La dependencia de las notificaciones del móvil: “Cuando interfiere en tu rutina, es el momento de pedir ayuda”

Imagen de archivo.

Natalia G. Vargas

Las Palmas de Gran Canaria —

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No queremos perdernos nada. La actualización constante de contenidos en la red se apodera de los usuarios y retiene su atención mediante la recepción permanente de notificaciones, alertas y mensajería instantánea. El universo cibernético ha construido sobre sí mismo el ideal de que “todo está pensado y volcado en Internet”. Estos dos factores han convertido a las pantallas en compañeras incondicionales de buena parte de la población, una realidad inminente que “no tiene por qué ser negativa”. Sin embargo, es determinante hacerlo “con conciencia y de forma responsable”, de acuerdo con las profesionales de Psicología y de Pedagogía Paula Díaz y Sara Velázquez, trabajadoras de Yrichen, una fundación canaria que presta ayuda a quienes necesiten superar algún tipo de adicción.

Cansancio físico, falta de concentración, aislamiento, trastornos de sueño y de alimentación son algunos de los síntomas que aparecen en quienes caen en una adicción, tal y como señala la psicóloga. “Cuando el uso de las tecnologías comienza a interferir en tu rutina, es momento de pedir ayuda”, apunta Díaz. Asimismo, el protagonismo que adquiere “el otro” en las redes sociales, la falsa ilusión de felicidad y bienestar inmutables, así como la total exposición al resto pueden actuar como caldo de cultivo para los problemas de autoestima y de distorsión de la realidad. 

La Fundación Yrichen cumple este año su 30 aniversario y, para celebrarlo, este martes ha tenido lugar el III Encuentro Intercentros Ayudantes TIC en el Teatro Juan Ramón Jiménez. Aproximadamente 400 estudiantes de Secundaria han participado en las jornadas para exponer el trabajo realizado durante cuatro años en el proyecto AyudantesTIC. El alumnado ha preparado e impartido de manera voluntaria charlas informativas sobre ciudadanía digital, códigos de respeto y seguridad en la red para los cursos de Educación Primaria.

Como parte de la iniciativa, el alumnado de 3º y 4º de la ESO se forman en conceptos como intimidad en la red o  respeto en Internet para después compartir los conocimientos con grupos de 5º y 6º de Primaria. De este modo, en equipo alcanzarán “mayor sensibilidad” en relación a los riesgos y las oportunidades que ofrece el ciberespacio. 

Nuevos retos

La transformación de las vías de comunicación ha planteado nuevos retos y ha hecho que los organismos oficiales incluyan la dependencia de las tecnologías en su listado de adicciones. Así, la Estrategia Nacional sobre Adicciones (2017-2024) recogió por primera vez la dependencia de las tecnologías como tal. Este informe establece que, según los datos de ESTUDES (2014-2015), el 18% de la población de adolescentes y jóvenes de entre 14 y 18 años utiliza de manera abusiva estas herramientas. 

Pero la edad a la que los menores acceden a estos dispositivos con conexión es cada vez más temprana. Tal y como aseguran las expertas, incluso en 4º, 5º o 6º de primaria algunos alumnos ya tienen móvil propio. Esto ha obligado a extender las charlas que realizan desde la Fundación a cursos inferiores que, además, se complementan con otros talleres impartidos por agentes de los cuerpos de seguridad. “Estos últimos están más orientados al área legislativa y judicial, con el propósito de que el alumnado conozca los peligros y delitos que se cometen en las redes y los derechos de los que gozan los usuarios en Internet”, señala Sara Velázquez. 

De este modo, a pesar de que la tecnología haya derribado los esquemas del entretenimiento y de la información, ofreciendo nuevas formas de diversión, la ruptura de los límites deja al peligro campar a sus anchas si se navega sin control y sin precaución. El sexting (o envío de contenido sexual a través de las redes) o el grooming (acoso sexual por Internet) son estrategias que ha encontrado el acoso para escapar de las aulas e introducirse también en Internet. 

La formación se convierte en una herramienta infalible para combatir contra este fenómeno. Así, Yrichen también ofrece asesoramiento a las familias, que cumplen un papel determinante en este proceso. La Fundación recomienda que los padres y madres controlen el tiempo que los menores pasan en la red, que les adviertan acerca de lo qué pueden encontrarse y que les instruyan sobre cómo detectar un caso de bullying. Sin embargo, para las expertas, lo más importante es la prevención y pedir ayuda. “Este es un problema de todos, no solo de las nuevas generaciones”, asevera la pedagoga.

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