Prisión provisional para el joven investigado por quemar a una menor en el barrio de La Isleta

Agentes policiales registran el inmueble donde sucedieron los hechos. EFE/Quique Curbelo

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —
21 de julio de 2025 17:45 h

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El Juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas de Gran Canaria ha acordado este lunes el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para el joven investigado como presunto autor de las quemaduras de la menor herida por fuego la semana pasada en La Isleta.

Se le investiga como autor de delitos de homicidio en grado de tentativa y lesiones. La autoridad judicial aprecia “contradicciones” de los testigos que no dejan claro el papel exacto del investigado. El instructor expone que el testimonio de la joven quemada, cuando lo pueda prestar (actualmente está ingresada en la Unidad de quemados de Sevilla) será vital para aclarar qué pasó realmente.

Los hechos se produjeron el pasado 16 de julio a las 04.00 horas en la calle Roque Nublo, en el barrio de La Isleta. Una menor de 17 años sufrió de madrugada quemaduras graves tras ser agredida, según informó el 1-1-2 y la Policía Nacional.

La Policía Nacional detuvo en ese momento a un joven de 20 años como supuesto autor de los hechos, después de que la menor refiriera que él le había provocado las quemaduras, que afectan al 95% de su cuerpo. El detenido, Abarrafía H., declaró ante la Policía que lo sucedido fue un accidente porque se les prendió un colchón sobre el que estaban tumbados fumando.

Además, la Policía confirmó a este periódico que entre sus líneas de investigación está que se trate de un caso de violencia machista, aunque no descartan otras hipótesis.

El Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Las Palmas de Gran Canaria se inhibió en el conocimiento de la causa a favor del Juzgado de Instrucción número cuatro de Las Palmas de Gran Canaria al considerar que no está acreditada la relación afectiva de la joven con el detenido. Ahora, el Juzgado de Violencia contra la Infancia y la Adolescencia de Las Palmas ha asumido la causa.

La joven de 17 años es una menor tutelada por el Gobierno de Canarias. El hogar de menores en el que vivía había denunciado hace días su desaparición y este mismo martes había vuelto a hacer una petición de búsqueda.

El informe de la Policía Científica concluye que el fuego se inició en la habitación nº 4 de ese inmueble de La Isleta, donde se hallaron colchones, plásticos y materiales combustibles. Aunque no se detectaron restos de acelerantes, sí se identificó un único foco, “con participación humana en su origen y ausencia de causas naturales o eléctricas”. “Se halló un mechero junto a un colchón parcialmente calcinado, una botella con parte de líquido y un tapón con un orificio, que están siendo analizados. La cama en la se encontrarían ambos ha sido identificada de entre las varias que había, los restos están asegurados”, apunta el informe.

En el auto del juzgado de Instrucción número 3 conocido este lunes se deprende además que el viernes 11 de julio de 2025, se produjo un incidente en el que un grupo de jóvenes persiguió a otros cuatro teniendo estos que refugiarse en la Comisaría de Distrito Norte. Uno de ellos resultó apuñalado y otro con heridas. Entre los implicados se encuentra el investigado ahora por quemar a la menor de 17 años y también un testigo clave de lo que sucedió el pasado 16 de julio.

Según los datos cronológicos, a las 3:53 horas, la menor salió de la infravivienda “vestida con un burka”, y tras “atravesar una ventana por la que apenas cabía, superar un foso de unos 60 cm y saltar un muro, deambula desorientada hasta la acera de enfrente, vuelve a cruzar e inicia la marcha, parecen apreciarse bien signos de alteración del estado mental o emocional, o de dolor”, aunque el auto añade que la calidad de las imágenes permite inferir que “la chilaba que porta está íntegra por delante” ( contra la tesis del investigado) y le falta parte por detrás, es una inferencia, a falta de poder concretar si la calidad de las imágenes podrá mejorarse“.

Poco después, sale el investigado, quien se aproxima a la menor por su espalda y la abraza, o la agarra. “Hay 14 segundos en que los jóvenes pueden estar abrazándose, o él puede estar agarrándola porque salen del plano, el vuelve a entrar en plano dando un paso atrás, lo que no refuerza la tesis del abrazo conjunto, pero no se descarta”, matiza el auto.

“En los instantes siguientes, la joven vuelve a aparecer sola, y es entonces cuando comienzan a verla testigos presenciales en el entorno. Posteriormente, vuelve a aparecer el investigado, esta vez ya sin contacto directo con ella. Consta que el investigado fue golpeado en ese momento por algunos testigos presentes. Y fue la llegada de la Policía Local, la que lo aseguró”, agrega.

