguridad Social. Este caso evidencia la ineficacia de los “principios rectores” de los que presume el Gobierno canario en su Plan de Salud Mental: responsabilización, accesibilidad, universalidad y gratuidad. La tercera Isla con mayor lista de espera es Fuerteventura, con 415 personas, seguida por Lanzarote (53), La Palma (2.6) y El Hierro (3).

Para acceder al área de Salud Mental, tal y como explica Esther Sanz, psicóloga clínica y miembro del Colegio Oficial de Psicología de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, el médico de cabecera evalúa tu situación y te deriva al psiquiatra. Además, la Dirección General de Programas Asistenciales del Servicio Canario de Salud ha señalado a Canarias Ahora que también pueden hacerse derivaciones desde otras especialidades o desde el Servicio de Urgencias de los Hospitales Generales. Después, es este profesional el que contempla si el paciente necesita acompañamiento psicológico. En esta área también hay descompensación, tal y como señala Sanz, trabajadora del conocido en el pasado como hospital psiquiátrico de Tenerife (actualmente área externa de Salud Mental), en su centro hay solo dos psicólogos para cien pacientes: “¿Qué atención y acompañamiento podemos dar? En las unidades de salud mental comunitaria te puedes encontrar con un paciente que se ha intentado suicidar y en ventanilla le dan cita para dentro de tres meses: en ese tiempo podría empeorar o tener que lidiar con un intenso sufrimiento”.

Por el contrario, la especialista señala que hay una fuerte inversión en hospitalización y medicalización. “En el caso de los trastornos mentales graves, se realizan inversiones que pueden alcanzar los 1.000 euros mensuales en fármacos, y una cama de hospital supone unos 600 euros al día, pero en atención psicosocial las cifras son mucho menores”, lamenta. Incluso, en ocasiones, los pacientes llegan medicados al psiquiatra desde atención primaria sin haber sido explorados por el especialista. “No es culpa de los médicos de cabecera, se ven desbordados, con muchos pacientes con cuadros de ansiedad y depresión y no tienen recursos. En otros lugares de España o Gran Bretaña está incluyéndose ya a psicólogos en los centros de atención primaria”, señala Sanz.

Por el contrario, el SCS defiende que “el médico de Atención Primaria tiene la capacidad y formación suficiente para el manejo de los principales antidepresivos y realizar un acompañamiento y apoyo desde la consulta”. En Canarias, la depresión es uno de los trastornos mentales más comunes. “El 16,2% de las personas presentan un episodio depresivo en algún momento de su vida”, según la Dirección General de Programas Asistenciales.

“El psicólogo no es un loquero”

“El psicólogo no es un loquero”De acuerdo con la descripción que la propia Organización Mundial de la Salud ofrece, la salud mental no es solo la ausencia de una enfermedad mental, sino un estado que permite el funcionamiento satisfactorio de la mente y que se refleja en “actividades productivas, relaciones plenas y la capacidad para adaptarse a los cambios y defenderse en situaciones adversas”. “Es indispensable para el bienestar personal, las relaciones personales, familiares y sociales”, señala un informe del Gobierno canario. Sin embargo, el estigma y el desconocimiento que desde la infancia tiñe la estabilidad emocional y mental la han convertido en la gran olvidada, poniéndola en peligro.

Desde el punto de vista de Ana, normalizar desde la educación el paso de pedir ayuda y sensibilizar sobre la importancia de la paz mental es fundamental. “El psicólogo no es un loquero, todas las personas tienen problemas en su día a día, pero les da miedo compartirlos”, explica. “El cerebro es el que retiene todo: las palabras, las imágenes, los gestos… Y buena parte de las enfermedades físicas surgen en la mente a causa de factores como el estrés”, valora. En su caso, puede hablar abiertamente sobre su historia, pero en su infancia también tuvo obstáculos. “Cuando contaba que iba al psicólogo, me preguntaban si estaba loca”, confiesa.

En este ámbito, la psicóloga clínica defiende la importancia de no “psicologizar ni tachar de enfermos mentales a quienes sienten malestar por problemas cotidianos”.“A veces, si una persona siente malestar debido a una situación de desempleo o precariedad laboral, hay que pararse a analizar qué está pasando en el mercado laboral”, apunta.

En el caso de la educación emocional desde la infancia, la psicóloga defiende que “hay que hacerlo bien”. “Es una formación que deben dar profesionales con planes específicos y recursos para su implementación”.

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