La OMS alerta de que las inundaciones causadas por el cambio climático pueden desencadenar epidemias

MADRID, 31 (EUROPA PRESS)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) han presentado el Atlas del Clima y la Salud, un documento en el que alertan de que la variabilidad climática y la presencia de fenómenos extremos como las inundaciones pueden desencadenar epidemias de varias enfermedades, tales como diarrea, malaria, dengue o meningitis.

En dicho informe, presentado este miércoles, se muestra cómo paralelamente al cambio climático que sufre el mundo están aumentando los peligros para la salud humana. Prueba de ello las sequías, inundaciones y ciclones que están afectando ya a la salud de millones de personas cada año.

“El clima tiene una profunda influencia en la vida y la supervivencia de la gente, y los servicios climáticos pueden tener un profundo impacto en la calidad de esas vidas, en parte como consecuencia de unos mejores resultados sanitarios”, según ha explicado Margaret Chan, directora general de la OMS.

Por ello, la secretaria general de la OMM, Michel Jarraud, ha apuntado a la necesidad de reforzar la cooperación entre los profesionales de la meteorología y de la salud, “fundamental para garantizar la incorporación de información actualizada, precisa y pertinente sobre el tiempo y el clima en la gestión de la salud pública a nivel internacional, nacional y local”.

De hecho, el Atlas muestra cómo la colaboración entre los servicios meteorológicos, de emergencias y de salud está ya salvando vidas. Por ejemplo, el número de muertos por ciclones de similar intensidad en Bangladesh se redujo de alrededor de 500.000 en 1970, pasando por 140.000 en 1991, a 3.000 en 2007, gracias sobre todo a las mejoras introducidas en los sistemas de alerta temprana y preparación.

Pese a ello, el tiempo y el clima hacen que muchas enfermedades infecciosas, como la malaria, el dengue o la meningitis, multipliquen su incidencia entre una estación y otra.

Además, el informe alerta de que las olas de calor que normalmente se registran solo una vez cada 20 años podrían sucederse como promedio cada dos a cinco años a mediados del presente siglo.

MÁS PERSONAS EN RIESGO DE GOLPES DE CALOR

Al mismo tiempo, el número de personas mayores que viven en ciudades (uno de los grupos más vulnerables a los golpes de calor) casi se cuadruplicará a nivel mundial, pasando de 380 millones en 2010 a 1.400 millones en 2050, de ahí que la cooperación entre los servicios climáticos y de salud deba activar “medidas orientadas a proteger mejor a la población durante los fenómenos meteorológicos extremos”.

El Atlas muestra también que los servicios meteorológicos y de salud pueden colaborar para vigilar la contaminación del aire y sus efectos en la salud, y apunta a que la adopción de nuevas fuentes de energía doméstica más limpias tendrá el doble efecto de mitigar el cambio climático y salvar la vida de aproximadamente 680.000 niños cada año gracias a la menor contaminación del aire.

No obstante, advierten de que la relación entre la salud y el clima depende de otras vulnerabilidades, como por ejemplo las creadas por la pobreza, el deterioro del medio y una infraestructura deficiente, especialmente en materia de agua y saneamiento.

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