El auto añade que en el interior de la vivienda, según todos los datos recabados, no se hallaban más personas que la afectada y el investigado. La disposición estructural del inmueble, cerrado con un muro y sin puertas practicables, hace improbable que ella pudiera salir por sus propios medios sin ayuda, especialmente si ya presentaba lesiones internas, como se acreditaría más tarde.

Sin embargo, agrega el instructor “su testimonio de haber regresado al interior de la vivienda para intentar apagar el fuego contradice la gravedad de las heridas que describió ver en la víctima”.

Tras la salida de ambos jóvenes, se recibió una llamada al 112 a las 04:01 horas, efectuada por un testigo, investigado en el incidente ocurrido días antes en la comisaría de Distrito Norte.

Asimismo, “testigos indican que, al llegar los servicios de emergencia, el testigo apartó a la víctima a un punto aparte y mantuvo con ella una conversación a solas, sin que conste contenido exacto de la misma. Este comportamiento podría tener implicaciones procesales si se interpretara como intento de condicionar o manipular el relato de la víctima, máxime considerando los antecedentes de violencia entre ambos grupos”, apunta el juez.

Durante la llamada, prosigue el auto, el testigo dirige la conversación casi exclusivamente a la presencia de Abarrafia, “profiriendo amenazas e insultos, sin informar de forma clara e inmediata sobre la existencia de una víctima gravemente herida”. Y agrega que solo al final de la llamada, menciona, de manera dubitativa, que “hay una chica quemada entera”. En paralelo, se llega a escuchar al investigado decir las palabras “médico” y “ayuda”, lo que contrasta con la actitud hostil del testigo.

La ambulancia medicalizada que atiende a la menor la encuentra con quemaduras severas en todo el cuerpo, razón por la que se decide intubación urgente e ingreso en UCI. El Hospital Virgen del Rocío confirma más tarde que las lesiones “son compatibles con el vertido directo de líquido inflamable y posterior ignición, y no con una combustión accidental como la de un colchón, a menos que la víctima hubiera estado expuesta de forma pasiva y prolongada bajo los efectos de sustancias, en posición inmóvil, lo que no está acreditado”.

“Pero esta tesis no se descarta, y es compatible con una de las alternativas del informe médico presentado por el Hospital Virgen del Rocío, y coincide con manifestaciones espontáneas de la víctima, según testigos presentes ( que habrá que verificar)”. “Y también con la tesis (investigación en curso) de que unos testigos afirman haber visto que la parte trasera de la chilaba estaba quemada y que a la chica se le veía toda la parte trasera porque no había tela. Coincidiendo la mayor parte de las quemaduras que presenta la víctima en su parte trasera, espalda y miembros inferiores traseros”, agrega el auto.

El auto señala que el investigado niega que consumiera sustancias estupefacientes e igualmente niega que la víctima hubiera consumido haschís. Su versión es que tiraron las colillas de los cigarros que fumaron ambos sobre la basura sin apagarlos, y que esta fue la causa del incendio.

En estas circunstancias y pese a las dificultades no cabe descartar la tesis de que la víctima huyera, superando incluso la posible resistencia del investigado, y es por ello, que valiéndose de sí misma lograra salir y después salió tras ella el investigado.

El auto también subraya que el mismo informe médico detalla que la víctima no llevaba ropa “bajo la chilaba”, y que no hay restos localizados de prendas calcinadas, “lo que abre una contradicción lógica relevante: si el fuego fue anterior, y por combustión por ignición ¿cómo pudo vestirse tras recibir quemaduras de tercer grado en zonas clave del cuerpo?, Salvo que efectivamente fuera la parte trasera del burka la que está totalmente calcinada y que esto ocurriera estando de espaldas la víctima”.

“Y si el fuego fue posterior, ¿cómo explicar entonces la localización del foco y las lesiones? Este punto no encuentra base científica que lo sostenga, en este momento”, destaca.

La tesis del acusado de que él sale el primero por la ventana y la víctima al tratar de salir por esa ventana, ya única salida queda encajada a la altura de la cadera y estuvo expuesta a fuego por debajo de la altura de la ventana, “ha sido descartada por los facultativos que han informado a este juzgado, y sin embargo por un lado la grave quemadura a la altura del abdomen coincidiría con el marco de la ventana, las lesiones en las piernas igualmente coincidirían pero no la, grave y extensa quemadura en la espalda, que el propio investigado no supo justificar, pues en todo caso reiteró que esos aproximadamente 150 segundos que estuvo tirando de la víctima, esta estuvo siempre boca abajo, y que no había fuego en la parte alta, techo, ni caían rescoldos, reafirmando que la parte trasera de la chilaba no se quemó”.

El juez detalla que en este momento no es posible concretar y vista una posible mejoría de la paciente en qué momento estará en condiciones de declarar y por lo tanto “se hará en el momento que los facultativos den el visto bueno”.

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