''Cada movimiento era milimetrado''

José Antonio Bolaños, jefe del Grupo de Intervención Operativo de Rescate y Salvamento que ha tomado parte en las labores de búsqueda de restos en el pozo de Jinámar, ha reconocido que no saben lo que había debajo de los últimos “entre metro y medio a tres metros” de lodo que se encuentran en el fondo del foso.

Bolaños explicó que “en absoluto” han podido escudriñar lo que había en el fondo del pozo. “Hay una profundidad aproximada de metro y medio a tres metros y todavía, es imposible. Estamos hablando de profundidad, en extensión tengamos en cuenta que el pozo mide 4 metros y en la parte baja, que es cónica, todavía se amplia el radio mucho más, con lo que estamos hablando de, en metros cúbicos, bastante como para en día intentar quitar ese lodo. Casi imposible”, aseguró en declaraciones a Canarias Radio La Autonómica.

Bolaños aseguró que el motivo de parar era la seguridad de los agentes que trabajaban en el interior ante el peligro de desprendimientos y que quedarán “allí sepultados” y que las dificultades en el rastreo se han debido a “la gran acumulación de residuos sólidos”.

Movimientos milimetrados

“Cualquier movimiento era milimetrado, tenías que tener mucho cuidado. La absorción de agua ha movido los sedimentos, alguna que otra vibración y ha podido ser una de las causas de que ha hecho que el hueso que en primer momento estaba en un saliente, en una repisa, haya desaparecido y haya caído en el lodo”.

La directora de informativos de la Canarias Radio La Autonómica le preguntó expresamente si entonces el resultado es que “salen, dejan las máquinas y no se podrá saber nunca a quien pertenece ese hueso”, a lo que Bolaños respondió que sí hay “alguna información” válida pero “hay que ser precavido” al comunicarla. “Ellos [la jefatura superior y la Delegación del Gobierno en Canarias] estimarán oportuno en su momento participarla. Pero si podemos comentar que algo se ha captado del pozo, del foso” y que puede valer para la investigación.

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