El sindicato UGT alerta de que el “lamentable estado” de las Urgencias del Hospital Universitario de Canarias ha empeorado en las últimas semanas
La UGT ha denunciado este jueves por medio de un comunicado que los pasillos de urgencias del Hospital Universitario de Canarias (HUC) se utilizan para dejar en espera a pacientes que necesitan una cama, y ha añadido que en esa situación están entre tres y siete días, y que hay casos de dos semanas.
El sindicato ha indicado que el “lamentable” estado de los servicios de urgencias del HUC se prolonga desde hace dos años y se ha acentuado en las últimas semanas, de forma que llega a ser una situación extrema tanto para pacientes, que no reciben el trato asistencial que merecen, como para los profesionales médicos, que no pueden desempeñar su trabajo.
Ha explicado que en los últimos días, con 93 camas disponibles (algunas específicas para enfermos COVID o con gripe), se han acumulado entre 80 y 100 pacientes pendientes de ingreso, a los que se suman 12 pacientes dados de alta y que permanecen durante semanas o meses en urgencias, ocupando camas para enfermos agudos.
Además, prosigue la UGT, el día que más pacientes consiguen cama en planta, estos no sobrepasan el 25% de los ingresos, y ha dicho que esas cifras son las más altas de Canarias, “pero de forma permanente, y no puntual como en otros centros, y probablemente de las más altas de España”.
UGT critica que la dirección niegue la realidad “e incluso se desliza la idea de que la 'culpa es del personal de urgencias'”, y considera que la situación es “insostenible e inadmisible” y exige el cese “inmediato” del equipo directivo.
También ha denunciado la UGT que se han normalizado tiempos de espera de más de 12 horas, que provocan que los ciudadanos que acuden al HUC solicitando asistencia por una patología aguda, que en su mayoría son ancianos, tengan que esperar a ser valorados por un médico, sin comer, sin su medicación habitual y, en la mayoría de casos, sin el acompañamiento de familiares.
El sindicato hace hincapié en que todo esto deriva en un deterioro clínico añadido al motivo de la consulta inicial.
A lo anterior, la UGT suma que el servicio está atestado de camillas, sin espacio para deambular los profesionales o pasar camas o camillas por los pasillos, lo que es un “auténtico caos” de espacio que anula el mínimo derecho a la intimidad que puedan tener los pacientes, que son desplazados continuamente por el personal sanitario para poder acceder a los cubículos a valorar pacientes, sacar analíticas o cambiar pañales.
La UGT denuncia que “literalmente, los pies de algunos pacientes contactan con la cabeza del paciente de la camilla situada delante”, y afirma que es habitual ver cómo los pacientes ancianos “se desorientan e intentan bajarse de las camillas, se arrancan las vías, precisando, para su seguridad, sujeción mecánica durante muchas horas”.
Según el sindicato, mientras eso sucede en el interior del hospital en el exterior “siguen acumulándose ambulancias esperando a que puedan entrar los pacientes generando una merma de este servicio para la atención de las nuevas urgencias en la calle y domicilios”.
En cuanto al personal del servicio de urgencias, profesionales “habituados a trabajar con altos niveles de estrés y demanda asistencial, la situación actual ha producido una merma absoluta de sus fuerzas”.
Subraya el sindicato que el personal de urgencias refiere “desmotivación, extenuación y sensación de absoluto abandono por la dirección del centro, incapaz de gestionar el caos existente o simplemente ocultando y negando su existencia”. Asevera que se acumulan las solicitudes de traslado a otros servicios o gerencias de enfermeras, auxiliares y médicos.
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