El 112 fue el primero en llamar a los controladores y éstos negaron que les faltara un avión en sus pantallas
El 112 de Canarias fue el primero en llamar a control aéreo del aeropuerto de Gando, y no a la inversa, para avisar de la supuesta caída de un avión en el litoral de la capital grancanaria después de recibir varias alertas de ciudadanos que decían estar viendo una aeronave flotando frente al centro comercial Las Terrazas, según acaban de confirmar a esta periodistas dos fuentes oficiales. La secuencia horaria del intercambio de llamadas entre el 112 Canarias, la torre de control y otros servicios del aeropuerto, como el Centro de Operaciones Aeroportuarias y los bomberos, demuestra que todos siguieron el protocolo previsto para actuar en caso de supuesto accidente aéreo: activar una alerta, movilizar medios, comprobar que los aviones programados están en su sitio y comunicarse las incidencias. El único dato que no encaja en este puzzle es el momento en que el Twitter oficial del @112canarias lanzó su polémico mensaje sobre la caída de un avión y si en ese momento la sala de operaciones del servicio de emergencia ya conocía el dato, transmitido por la torre de control del aeropuerto, de que el supuesto avión flotante era en realidad un remolcador con una extraña grúa.
La primera llamada del 112 al centro de control aéreo se produjo poco después de las dos y media de la tarde, hora canaria. En esa comunicación, el 112 dice a los controladores que está recibiendo llamadas de ciudadanos que dicen estar viendo un gran avión de color amarillo flotando en el mar. En esa primera comunicación, los controladores de la torre hacen un primer examen y contestan al servicio de emergencia que no les falta ningún avión. Pero, como exigen las normas ante una notificación de esta naturaleza, se activa el protocolo para supuestos accidentes aéreos. Este protocolo obliga a pedir de inmediato la intervención del Servicio Aéreo de Rescate (SAR), comunicar al 112 todos los datos que vaya recabando ante la supuesta emergencia y realizar una comprobación de todas y cada una de las aeronaves programadas para ese momento en el espacio aéreo. Es decir, rastrear todos los indicios que confirmen o desmientan un accidente y, según lo que proceda, seguir adelante o desactivar en caso de falsa alarma.
Como es natural, la primera llamada del 112 da lugar a un intenso flujo de comunicaciones entre los distintos servicios del aeropuerto y, a su vez, entre éstos y la sala operativa del 112. Una de esas llamadas la realiza también el 112 al servicio de bomberos del aeropuerto, a los que comunican que muchos ciudadanos están llamando por la supuesta existencia de un avión flotando. Los bomberos se lo comunican a su vez al Centro de Operaciones Aeroportuarias (Cecoas), que hace una comprobación visual y detecta lo que supuestamente es un avión amarillo de grandes dimensiones flotando en el mar. Es importante destacar en este punto que AENA se subdivide en dos grandes áreas: AENA Navegación, de la que dependen los controladores aéreos, y AENA Aeropuertos, de la que depende la organización comercial del aeropuerto.
Tras esa comprobación visual, el Cecoas llama a la torre, siempre según el relato extraoficial al que ha accedido esta periodista, y ésta vuelve a confirmar que no le falta ningún avión. Con todo, las comprobaciones siguen adelante. Unos minutos después, el 112 vuelve a llamar a la torre, esta vez para decir que efectivos de la Policía Nacional confirman la presencia de un supuesto avión grande flotando frente al centro comercial Las Terrazas. La torre, siempre según esta misma versión de fuentes próximas al aeropuerto, vuelve a repetir que no falta ningún avión de los programados.
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